QUIEBRES y PROBLEMAS, cómo gestionarlos.

QUIEBRES y PROBLEMAS, cómo gestionarlos.

En primera instancia analizaremos el concepto de PROBLEMA en cuanto a su contexto de uso, dado la gran diferencia que aparece si lo aplicamos a las ciencias duras, por ejemplo las matemáticas, que si lo consideramos en el contexto de nuestro diario vivir. Con la intención de ser breve abordaré esta diferencia desde una conclusión extremadamente sintetizada, considerando que mientras que un “problema matemático” es una construcción lógica con parámetros definidos y métodos de resolución ya establecidos, un "problema" en el sentido cotidiano es una situación desafiante que puede ser compleja, subjetiva y requerir soluciones creativas y adaptativas. Ambos conceptos implican obstáculos a superar, pero difieren significativamente en su naturaleza, abordaje y resolución.

 La falacia cognitiva de la declaración: “TENGO UN PROBLEMA”

 Cuando decimos "tengo un problema", estamos cayendo en una trampa lingüística que afecta profundamente nuestra percepción y emociones:

 Sesgo cognitivo de posesión: "Tener" implica poseer algo tangible, pero un problema no es algo que podamos tocar o sostener.

  1. Carga emocional negativa: Esta frase automáticamente genera un estado de ánimo negativo, predisponiéndonos al estrés y la ansiedad.
  2. Sensación de impotencia: Nos hace sentir víctimas de circunstancias fuera de nuestro control.
  3. Parálisis funcional: Puede llevarnos a un estado de inacción, sintiéndonos abrumados por la "mochila de problemas".

 El poder de "declarar un quiebre"

En contraste, "declarar un quiebre" ofrece una perspectiva más constructiva y empoderada:

  1. Reconocimiento de una circunstancia: Identificamos una interrupción en el flujo esperado de eventos, sin emitir juicios negativos.
  2. Enfoque en la acción: Nos orienta hacia la búsqueda de soluciones y la toma de decisiones.
  3. Estado emocional neutral: Evita la carga emocional negativa, manteniendo una mentalidad más objetiva y eliminación del sentimiento de “víctima”.
  4. Responsabilidad personal: Nos posiciona como agentes activos en la resolución de la situación, permitiéndome actuar desde el rol de “protagonista”.

 Ventajas de declarar un quiebre vs. tener un problema

  1. Claridad mental: Al declarar un quiebre, mantenemos una visión más clara y objetiva de la situación.
  2. Flexibilidad cognitiva: Nos permite adaptarnos más fácilmente a los cambios y buscar soluciones creativas.
  3. Resiliencia emocional: Reduce el impacto emocional negativo, manteniendo nuestra energía y motivación.
  4. Eficiencia en la resolución: Nos enfocamos en identificar el punto exacto donde se interrumpió el flujo, facilitando soluciones más precisas.
  5. Crecimiento personal: Cada quiebre se convierte en una oportunidad de aprendizaje y mejora, en lugar de ser una carga.

 Aplicación práctica

Imagina un líder que dice: "Tengo un problema con mi equipo que no cumple los plazos".

  • Esto genera estrés, culpa y posiblemente conflicto.

Ahora, el mismo líder declara: "Identifico un quiebre en nuestro proceso de cumplimiento de plazos".

  • Esto abre la puerta a un análisis objetivo, colaboración y mejora continua.

En conclusión, al cambiar nuestra declaración de "tener un problema" a "identificar un quiebre", transformamos nuestra perspectiva mental y emocional. Esto nos permite abordar los desafíos de manera más efectiva, especialmente en entornos VICA donde la adaptabilidad y la resiliencia son cruciales. Esta simple pero poderosa modificación en nuestro lenguaje y pensamiento puede marcar la diferencia entre sentirse abrumado y ser un líder efectivo y resiliente.

 Cómo identificar rápidamente un quiebre en un proceso.

Para identificar rápidamente un quiebre:

  1. Define claramente tus expectativas o el flujo normal del proceso.
  2. Observa dónde la realidad difiere de estas expectativas.
  3. Pregúntate: "¿En qué punto específico las cosas no están funcionando como esperaba?"
  4. Evita juicios o culpas; mantén una perspectiva objetiva.
  5. Describe el quiebre en términos concretos y observables.

Ejemplo práctico:

En lugar de decir "Tenemos un problema de productividad", podrías declarar: "Observo un quiebre entre nuestra producción actual de 100 unidades por día y nuestro objetivo de 150 unidades. "Esta forma de identificar quiebres permite un enfoque más preciso y accionable, facilitando la búsqueda de soluciones efectivas.


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