Reflexionando sobre el valor de la naturaleza
“La Tierra provee lo suficiente para satisfacer las necesidades de cada hombre, pero no la avaricia de cada hombre” (Mahatma Gandhí).
De acuerdo con el documento The New Nature Economy Report 2020, publicado por el Foro Económico Mundial, más de la mitad del PIB mundial – 44 billones de dólares- depende moderada o altamente de la naturaleza y sus servicios. Sin esto, la otra mitad del PIB no podría sostenerse, un ejemplo es la fabricación de baterías para lo cual se necesitan recursos naturales, como los mineros.
El Reporte señala a las industrias de la construcción, la agricultura, y alimentos y bebidas, como las más dependientes de la naturaleza; en conjunto representan el 22% de los 44 billones de dólares del Producto Interno Bruto (PIB) mundial. Lo anterior, se deriva a la alta necesidad de extraer recursos de bosques y océanos o de la prestación de servicios ecosistémicos como suelos sanos, agua limpia, polinización y un clima estable.
Asimismo, el Reporte encontró que muchas industrias tienen una importante “dependencia oculta” de la naturaleza en su cadena de suministros y esto las sitúa en un mayor riesgo. Algunas de las industrias son químicas y de materiales; aviación, viajes y turismo; bienes raíces; minería; cadenas de suministro y transporte; y comercio minorista, bienes de consumo y estilo de vida.
Por ello, resulta importante considerar que “los daños a la naturaleza causados por la actividad económica ya no pueden considerarse una externalidad” (Dominic Waughry, Director Gerente del Foro Económico Mundial). Por este motivo, la integración de la naturaleza en los objetivos, estrategias y operaciones planteadas por cada empresa sea un componente intrínseco.
¡En la naturaleza está la respuesta!
Las soluciones basadas en la naturaleza podrían contribuir enormemente a minimizar los efectos nocivos que la actividad económica a generado en la naturaleza. Estas se refieren a un conjunto de acciones o políticas que aprovechan el poder de la naturaleza para abordar algunos de los desafíos sociales más urgentes, como la amenaza de la disponibilidad del agua, el creciente riesgo de desastres naturales o el cambio climático.
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Las soluciones implican proteger, restaurar y gestionar de manera sostenible los ecosistemas, de manera que aumenten su resiliencia y capacidad para abordar esos desafíos sociales y al mismo tiempo que salvaguarden la biodiversidad y mejoren el bienestar humano.
¡Todo en la naturaleza se utiliza en un ciclo cerrado continuo!
Un modelo de producción y consumo que considera transitar hacia ciclos cerrados y continuos es la economía circular. Este modelo presenta un marco para la economía global desacoplada de los materiales finitos.
El valor de la naturaleza es inconmensurable
Finalmente, el valor de la naturaleza es inconmensurable por todos los beneficios que nos brinda y los ejemplos que nos aporta para nuestra subsistencia. Por esta razón, las empresas, los gobiernos y la sociedad necesitamos un llamado de atención para cuidar a la naturaleza, a la Tierra, a nuestro hogar.