¿Quiero salvar mi matrimonio por amor o por miedo?
Matrimonio, es la unión de un hombre y una mujer que se concreta a través de determinados ritos o trámites legales.
El lazo matrimonial es reconocido a nivel social. Al contraer matrimonio, se adquieren diversos derechos y obligaciones. El matrimonio también legitima la filiación de los hijos que son procreados por sus miembros.
¿Para qué nos casamos? Desear compartir la vida con alguien no es malo, pero no desearlo, tampoco lo es. El problema reside en los valores que nos transmite la sociedad en la que vivimos: “si no vives en pareja no alcanzas la felicidad”.
Socialmente hablando está muy bien casarse, de hecho, es lo que todos tenemos que hacer. La familia es la base de nuestra sociedad actual, aunque el concepto tradicional de familia está cambiando. Lo cierto es que, a través de la familia o los grupos sociales a los que pertenecemos tanto de forma consciente como inconsciente se nos transmiten una serie de introyectos que llevamos hasta la muerte sin pensar si es bueno o malo para cada uno de nosotros. Cierto es que somos seres sociables y tendemos a “juntarnos” unos con otros para ser felices. La forma de unión más común y mejor vista socialmente hablando, es el matrimonio.
Nos casamos, normalmente, por amor. Un amor que creemos para toda la vida. Un amor romántico que nos lleva a la plenitud. Sin embargo, las relaciones de pareja a veces no son fáciles y comenzamos a plantearnos si queremos seguir o queremos no seguir. Es en este punto dónde nos planteamos si queremos salvar nuestro matrimonio y cómo lo queremos salvar. Podemos estar ciertamente enamorados/as y luchar por ese amor que tanto me ha dado, por mantener esa unión, esa relación tan importante para nosotros y eso está bien. Sin embargo, a veces tenemos miedo a dejar esa relación que ya no nos aporta nada satisfactorio en nuestra vida y tenemos miedo a dejarlo, porque, a pesar de estar mal, creemos que nos aporta seguridad, estabilidad económica, apoyo, hay unos hijos por los que luchar, hay un estatus social que no quiero perder, hay presión familiar y, quizá, también social. Tengo miedo a comenzar de nuevo y me armo de paciencia esperando que se solucione lo que se de antemano que no va a suceder, dejando de ser yo y pensando que puedo ser feliz.
¿en qué punto me encuentro? ¿hasta cuánto estoy dispuesto/a aguantar? ¿es cierto lo que siento o me lo estoy inventando?
Directora Ejecutiva en Felicity House
7 añosGracias!