RECUPERACIÓN: TRABAJO MENTAL
El quinto apartado de mi plan de recuperación, aunque en realidad, por orden, debería ser el primero, pues si falla esta parte, fallan todos las demás (Trabajo físico, nutrición, hidratación y microcirculación. Podéis leerlos en mi Instagram o en mi web www.albertbosch.info)
Una lesión, una enfermedad o cualquier otro problema importante, siempre es un trauma, y siempre, sin excepción, afecta mucho nuestro estado psicológico. Y lógicamente, todo lo que aporta de entrada, es negativo, por no deseado, por el sufrimiento que provoca, y por el contratiempo que supone en nuestra vida diaria, o en nuestra actividad deportiva si es el caso.
Si no podemos mucha atención en la gestión psicológica de este trauma, fácilmente nos puede generar estrés, emociones negativas, tensión, irritabilidad, hostilidad, ira tristeza, frustración, ansiedad, y hasta una posible depresión. Estamos hablando de un tema muy delicado, que más allá de la calidad y velocidad de la recuperación, debe ser tomado con la máxima prioridad.
Superar los desafíos emocionales y mentales asociados con una lesión puede ser tan o más importante que la rehabilitación física en sí.
En mi caso, tenía claro desde el principio, que este debía ser uno de los pilares principales, tanto para evitar caer en barrena en el pozo del mal rollo post lesión, como para recuperarme lo mejor y lo más rápido posible.
Hay muchísimos factores importantes en el trabajo mental para una recuperación, pero yo me he centrado en estos tres, que me sirven para enfocarme con fuerza y solidez hacia una solución óptima: Actitud positiva, Convertirlo en reto y Convicción consciente:
1) ACTITUD POSITIVA: Expresión demasiado usada sin entenderla y aplicarla de verdad. Esta no significa ser optimista y estar motivado con un proceso de recuperación. El optimismo es bueno y siempre ayuda, pero no va de esto. Tener una actitud positiva ante una lesión, significa primero ser muy realista y aceptar con pleno conocimiento de causa el problema y todos los efectos, posibilidades y limitaciones que nos afectan. Y a partir de allí, hacer bien todo lo que depende de nosotros, con la seguridad de que el proceso irá, de verdad y de forma absoluta, lo mejor posible que podría haber ido, ya que nosotros no fallaremos.
Yo lo tengo claro: Esta lesión es mi nueva realidad, y voy a ser positivo y hacer lo mejor posible a partir de ella. Y no solo para mi recuperación, sino para que me suponga una mejora y un aprendizaje en muchos aspectos de mi vida.
2) CONVERTIRLO EN RETO: Hemos tenido un accidente, y ello es un trauma importante que nos afecta muy negativamente. Pero voy a decidir no vivirlo como un problema, sino a enfocarlo como un reto. Un problema te puede bloquear, de conecta con lo negativo, y te puede acomodar en el rol de víctima. Pero un reto te conecta con lo positivo, con todo tu potencial, con el entusiasmo por conseguir ese objetivo, con el sentido de todo lo que estás haciendo, con todas las oportunidades que saldrán, etc.
Desde que me rescató el helicóptero en el fondo de un barranco, he dedicado menos de un 5% de mis energías a quejarme o en lamentarme de mi error o mala suerte. Y el 95% de energías restantes las he dedicado a enfocarme y a trabajar en el reto de recuperarme bien, con salud y calidad, y lo más rápido posible. Mi objetivo es participar en la gran expedición que tenemos preparada en Groenlandia a finales de agosto (10 semanas después del accidente), y estoy entusiasmado con el proyecto, trabajando duro y aprovechando todas las oportunidades que encuentro por el camino.
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3) CONVICCIÓN CONSCIENTE: En nuestra situación post lesión o enfermedad, hay una parte objetiva (nuestro estado físico comprobado por los médicos), y una parte subjetiva (como nos sentimos, como gestionamos el dolor, como podemos conformarnos o maximizar el proceso de sanación, como y hasta dónde podemos recuperarnos, como nos limita nuestro estado y su evolución, etc). Por ello, gran parte de nuestra recuperación nace de nuestra decisión interna, consciente o inconsciente, que desencadena pensamientos, acciones y consecuencias. Nuestras “creencias” sobre lo que puede pasar y podemos conseguir tienen una enorme fuerza en todo este trayecto.
Y este es uno de los grandes trabajos que debemos hacer: reprogramar nuestra mente, controlando nuestras “creencias”, emociones e información, para convertirlas en conscientes con la plena convicción de dirigirnos hacia dónde queremos y nos interesa. Nuestra mente tiene la parte consciente y la inconsciente, y actúa como un ordenador que gestiona información constantemente. Mientras leemos estas líneas, somos conscientes de unas 40 unidades de información, y la mente subconsciente está procesando más de 10.000.000 de unidades de información. Por tanto, la mente inconsciente tiene una capacidad 250.000 veces superior para procesar información ante cada situación. Por ello tenemos que trabajarnos para evitar que nuestras “creencias”, la “información externa”, las emociones, o el “sentido común” (de la sociedad, de nuestro entorno familiar o social e incluso de los doctores), actúen a través de la mente inconsciente haciendo llegar información no adecuada al consciente para tomar las buenas decisiones. Debemos cuestionar y revisar esta información que nos llega del subconsciente, para poder llegar a tener la visión consciente y la convicción profunda de lo que queremos y podemos conseguir en nuestros procesos de vida en general, y de una recuperación en concreto.
En mi caso concreto, mediante la meditación, el mindfulness, ejercicios de visualización, conversaciones enfocadas, estudio y reflexión, he llegado a convencerme de que estaré en Groenlandia a finales de agosto explorando su inaccesible costa del suroeste. Mi subconsciente ya lo sabe, y gestiona la información a partir de aquí, para que mi mente consciente esté enfocada y convencida de que será posible y, más importante todavía, de que hará lo tiene que hacer para que sea posible.
Ojo, que la vida no va de lo que pensamos o deseamos, sino de lo que hacemos a partir de lo que pensamos y deseamos. Todo el mundo desea tener salud y recuperarse bien y rápido de una lesión o de una enfermedad, pero pocas veces hacen realmente lo necesario para que ello suceda, y la clave está en estar plenamente comprometido en ello.
Lo que cuenta es la acción. Pero para pasar a la acción, la mente debe estar entrenada, programada y convencida con plena consciencia de que rumbo seguir y de la necesidad de activarse hacia él.
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Martí Sala Coaching: TDAH coach i PNL Life Coach
5 mesesBuenas reflexiones, Que gran poder tiene nuestra mente y que importante es enfocarnos en lo que tenemos control. A Por todas Albert Bosch
Acelero a profesionales, equipos y empresas ambiciosas | Experto en Liderazgo entrenado en HARVARD 🇺🇸 🇪🇸 🇧🇷 | Coach Ejecutivo | Conferencista | Profesor Liderazgo y Negociación en MBA | 🚴🏼 MTB 🎩 Mago
5 mesesTrabajar la parte psicológica es fundamental para una óptima recuperación. ¡Excelentes puntos Albert Bosch