Reflexionemos sobre la antiguedad laboral

En estos días cumplo 12 años en la empresa que laboro: Carat Dominicana.  Ha sido un  tiempo de muchos logros, crecimiento, desencantos,  caídas y levantadas.  Y quiero reflexionar algunos puntos con ustedes:

La permanencia en una institución muchas veces  te hace sentir que no avanzas y hay situaciones que traen desgate en la relación (Empresa-Empleado),  sin embargo debes trabajar en minimizar este desgaste y maximizar los triunfos.

Como sabemos pasamos más tiempo en nuestro lugar de trabajo que en nuestro hogar. Si vivimos en un apartamento alquilado, al pasar el tiempo, empezamos a sentirnos dueños, (yo pago por vivir ahí), pero cuando se necesita corregir, reparar o cambiar algo que se ha roto decimos: que lo arregle el dueño (esto no es mío).  Es nuestro hogar y si está en nuestras manos debemos hacer las correcciones de lugar para sentirlo como tal.

Muchas veces nos concentramos y acostumbramos a ejecutar una labor y cuando nos solicitan realizar más allá de las funciones  del  “puesto” simplemente pensamos: no me contrataron para eso. Sin embargo lo idóneo es  conocer los procesos internos, aprender cómo funciona cada área y departamento sin traspasar sus funciones pero dispuestos a colaborar en todo momento. Debemos enfocar nuestra mirada en el crecimiento personal e institucional.

Si se abre una posición en la empresa, entiendo que por antiguedad, el puesto debe ser mío y me olvido que hay requisitos, un perfil para cada posición, que es por los logros y la preparación, no por herencia.

Nos acostumbramos y acomodamos en la posición y no pensamos en renovarnos para el bien de la empresa, solo como currículo personal; ante  una oportunidad de prepararnos profesionalmente no solo pensemos que me servirá como individuo, sino en  cómo  aplicar estos conocimientos en la función que desempeño y como esto ayudara a mi equipo de trabajo.

Nuestras desilusiones  debemos callarlas, nunca hablemos mal de nuestro trabajo con nadie, ni dentro ni fuera, por el contrario, celebremos los logros. Las metas alcanzadas por la empresa también son las nuestras, por eso es necesario felicitarnos cada uno en particular, Cada progreso y posicionamiento de la empresa también es nuestro.

Tras estos 12 años laborando, he aprendido que para lograr mejores resultados que incidan en mi entorno, debo amar mi lugar de trabajo desde el primer día hasta el día que salga. Debo identificarme y apropiarme de la empresa como si fuera mía.

La mentalidad  de que lo único que tienes es la puerta, debes cambiarla. Si un día toca salir, porque en algún momento acontecerá, que tus  huellas hayan sido para transformar para bien cada rincón  y  cada persona a la que hayas  tenido la oportunidad de servir. Que quien llegue no tan solo pueda ver la buena labor que has realizado sino que tus huellas le sirvan de guía en todo tiempo.

“La fidelidad en lo ajeno es un principio bíblico para que puedas tener lo propio. La fidelidad en lo poco te lleva a ser fiel en lo más. Cada año en el mismo lugar te hace sentir parte y dueño, compórtate como tal”.