No realices preguntas incómodas al candidato(a)

“¿Piensas casarte?”, “¿Por qué estás soltero(a)?”, “¿Piensas tener hijos pronto?”, “Si ocurre algo en tu casa, imagino que dejarás el trabajo para ver a tus hijos”, “¿Puedes trabajar mejor con un jefe hombre o mujer?”

Las anteriores son algunas de las preguntas que no deberían aparecer en las entrevistas de trabajo. ¿Cuál es su trasfondo?, ¿qué desean evaluar?, ¿la motivación, energía y potencial del candidato?. Creo que no.

En una oportunidad, conversando con reclutadores, les dije lo siguiente:

¿Se han dado cuenta de que esas preguntas pueden ser incómodas para las mujeres?

Su respuesta fue esta: “Alfredo, son preguntas que también se las hacemos a los candidatos varones”. Podría tener validez la respuesta de mis amigos reclutadores y reclutadoras en un contexto de equidad de género, pero en Perú y América Latina, donde la desigualdad en oportunidades y salario puede llegar al 30%, aquellas son “preguntas balas”, que pueden desestabilizar al candidato, ya que invaden un contexto privado, que trasciende los límites de la empresa.

Tracemos la línea

A los candidatos les digo que tracen una línea para determinar de qué podemos hacernos cargo y de qué no. Actualmente no podemos impedir que planteen esas preguntas, pero sí podemos hacernos cargo, es decir, enfrentarlas si las formulan. Debemos poseer el temple necesario para responderlas y seguir con la energía necesaria durante la entrevista. En el caso de que el reclutador siga realizando ese tipo de preguntas, los candidatos están en todo su derecho de replicarle lo siguiente: ¿Podría por favor saber cuál es el objetivo de esa pregunta? De este modo, el entrevistador podrá comprender que está traspasando los limites. Las decisiones personales no deberían abordarse como tópicos durante un proceso de reclutamiento; ya que se trata de temas privados que no deben ser juzgados ni evaluados como si fueran parte del potencial o de las habilidades del candidato.

No saben preguntar

Muchos jefes no saben cómo entrevistar, ya que no los formaron para ello; por lo tanto, siguen cometiendo los mismos errores. Por ese motivo, las empresas deben implementar programas de entrenamiento para enseñar a realizar una entrevista que permita generar, en primer lugar, un ambiente cómodo, en el cual las respuestas del candidato puedan fluir. Además, se debe enseñar a formular preguntas que rompan el hielo, así como las de profundidad y las de cierre. Por mi experiencia, he podido comprobar que las empresas que entrenaron a sus directivos acerca de cómo evaluar a los candidatos incrementaron su efectividad en la elección de personal e incluso disminuyeron la tasa de rotación.

Responde desde el corazón y la razón

Ahora bien, ¿cómo responder esas preguntas incómodas? Primero deben despersonalizar la interrogante. No es una bala, sino una pregunta que deben responder desde su pasado y su futuro ideado. Presentamos este audaz y sincero modelo de respuesta: “Entiendo claramente tu preocupación, pero te puedo decir que soy un apasionado(a) de mi familia y eso no va a cambiar, porque es importante para mí. De la misma forma, soy un apasionado de mi trabajo. Como puedes ver en mi CV, los logros están presentes y mis recomendaciones, a las cuales puedes llamar, pueden validar mi desempeño. Entiendo tu interés, pero no te preocupes, porque lo tengo todo controlado.

Es probable que cuando el reclutador escuche esta respuesta, sienta vergüenza por haber realizado esa  pregunta. Incluso mientras la escuche es posible que recuerde a su mamá cuando le llamaba la atención y le decía “no te preocupes; todavía no sabes cómo hacer eso, pero yo te enseñaré”.

Si luego de responder de esa manera no te llaman, debes comprender que esa empresa no era para ti y no lo será en el corto plazo. Es mejor llevar nuestra taza de café a un lugar donde se nos permita no solo estar, sino también ser.

PAUSA ACTIVA

• ¿Cómo manejaste las preguntas incómodas durante una entrevista de trabajo?, ¿pudiste hacerlo mejor? 

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