Reflexiones #Covid-19
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Reflexiones #Covid-19

Vida normal. Nos levantamos como cada día, con la mente activa de todo lo que nos proponemos cada día. Leemos noticias, el mundo sigue cuál loco. Se mueve, nunca se para. Escuchamos día tras día lo que sucede en #China, Le restamos importancia, total si no me va a tocar a mí. Después llega #Italia, lo mismo. Sigue sin tocarme a mí.

Ups, primer caso notificado en nuestro país, #España, que nos llega de la mano de los medios de comunicación. La cosa empeora, se pone fea, cada vez más fea. 

Ya parece que nos está tocando a nosotros. ¿Debemos prestarle más atención? Parece ser que sí. El Gobierno decreta Estado de alarma y #confinamiento. ¿qué significa esto?

Estas dos palabras significan muchísimo. Ninguno de nosotros sabíamos lo que nos iba a deparar. Obviando la crisis sanitaria en primer lugar, y segundo lugar la crisis económica, hay un aspecto meramente importante y es el hecho de cómo nos iba a cambiar la vida. El espacio donde vivimos, nuestras relaciones familiares y sociales, nuestra forma de trabajar.  Ninguno, me repito, ni conocíamos ni sabíamos lo que esto significaría.

Confinados. Todos en casa. No se permite salir, a menos de necesidad alimenticia,  médica, sacar a tu mascota o trabajo esenciales.  ¿qué ha ocurrido durante este tiempo? Calles vacías, plazas sin encuentros, carreteras sin apenas circulación, parques vacíos donde todo lo vivo se movía a sus anchas sin la presencia de seres humanos, playas desérticas, bosques floreciendo más que nunca. ¿y las relaciones sociales? Pasaron de ser presenciales, a ser telemáticas. Un poco extraño.

Lo que más me llama la atención es cómo los niños y adultos, pasábamos previo al #covid-19 más tiempo que nunca en casa, sin acción, sin movimiento. Y ahora tocaba, quedarse en casa más obligados que nunca. ¿ que ocurría? Que cuando nos prohíben algo, el efecto que tenía en nosotros era todo lo contrario. Querer salir a esos espacios públicos, donde antes no apreciábamos su importancia. Nuestros espacios donde habitamos, nuestras casas, se han tenido que modificar según íbamos necesitando, nuestras relaciones iban mejorando, o empeorando en algunos otros casos. Otros han tenido que hacer lo que hacían en sus 24 horas: alimentarse, trabajar, estar en casa y dormir en un mismo espacio compartido. Extraño, lo sé. Pero también nos hemos acostumbrado. 

Una vez, se producía la #desescalada, ¿qué pasaba? todo el mundo tenía las ansias de salir a la calle. Jamás había visto más niños jugando en la calle, más perros paseados por sus dueños, más personas haciendo deporte, más reformas en las casas dando valor a donde habitamos, más saludos entre vecinos que antes jamás se habían saludado, más vegetación creciendo a sus anchas, fauna volviendo a lugares donde habían desaparecido. ¿hacía falta una parada mundial por un virus para que esto sucediera?

Han pasado varias semanas, y parece que no hemos aprendido mucho. Todo vuelve a su curso tal como era antes. ¿O tal vez sí hemos aprendido? Quiero pensar que sí nos ha servido de algo, quiero pensar.

Rafael Gil García

Arquitecto | 🌍 Dirijo la construcción de proyectos de cooperación para ONGs en África | 🇺🇬 Escribo sobre ello en mi newsletter "Arquitecto en Uganda"

4 años

Quiero pensar, pero no lo pienso... Somos lo que nos merecemos, hay más bien poco cambio. Al menos de momento. Hasta que nos toque...

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