¿Qué tienen en común una agencia digital y un destilado como el gin?

Ambas necesitan construir una marca y en ambos casos, me tocó hacerlo junto a un equipo con empresas que partieron desde cero en mercados muy competitivos y de difícil diferenciación. 

Rompecabeza digital la fundé junto a un socio, Yerko Halat, el año 2016, en un contexto  donde el marketing digital ya era tendencia. En Chile ya existían más de 200 agencias digitales y con pocas barreras de entrada, cualquier persona podía lanzar un sitio web ofreciendo servicios digitales y con un par de clientes armarse de credenciales para ir por marcas más conocidas. 

La idea provenía de mi socio, que luego de varios cafés me convenció de que, a pesar de no ser pioneros, podíamos hacerlo mejor. Así partimos los dos junto a un par de estudiantes en práctica esta aventura con solo una promesa: combinar la creatividad con la ciencia de datos.

Luego de 5 años en el mercado, el crecimiento ha sido explosivo. Hoy con 140 personas y más de 45 clientes, me quedo con la disciplina inicial de tener un sitio web renovado cada año, redes sociales siempre actualizadas en especial LinkedIn, un newsletter mensual para contar novedades y mucha preocupación por el manejo de nuestra imagen. 

Recuerdo que muchos nos comentaban que a pesar de llevar pocos meses en el mercado, la gente pensaba que Rompecabeza era una agencia más antigua o más grande por el ruido que hacíamos. Comenzaron a llegar los primeros clientes y con ellos el desafío de armar un equipo confiable que cumpliera las promesas que habíamos hecho al adjudicarnos las propuestas. Los resultados fueron y siguen siendo consistentes, pero cada vez es más frecuente estar al menos en el shortlist de agencias a las que se les invita a licitar o tomar en consideración para abordar un desafío de marketing digital. 

La historia de Gin Elemental tiene similitudes desde una vereda muy diferente.  A inicios del 2020 se me ocurrió junto a mi esposa María José, ambos amantes del gin, que valía la pena explorar el mercado de los destilados por el crecimiento que estaba teniendo en Chile y el mundo. Sin conocer mucho el negocio de la destilación, pero con la seguridad de tener una agencia detrás que nos ayudara a crear y desarrollar una marca llamativa, salimos a buscar el equipo que fuera capaz de desarrollar esta loca idea. 

Llamamos a una pareja de muy buenos amigos: Daniela y Jorge, y le propusimos a él, geofísico de profesión, el desafío de desarrollar la fórmula perfecta para nuestro gin. Para completar el equipo, a diferencia de la vez de Rompecabeza, me tocó a mí invitar a Yerko a ser nuevamente socios, por la gran complementariedad que tenemos en nuestras empresas y sin dudarlo se sumó a la aventura junto a los cuatro. 

Convencidos de que había espacio para una nueva marca, mientras Jorge iba experimentando y desarrollando la receta de nuestro primer espirituoso, en paralelo junto a Ana Paula, una talentosa diseñadora, fuimos buscando el nombre y relato para una marca de gin que esperábamos fuera extrovertida, sociable, consciente, no sofisticada, pero sí de calidad, entregando una producción small batch con la supervisión directa del maestro destilador. 

Lo que vino después fue nuevamente cumplir las expectativas de un público que recibía un nuevo gin en el mercado, que gracias a la inspiración de su maestro destilador, cuenta con una fórmula excepcional reconocida con la medalla gran oro en el Catad’Or World Wine Awards, el concurso más importante de Latinoamérica. 

En ambos casos, la construcción de marca fue fundamental para que la gente nos conociera y se animara a probar el servicio o producto. En Rompecabeza de la mano de la reputación y trayectoria de sus socios en el área de consultorías y en el caso de Elemental con un sabor tan característico que llegó a convertirse en el favorito de muchas personas y de conocidos bares de la capital. 

El desafío por delante es seguir con la misma pasión del inicio, con un equipo bien afiatado y la convicción de seguir cumpliendo la promesa entregada a la hora de darnos a conocer.