Reflexiones de una argentina y una española sobre los comentarios agresivos e irrespetuosos en LinkedIn

Edith y yo continuamos con nuestra serie de escritos "a cuatro manos". En esta oportunidad, lo hacemos respecto de los comentarios vertidos de manera irrespetuosa y agresiva. Te acercamos nuestra experiencia desde dos países, Argentina y España, pero con situaciones parecidas.

EL DIÁLOGO by Edith

Desde hace unos meses estamos analizando con Ángeles, las respuestas y opiniones que algunos profesionales escriben en diversas publicaciones en esta red social profesional. Por mi parte, he realizado algunas capturas de pantalla para intentar comprender por qué algunos profesionales escriben con tanta agresividad rozando el punto violento.

Me ha sorprendido el constatar que muchos de sus perfiles, abundan en títulos académicos, postgrados, maestrías y hasta doctorados. Una vez más, he concluido que la buena educación se adquiere en el hogar.

También me he preguntado si, cuando estos profesionales califican con palabras soeces lo que critican: ¿no sería acertado pensar que su propia opinión podría ser calificada de igual manera? Y por qué no pensar que pueden ser provocadores, conocidos como trolls, o haters, que disfrutan de publicar comentarios burlones o irónicos.

Como dije antes, LinkedIn es una red social profesional en la que desde que recuerdo, siempre han imperado la educación y el respeto por el otro y sus opiniones, con el simple objetivo de fomentar un diálogo constructivo y de crecimiento mutuo.

Buceando en Internet encontré la siguiente definición sobre el diálogo: “El "diálogo" típicamente concierne a dos interlocutores en cada turno, con uno liderando la "discusión" y el otro concordando a ciertas conjeturas que se le muestran para su aceptación o rechazo. Es una forma de búsqueda de la "verdad". Por eso, el "diálogo" se puede dar entre dos o más personas cuando éstas buscan honestamente la respuesta a una pregunta mediante su propio esfuerzo, reflexión y razonamiento.”

De esto se trata participar en esta red, de ser capaces de construir un diálogo en el que se cuide el valor de las palabras, lo que representan y los estímulos que generan en quienes leen lo que se publica.

El enojo que lleva a realizar comentarios violentos o agresivos, se puede gestionar utilizando el eterno consejo para la redacción de mensajes de correos electrónicos: “nunca responder una comunicación cuando se está enojado”.

Teniendo en cuenta que la opinión la emite una persona hacia otra y que lo hace con nombre y apellido (que podría ser un seudónimo) y que el perfil podría o no tener una fotografía, surge otra cuestión: ¿por qué hacerlo a los gritos, escribiendo con letras mayúsculas y encerradas entre signos de exclamación o interrogación, en ocasiones seguidos de emoticones burlones?

Imagínate lector, si mantuvieras con esas mismas personas una reunión presencial o una negociación, ¿tú crees que se atreverían a manifestar su agresividad o violencia de la misma manera? ¿o a expresarse con palabras groseras sobre las opiniones de los demás?

En mi caso, pienso que no. Esos comportamientos se dan lugar desde el móvil o la computadora, puesto que los mismos les sirven de “escudo”. Ellos creen que nadie les ve ni les oye porque solamente les lee, más quien sabe leer “entre líneas” seguramente pensará: nunca le contrataría o bien, pulsará el famoso botón de bloqueo.

Ciertamente, lo que escribimos, las opiniones que ponemos en común, las ideas que expresamos, brindan a quienes nos leen gran cantidad de información sobre nuestra personalidad y ello determina nuestra marca personal.

En el mundo actual, en el que se busca la armonía así como el bienestar físico y psíquico –entre tanta escalada de violencia- ¿a quién podría interesarle estar relacionado con una persona irreverente? O ¿quién se atrevería a contratar sus servicios o comprar su producto?

Opiniones vertidas con descaro o con la intención de provocar estímulos negativos y, gozar con ello, ocasionan una marcada distancia en las relaciones que se desean forjar y mantener a largo plazo.

En “Fuente Ovejuna”, Lope de Vega pone en boca del Comendador: “Es llave la cortesía/para abrir la voluntad; y la enemistad/la necia descortesía”.

HAYA PAZ Y BUENA VOLUNTAD EN LINKEDIN by Ángeles

Por segunda vez tengo el honor de compartir publicación con mi entrañable amiga de LinkedIn Edith de la que solo me separan unos miles de km de distancia físicos pero con la que tengo un precioso vínculo ¡llegará el día en que nuestro abrazo sea real, de momento nos conformamos con lo virtual!

Los que me conocéis sabréis que soy muy fan de LinkedIn. Disfruto mucho debatiendo e intercambiando opiniones con otros profesionales. Pero en ocasiones, y últimamente más a menudo de lo deseable, soy testigo o destinataria de comentarios agresivos, rozando el insulto. Ello me ha llevado a hacerme algunas reflexiones que me gustaría compartir con vosotros.

Somos profesionales, pero también somos personas

Sí, LinkedIn es una red profesional, de acuerdo, pero detrás de cada profesional hay una persona, con su “corazoncito” y sus sentimientos. Y a todas las personas nos gusta que nos traten bien, con respeto y educación.

Ser profesional, y querer demostrarlo, no significa “ir pasando por encima de los demás”.

De la misma manera que debatir o discrepar no significa descalificar. Por supuesto que en LinkedIn puedes no estar de acuerdo con otras opiniones, y estás en tu derecho (incluso en tu deber) de manifestarlo; pero no pierdas de vista que una cosa es discrepar, incluso hacer una crítica, y otra muy distinta atacar, linchar o humillar a la persona con la que no estás de acuerdo.

Sé positivo y agradable, educado y respetuoso; trata a los demás como te gustaría que te trataran a ti

Siempre que puedas sé positivo y agradable, educado y respetuoso. A veces te costará más, a veces menos, pero estarás contribuyendo a crear un buen clima en LinkedIn y a que sea un sitio más agradable donde “estar”, hacer negocios y relacionarnos.

Y, a la corta o a la larga, tu reputación de buena persona (además de buen profesional) te lo agradecerá y, muy probablemente, te verás recompensado.

Al fin y al cabo, es cuestión de tratar a los demás como te gustaría que te trataran a ti.

LinkedIn no te obliga a nada

Si no te gusta alguien, o lo que publica, no tienes por qué estar continuamente “entrando al trapo”. LinkedIn no te obliga a ello. De hecho, te ofrece varias fórmulas para que “pases página” y deje de “hervirte la sangre”. Por ejemplo, puedes dejar de seguirle, o eliminarle de tu red de contactos, o incluso bloquearle.

Tampoco tienes que ofenderte si le envías una invitación a alguien y te la rechaza. En LinkedIn hay libertad, y una de ellas es la libertad para que cada uno acepte o rechace las invitaciones a conectar que desee. Esta libertad la tienes tú… y también la persona que te rechaza.

Y, cuando tengas que aclarar algo con alguien, te recomiendo que hagas uso del buzón interno de LinkedIn.

“LinkedIn es amor”♥♥. Algunos consejos con los que puedes contribuir a que realmente lo sea

“LinkedIn es amor”. Me lo habrás leído en alguna ocasión. Si quieres contribuir a que realmente lo sea, te puedo dar algunos consejos (sí, lo sé, ya te he dado varios a lo largo de este post, pero estos de ahora no están de más):

• No prejuzgues ni juzgues sin conocer lo que el otro piensa o siente. A veces nos apresuramos en “sacar conclusiones”, y a veces esas conclusiones son erróneas. Ten en cuenta, además, que en LinkedIn la comunicación es escrita, no nos vemos ni oímos (lo que a veces serviría para matizar o aclarar lo que escribimos, y no dar pie a malentendidos).  
• No te precipites, y piensa antes de escribir o de responder. Es cierto que las redes sociales nos predisponen a veces a ir a toda prisa. Pero hay ocasiones en las que antes de escribir o de responder (por ejemplo, en un debate de LinkedIn), conviene pensárselo bien antes de “disparar”. Respira hondo, “cuenta hasta cien”, o levántate y camina un poco; pero, por favor, no escribas “en caliente” porque puedes hacer daño… y, además, luego te puedes arrepentir de haber sido tan “impetuoso”.

Termino estas reflexiones con un proverbio árabe que puede ser de ayuda "No abras los labios si no estás seguro de que lo que vas a decir es más hermoso que el silencio".

Si quieres conocer nuestro otro post a medias "Reflexiones de una argentina y una española sobre la manía de no responder en LinkedIn" pincha aquí