¿Qué temas son importantes para las empresas en un proceso electoral?
Cuando se acercan las elecciones nacionales parece oportuna una reflexión respecto a las consideraciones que pueden ser relevantes por el impacto para las empresas, más allá de la posición personal de sus propietarios o directivos.
El contexto teórico
Los gobiernos determinan disposiciones y políticas que impactan a las empresas y que pueden abarcar ámbitos de los más variados, teniendo en ciertas ocasiones carácter legal y, en otros casos, influenciando el accionar de los negocios. Las empresas tienen que evaluar cómo acomodarse en ese contexto que les es determinado.
Entre los ámbitos en los cuales puede mencionarse ese impacto se encuentran, a título enunciativo:
a) Ambiente de negocios – disposiciones fiscales, exenciones impositivas y similares.
b) Estabilidad política – decisiones que suponen actitud “amistosa” respecto a las empresas locales y a la atracción de inversores extranjeros.
c) Política fiscal general – recaudación impositiva, gasto público, endeudamiento del país.
d) Tasas de interés – emisión monetaria, fijación asociada al costo de los préstamos, repercusión en la inflación.
e) Regulaciones y permisos – reglamentaciones comerciales, salarios mínimos, permisos o licencias requeridas.
Inquietudes conceptuales
La disquisición teórica también indica que para fomentar un entorno de negocios positivo son relevantes aspectos tales como:
- Competitividad – costos derivados de regulaciones y políticas gubernamentales, tarifas públicas, tipo de cambio, etc.
- Responsabilidad de rendición de cuentas – pérdida o mala utilización de recursos públicos, frustración de los ciudadanos.
- Creación de empleo – disponibilidad de talento humano capacitado para participar en las actividades de una empresa.
- Comunidad fuerte – ciudadanos que cuenten con soluciones habitacionales, cuidados de salud, buena infraestructura.
Programas partidarios
Los programas 2020 – 2025 de los partidos políticos principales en Uruguay incluyen consideraciones de diversa naturaleza y con diferentes enfoques sobre las problemáticas de interés empresarial.
No es el objetivo de estas reflexiones analizarlos. En algunos de ellos se describen planteos por áreas de actividad económica (por ejemplo, agro, industria, energía, telecomunicaciones, turismo, etc.). En uno de los casos se incluyen capítulos concretos relacionados con fomento a la actividad emprendedora; desarrollo de las micros, pequeñas y medianas empresas; nuevo modelo de relaciones laborales; fortalecimiento de la infraestructura; y otros.
Posiciones empresariales
También en estos días (mediados de setiembre) ha habido declaraciones de representantes de sectores empresariales sobre las preocupaciones hacia el futuro de la actividad.
En particular, el agro planteó inquietudes respecto a la competitividad, como base para la atracción de inversiones, la generación de trabajo, la rentabilidad y la mejora salarial, manifestando un reclamo en cuanto a la no generación de condiciones estructurales para lograr una mejoría en ese sentido.
Se manifestó preocupación por el déficit fiscal en aumento, el atraso cambiario y el endeudamiento creciente. Se señaló expresamente el impacto negativo de tarifas públicas de energía eléctrica y combustibles.
Complementariamente, se indicó la diferencia de tratamiento para inversores extranjeros específicos respecto a los empresarios nacionales de menor tamaño, como factor que no contribuye al clima de inversiones locales.
En cuanto al sector industrial, se mantiene adicionalmente una preocupación especial respecto a la redefinición de un mecanismo de “negociación colectiva acorde a las normas internacionales del trabajo y a lo que dispone la OIT”.
También ha habido manifestaciones del sector comercial relacionados con la presión fiscal, los crecientes mecanismos regulatorios que impactan negativamente la competitividad y la rentabilidad de las empresas formales nacionales.
¿Qué se puede esperar luego de marzo 2020?
Cualquiera sea el resultado electoral, el escenario se presenta complejo. Difícilmente ningún gobierno – cualquiera sea su perfil partidario – vaya a poder encaminar medidas de impacto inmediato y transformaciones radicales para la mejora instantánea del “entorno de negocios”.
Probablemente sería deseable que todos los representantes políticos dialogasen en procura de consensos básicos en una serie de temas que son vitales para el futuro desarrollo del país y para la continuidad de las empresas en particular.
Entre ellos surgen entonces como sensibles:
· Medidas relacionadas con la mejora del “ambiente de negocios”, con especial consideración para los sectores estratégicos de la economía del país.
· Incentivos específicos para el desarrollo de nuevos emprendimientos y de apoyo a las PYME en funcionamiento.
· Establecimiento de una “regla fiscal” difundida y respetada, con impacto en la mejora de los costos del Estado y de las tarifas públicas.
· Acción asertiva respecto a la conflictividad laboral, con equilibrio en el respeto de los derechos de empresarios y trabajadores.
· Mayor eficiencia de la Administración Pública y de los servicios descentralizados del Estado.
· Ponderación en el establecimiento de regulaciones que coarten la libertad empresarial.
· Promoción de beneficios o subsidios a los esfuerzos empresariales de capacitación de trabajadores en todos los ámbitos del quehacer nacional.
La participación con espíritu positivo de las empresas y otras organizaciones representativas de la sociedad haría más factible dar pasos en la buena dirección.
NOTA: Artículo publicado en la edición Octubre-Noviembre 2019 de "Revista Portfolio"