Qué son los NFT y por qué se últimamente se habla tanto de ellos

Desde un punto de vista técnico un NFT (Non Fungible Token) es un activo digital que no puede ser replicado. El entorno digital en el que el activo tiene valor se encarga de verificar su autenticidad e impide que sea utilizado si se detecta que se trata de una copia o falsificación.

Los NFT se han convertido en pocos meses en la sensación tecnológica y financiera del momento. De la noche a la mañana han aparecido miles de compañías que ofertan NFT y los medios digitales se han llenado de historias de personas anónimas que han ganado fortunas comprando y vendiendo NFT.

¿Son ciertas estas historias de enriquecimiento fácil? ¿Tienen valor real los NFT? ¿Son sólo un instrumento de especulación?

La respuesta a todas estas preguntas es “Sí y No”.

La expansión de la burbuja de las NFT coincide con el anuncio que realizaron varias grandes compañías del sector de los videojuegos de que apostaban por las NFT como un componente clave de su estrategia de negocio. Entre estas empresas se encontraban Sega, Electronic Arts y Ubisoft. Estamos hablando de algunas de las marcas más importantes del sector.

Este anunció fue el inicio de todo. De forma inmediata se extendió por el mundo la idea de que las NFT debían ser un gran negocio porque las grandes compañías estaban apostando por ello. Por supuesto las cosas nunca son tan sencillas.

Para entender el contexto tenemos que ser conscientes en primer lugar de que el sector de los videojuegos es inmenso. En 2020 generó 155 mil millones de dólares. El crecimiento anual es del 15%. Se estima que en 2025 el sector generará más de 250 mil millones de dólares. Los videojuegos generan diez veces más ingresos que la industria cinematográfica.

Por norma general, los videojuegos están diseñados para premiar a los jugadores frecuentes. Esto es especialmente importante en juegos multijugador, en el que los jugadores se enfrentan entre ellos.

En un videojuego de fantasía como World of Warcraft el juego proporciona mejores armas y mejor equipamiento a medida que el jugador invierte horas y horas realizando misiones. En el videojuego de fútbol Fifa, de Electronic Arts, el juego entrega monedas virtuales que pueden ser utilizadas para comprar jugadores virtuales con los que reforzar los equipos virtuales y tener mejores opciones en los campeonatos virtuales. Algunos videojuegos han llevado esta política al extremo. Por ejemplo, el juego de naves espaciales Eve Online utiliza un modelo económico pay-to-win (pagar para ganar). El juego es gratuito, pero si el jugador quiere tener alguna opción de sobrevivir tendrá que comprar con dinero real mejores naves y mejor armamento en la tienda del juego.

En los juegos multijugador los jugadores interaccionan entre sí, pudiendo intercambiar libremente el equipamiento virtual ganado en el juego. Esta característica provocó que aparecieran hace años mercados paralelos de bienes virtuales, esto es, lugares en los que los objetos del juego se compran y venden con dinero real. Puede parecer sorprendente, pero la realidad es que hay personas dispuestas a pagar miles de euros a cambio de una espada virtual y, lógicamente, hay personas dispuestas a invertir decenas de horas en el juego para obtener la espada virtual y venderla a cambio de dinero real. Algunos jugadores han convertido este extraño mercado paralelo virtual en una forma de vida.

Las compañías productoras de los videojuegos no reciben ni un céntimo de este mercado paralelo de objetos virtuales. No hay forma de saber qué tamaño exacto tienen estos mercados, pero se sospecha que pueden ser enormes, mayores incluso que los ingresos que actualmente obtienen las empresas productoras del juego.

Dentro del contexto del sector de los videojuegos, los NFT aparecen como una forma sencilla de controlar el mercado de los objetos virtuales. Proporcionan un mecanismo de traza que garantiza que las transacciones de objetos sólo se podrán realizar a través de los mercados proporcionados por la empresa propietaria del juego. Es normal que Sega, Electronic Arts y otras muchas empresas del sector apuesten por los NFT. Es la forma de obtener su parte de la tarta.

La regla de oro sobre los activos digitales es que un activo digital sólo tiene valor en el entorno digital en el que ha sido creado.

Una espada virtual del videojuego World of Warcraft sólo tiene valor mientras se pueda utilizar dentro del videojuego World of Warcraft. Si la empresa propietaria del juego (Blizzard) decidiera desconectar los servidores y apagar el juego, todos los ítems virtuales del juego perderían automáticamente su valor.

Invertir en activos digitales de videojuegos es arriesgado. Son operaciones especulativas a muy corto plazo con mucha volatilidad y altísimo riesgo. El valor del activo depende por completo del entorno en el que tiene uso. En un entorno estable en el que hay cientos de miles de jugadores diarios, lo normal es que el activo digital conserve su valor o incluso lo incremente en función de cómo de raro sea. Si el número de jugadores se reduce, el valor del activo disminuirá. Si la empresa productora introduce nuevos activos más interesantes, los activos antiguos perderán valor.

Por otra parte, lo más llamativo de la burbuja actual de las NFT es que se está promocionando la inversión en activos digitales que no tienen uso en ninguna plataforma, como por ejemplo una imagen en formato de archivo JPG que se puede utilizar como imagen de perfil en Twitter (es un caso real). Por supuesto, una imagen digital no es un NFT real porque pueden ser copiados simplemente grabando la imagen con el botón derecho del ratón (es exactamente lo que le pasó a la persona que compró la imagen JPG y la puso como perfil en Twitter pensando que era un NFT imposible de copiar).

La garantía de que el NFT no es copiable es proporcionada por el entorno digital en el que tiene uso. Una de las responsabilidades del entorno digital es diferenciar los originales de las copias.

Comprar NFT que no tienen uso en ningún entorno digital concreto es una decisión extremadamente arriesgada porque no se dispone de ninguna garantía real de que el activo digital sea no copiable. Si el activo se puede copiar entonces no es un NFT y su valor es cero.

La venta de NFT para los que no se proporciona garantía suficiente de ser activos no copiables podría ser considerada como una estafa, ya que no se cumple la condición principal de que el activo es no fungible, esto es, no copiable.