QUIEN ANHELA REDISTRIBUCIÓN, TERMINA PRISIONERO EN SU ILUSIÓN
La idea de “redistribuir las riquezas”, es la táctica perfecta para dominar las libertades de las personas.
Se ha instalado en la mente humana la idea de que la prosperidad y la riqueza son malas, que tener dinero es la raíz de todos los males y es mejor, vivir esperando lo que en el día a día entregue Dios porque un rico es incapaz de alcanzar la aceptación divina. Junto a ese nocivo pensamiento desarrollado por los políticos, las religiones y la mayoría de familias, se ha enseñado también a consumir desmedidamente todo lo que se tenga a la mano “porque solo se vive una vez”, antes de enseñar al individuo a ser creativo, generador de riqueza y proactivo en el ahorro y manejo eficiente del dinero.
Debería enseñarse a las personas a ser generadoras de riqueza y crear su propio dinero, antes de prometérsele redistribuir las riquezas de los que más tienen. Se debería romper con la mentalidad de Robin Hood, “quitarle al rico para darle al pobre” porque en la realidad, esas riquezas se distribuyen hacia un gobierno o entre un cacique y sus amigos. La verdadera riqueza se alcanza cuando tu líder (político, religioso, familiar), te enseña que en lugar de entregar lo que tienes para repartirlo entre los desvalidos, tú eres capaz de convertir lo poco que tienes en algo realmente grande, que beneficie a todos los demás que están a tu alrededor. Esa es una verdadera bendición. Lo otro que nos han enseñado, es simplemente impedirte desarrollar como lo mereces. Tu verdadero líder es aquel que fomenta a prosperar todo lo que tienes, que antes del dinero o los bienes, son tus capacidades, talentos, aptitudes, destrezas y conocimientos, porque todo eso aprendiéndolo a multiplicar te va a entregar mucho más de lo que puedes obtener por una “redistribución” del trabajo de otros y eso, no solo te beneficiará a ti sino también a los que desarrollan una actividad a tu lado.
Redistribuir lo de otros, es un cuento de hadas. Una fábula y una parábola preparada como tantas otras para adormecer las mentes en un sueño de color rosa. Si se quiere acabar con la pobreza, eduque y fomente al pobre para que sea un emprendedor, visionario y soñador. No lo convierta en un “beneficiado” de un bono, campañas y promesas partidistas. Enséñele a la gente a mirar más allá de la necesidad del hoy y edúquela a construir un mañana próspero. Eso es lo que hace un verdadero líder y estadista, porque todos tenemos la capacidad de ganar el dinero que queramos, antes de vivir esperando el dinero que un rol salarial o un beneficio estatal nos asigne cada mes. Lamentablemente en la política actual del siglo XXI, sea de izquierda, centro o derecha, no hay ningún líder en el mundo que enseñe a su pueblo a ser próspero y generador de riqueza, todos son padrinos de la “redistribución” de las riquezas de otros, perfectos encantadores de pueblos dependientes de dádivas y enemigos del crecimiento mental de su población.
El cambio de mentalidad comienza cuando dejas de esperar que otros te solucionen los problemas y empiezas a crear oportunidades. Tu mente es capaz de generar riquezas o pobrezas. Simplemente domínala, controla tus instintos, vence los miedos y tómate de la acción. Deja de pensar que el dinero es malo, ¡el dinero es bueno!. Lo malo es no administrarlo correctamente creyendo que reteniéndolo nos vamos a perder y es mejor gastar desmedidamente. Inviértelo y permite que regrese multiplicado hacia ti. Desecha la idea de que tú tienes mala suerte y el rico buena suerte. Es posible educarse si hay la voluntad de construir un mañana próspero, antes de vivir cubriendo un día de necesidades momentáneas.
Recuerda: Quien anhela la redistribución, termina prisionero en su ilusión.
Que tengas una excelente semana 😉