¿REESTRUCTURAMOS LA DEUDA O NO? ¿ES BUENO O MALO?
Veamos algunas situaciones que pueden ser una alarma financiera:
- Línea de capital de trabajo usada hace años y revolvente.
- El gasto financiero de la deuda de corto plazo consume la utilidad operativa.
- El EBITDA bajo y no se puede pagar la deuda en cuotas contraídas.
- Las ventas bajaron y el flujo cayó.
- Las NOF (necesidad operativa de fondos) son menores a la deuda de corto plazo.
Pongamos dos ejemplos:
Al bajar mis ventas, el cálculo de NOF para financiar mi ciclo es de U$ 1.5 MM, hoy tengo una línea de KT por 2,5 M al tope. Tengo U$ 1 millón de desfase, el cual generará intereses adicionales afectando a la utilidad neta y al flujo.
Mi servicio de deuda actual es de U$ 230 M por mes, mi EBITDA mensual está siendo U$ 150 M, no puedo afrontar las condiciones de pago, y ya estoy atrasado 60 días.
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¿Qué hacemos?
Lo ideal sería tener esta situación ya prevista en la matriz de planeamiento anual: presupuesto y flujo de caja. De esta forma podemos negociar con el banco con anticipación.
Hay que tener clara la propuesta hacia el banco: Primero el motivo de la caída del flujo; segundo las acciones de la empresa para corregirlo: reducción de costos y gastos, y nuevo esquema de financiamiento; y tercero, conocer muy bien los KPIs de solvencia, rentabilidad y apalancamiento para estar alineados con los requisitos de la operación.
Lo que no debe suceder es extender el plazo de pago de una obligación, si no buscar un crédito nuevo para cancelarla y bajo esta forma extender el plazo.
Si deseas saber más de este tema importante el Equipo Externo Experto de Finanzas de Eva Consulting te puede ayudar a resolver tus dudas
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