Ramón García y la ola del cambio: ¿te subes o te quedas en la orilla?
¿Te acuerdas de las campanadas del 2004?
Un SMS humorístico se hizo viral aquella Navidad, proponiendo una rima para acompañar a Ramón García mientras nos deseaba "Feliz 2005".
Si no sabes a qué me refiero, puedes poner el contexto pinchando aquí. Es llamativo ver a Ramón García diciéndole a Ana Obregón que sea ella quien felicite el nuevo año porque a él le da la risa (y luego termina con un “preparen la rima”).
Han pasado 20 años, y todo ha cambiado: entonces no había redes sociales, WhatsApp ni YouTube.
Eran otros tiempos, en los que la televisión dominaba nuestras vidas:
• Telecinco, La 1 y Antena 3 concentraban, cada una, entre el 20% y el 22% de la audiencia.
Hoy, en 2024, las cosas han cambiado radicalmente:
• Antena 3 lidera con apenas un 12%.
• La 1 se queda en un 10%.
• Telecinco desciende a un 9%.
¿Qué pasó con la televisión tradicional?
La respuesta es sencilla: la oferta de contenido explotó. Los hábitos de consumo cambiaron. Ahora las audiencias están fragmentadas, y cada persona escoge qué, cómo y cuándo consumir contenido.
Este fenómeno no se limita a los medios. Está ocurriendo en todos los sectores.
El mundo digital: ¿amenaza o oportunidad?
La llegada de plataformas digitales cambió las reglas del juego.
Hoy, cualquier persona con un smartphone puede convertirse en creador de contenido, y lo mejor es que:
• Los costes de entrada son mínimos. Con 100 € en Facebook Ads, puedes alcanzar entre 20.000 y 50.000 personas, segmentando por intereses, edad, ubicación y más.
• Esto es impensable en la televisión tradicional, donde la producción de un programa cuesta muchos miles de euros.
Esta democratización del acceso ha generado un impacto en los grandes grupos de comunicación:
• Estructuras pesadas y costosas que ya no son sostenibles.
• Menos audiencia significa menos ingresos y más incertidumbre laboral para miles de profesionales.
En el mundo de la comunicación se está dando un gran proceso de reestructuración. Habrá profesionales que tendrán que adaptarse a nuevos roles, y otros muchos perderán su empleo por la sencilla razón de que ya no hacen falta.
Pero lo digital no solo afecta a los medios. Todos los sectores están experimentando cambios similares.
La inteligencia artificial: el gran acelerador
Si el mundo digital ya había transformado los negocios, la llegada de la IA ha sido el catalizador de una revolución aún más profunda.
Herramientas como ChatGPT, MidJourney o DALL·E están cambiando el panorama. La IA:
1. Automatiza tareas repetitivas, eliminando puestos de trabajo que antes parecían esenciales.
2. Ofrece análisis complejos en segundos, mejorando la toma de decisiones.
3. Crea contenido a bajo coste, desde textos hasta imágenes, vídeos y música.
Esto plantea una pregunta inevitable:
¿Tu sector está preparado para este cambio?
Reflexión: amenaza vs. oportunidad
Aunque todo esto puede parecer una amenaza, también es una oportunidad increíble. El mundo digital y la IA:
• Te permiten llegar a mercados inexplorados.
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• Ofrecen herramientas avanzadas a bajo coste, antes reservadas solo para grandes empresas.
• Fomentan la innovación.
Pero hay un requisito imprescindible: la adaptabilidad.
¿Qué ocurre si ignoras esta ola de cambio?
La respuesta es clara: serás arrastrado por ella.
Ejercicio para reflexionar sobre tu posición
¿No sabes por dónde empezar? Aquí tienes un ejercicio práctico para analizar tu situación:
1. Haz una lista de 3 tareas o procesos que hoy ocupan tu tiempo, pero podrían ser automatizados con IA.
2. Piensa en 2 herramientas digitales que podrías empezar a usar esta misma semana (o siendo menos estrictos, cuando pasen las fiestas de navidad) para ganar eficiencia.
3. Define 1 acción concreta que podrías implementar antes de fin de mes para adaptarte al cambio.
Esto no solo te ayudará a identificar áreas de mejora, sino que también te dará un punto de partida para reinventarte como profesional o mejorar tu empresa.
El futuro: ¿lo ves con ganas o con miedo?
Quizá te asuste el cambio. Es natural. Pero también es el motor que impulsa la evolución.
Hoy, tienes dos opciones:
• Aferrarte al pasado y esperar que el cambio no te toque.
• O enfrentarte al futuro con ganas de aprender y aprovechar las oportunidades que trae consigo.
Yo mismo pasé por este proceso hace años.
Tuve que reinventarme profesionalmente porque tenía que compatibilizar la crianza de dos niños pequeños en solitario con la necesidad de ganarme la vida.
Digitalicé mi actividad para poder trabajar desde casa.
Eliminé las barreras de distancia y busqué nuevos mercados, aprovechando los 600 millones de hispanohablantes en el mundo.
Convertí mi actividad en productos escalables como cursos y publicaciones.
Me formé aprendiendo de lo que ya se hacía en Estados Unidos, donde siempre van por delante.
No fue fácil, pero el esfuerzo valió la pena.
Hace poco, le pedí a ChatGPT que imaginara cómo sería mi vida, y esta imagen es lo que creó:
No tengo piscina en casa (la ha puesto porque nado a diario), pero lo importante es que he conseguido encajar las piezas.
Tú también puedes conseguirlo, tanto para tu empresa como para tu persona.
Las oportunidades están ahí. Lo que necesitas es estrategia y decisión.
Han pasado 20 años de aquellas campanadas con rima. Ramón García, “el campanero mayor del reino” (como dice él), sigue en antena, pero ya no está en la Puerta del Sol.
Ahora su puesto lo ocupan otras personas.
Pero tú tienes en tu mano no acabar como él. Porque el cambio es inevitable, pero el éxito es una elección.
¿Quieres que te ayude a evitar los errores que yo cometí y recorrer este camino juntos?
Es fácil dirigir una PYME si sabes cómo.