Queridos hosteleros
Dos meses han pasado ya de aquel 13 de marzo de 2020 cuando por orden gubernativa se ordenaron el cierre, entre otros, de los establecimientos de Hostelería como consecuencia de la pandemia del Covid-19.
Me siento muy vinculado a la Hostelería , tanto profesionalmente por los clientes y amigos del sector que han confiado en nuestro asesoramiento y control de gestión , como personalmente siendo , junto al deporte, eje de mis ratos de ocio , y por eso me atrevo a dirigirme modestamente a vosotros .
Y sí, han pasado ya dos largos meses, mediando ERTES, por desgracia algunos viviendo algún cierre definitivo,otros buscando ese ICO para cubrir tesorería, muchos aportando soluciones imaginativas como preparar comida para domicilio e incluso acciones solidarias de poner cocinas al servicio y suministro a comedores sociales.
Si todo va bien, el Sector vislumbra con la desescalada una pequeña luz al final del túnel y se prepara , con más imaginación y voluntarismo que normas claras para afrontar lo que viene.
Porque aunque duela , y a los ejemplos recientes de experiencias en fase 1 que han cerrado al primer día, querer volver a lo que fueron estos negocios no será posible con las restricciones impuestas para cumplir con normas sanitarias y de protección contra la pandemia.
De hecho, opino casi de manera obstinada que un gran número de empresas del sector dejaron de existir ese día tal y como las conocemos.
Aunque vuestros toldos, mobiliarios e instalaciones se mantengan , se hace necesaria una reconstrucción pero no bajo el antiguo paradigma . Es imprescindible repensar serenamente el camino a tomar, porque las soluciones que valían hasta el 13 de marzo quizás han dejado de valer .
Tomar una cerveza, celebrar una comida familiar, disfrutar de un chiringuito, son actividades que en este momento en que todo se ha desbordado nadie sabe cómo serán en el futuro más inmediato .
Pero la Hostelería es parte integradora de la cultura de nuestro país, además de actividad con gran repercusión en el PIB y debe iniciar el camino de la reconstrucción aunque sea con parámetros diferentes e incluso improvisando ante el futuro incierto .
Eso sí, si se me permite, el primer pilar sobre el que se ha de sustentar es estando convencidos que esta reconstrucción se hará desde la propia responsabilidad adquirida por todos los hosteleros (de cualquier tamaño y forma de explotación societaria o individual) con los millones de empleados a su cargo y las familias que van detrás.
Porque un bonito restaurante con muebles e instalaciones de categoría, una carta sugerente, una cocina espectacular e incluso un chef reputado, requiere de todas esas personas que son el contacto más directo con el cliente desde cada posición, y al final los que suelen completar el círculo de la propuesta global del establecimiento y los que arrancan las valoraciones además de todo el "atrezzo".
Esperemos que nuestros gobernantes os ayuden , porque se hacen imprescindibles una batería de medidas legislativas que permitan afrontar el futuro con garantías y alguna certeza especialmente en ese ámbito laboral y fiscal.
Los ERTE y el desguelgue progresivo incorporando trabajadores no pueden ni deben estar limitados a una fecha (30 de junio) porque nadie sabe la tendencia que llevará la famosa "curva de la pandemia" que va a condicionar todo. La flexibilidad ha de ser total incluso conteniendo el posible "camino de vuelta " por si hay regresión con procesos ágiles y bien reglamentados. Una adecuada planificación de reincorporaciones puede ser buena idea.
Las normas de adecuación de locales han de ser igualmente claras , económicamente viables y posibles de ejecutar e implementar , combinando también la practicidad y estética de las propuestas versus las medidas sanitarias preventivas a tener en cuenta.
Las terrazas se convierten en esenciales para los que disponen , y los Consistorios Municipales de quien dependen han de jugar un papel esencial bajo la correcta convivencia del negocio con el descanso vecinal, facilitando ampliaciones, eximiendo parcial o temporalmente del pago de tasas , etc…
Y como no, adecuar normas en materia de seguridad del trabajo, fiscalidad específica y en lo laboral darle una vuelta a partes de convenios colectivos con especificidad al sector se hace imprescindible. No se trata de rebajas o adaptaciones populistas sino adecuarse a las nuevas circunstancias de negocio , márgenes y actividad que se pueda dar , al menos hasta ver cómo se va definiendo la situación .
Como ya expresé personalmente a alguno de mis amigos más cercanos del sector con los que comparto zozobra y preocupación , el objetivo común es diáfano, reconstruir, con un siempre adelante por bandera, pero con pautas claras:
* Apertura mental al cambio sin condicionantes ni resistencias al mismo, en definitiva, olvidarse del pasado. La realidad post 13 de marzo de 2020 no tendrá en muchos casos nada que ver con la anterior a todo lo vivido.
* Meditar y reflexionar el rumbo a tomar sin dar una patada a seguir sin sentido. Planificar, reflexionar y elegir la mejor decisión aplicable.
* Readaptarse progresivamente a la nueva situación de modo equilibrado poniendo el eje en LAS PERSONAS que forman parte del negocio ( empleados , proveedores, clientes y colaboradores de todo tipo).
Pido disculpas por el atrevimiento, son sólo unas notas y ya expliqué la motivación al inicio de esta carta. Deseando retomar mis afterwork al acabar la jornada , mis tardes de chiringuitos esos viernes noche en mis barras favoritas… y no sigo.
Salud y paciencia. Gracias por existir y mucha suerte a todos.