REGRESA EL CAOS DEL INGRESO A LAS  UNIVERSIDADES.
Porfirio Jiménez Rios. Director.

REGRESA EL CAOS DEL INGRESO A LAS UNIVERSIDADES.

En un contexto histórico mientras se cerraban catorce universidades privadas, se planeaban otros cuatro establecimientos, esta vez nacionales y emblemáticas, ubicadas estratégicamente en diversos sectores del país. Desde marzo del 2014, Yachay conocimiento, en lengua quichua funcionaba en Imbabura en 4.270 hectáreas, y estaba especializada en ciencias exactas t, orientada hacia la investigación científica y el fomento de industrias para las áreas de biomedicina, petroquímica, nanotecnología, emprendimiento, informática y geología. En el futuro, esa ciudad del conocimiento, nombrada diferenciadamente, estaría vinculada a once institutos de investigación que conformarían parques científicos y tecno industriales construidos a su alrededor. Es la primera vez que se crearía en Latinoamérica una universidad en la que el 97% de estudiantes y el 100% de profesores no proceden de 20km alrededor afirmaba por ese entonces el rector; añadiendo que una de las metas era ayudar a cambiar la línea de producción nacional, con docentes extranjeros, albergaba a un total de 169 estudiantes y tenía en sus planes abrir maestrías en energías sustentables, nanotecnología, química orgánica y farmacéutica.

Existen nuevas normativas y nuevas medidas de evaluación que pretenden mejorar las universidades del país y su empeño científico académico, forjando un modelo que desacredita la realidad nacional, su conocimiento universal y concreta la función práctica y productiva de la universidad, función que es utilitaria al proyecto político, modernizante y neo desarrollista. Una falsa noción de universalismo del conocimiento parecería ser el principio que está orientando las políticas de la educación superior, una suerte de capitalismo académico que niega la universidad como espacio público de debate, discusión, análisis y crítica. La historia de la universidad ecuatoriana ignora su papel fundamental como repositorio de la profesionalización nacional haciendo perder su sentido y horizonte.

Lo que se ponía en juego era la concepción de Universidad y de conocimiento en relación con esto enmarcado en nuevas reconfiguraciones de la colonización del saber en un gobierno que abanderaba el progresismo en un país con una constitución de carácter intercultural, y en el contexto de la LOES (Ley orgánica de educación superior) que señala como una de las funciones de la educación superior promover las lenguas, culturas y sabidurías ancestrales en el marco de la interculturalidad, luego de la evaluación de las universidades, en una segunda etapa de esta revolución educativa, se evaluaron las sedes o extensiones, también clasificándolas esta vez en cuatro categorías: aprobadas, condicionadas fuertemente, para esto se fueron dando iniciativas particulares de las universidades para invertir en la formación de sus profesores, mientras que el Estado otorgaba becas de formación de cuarto nivel y se llevaba adelante el programas de transferencia de conocimiento adquirido llamados “Prometeo de Viejos Sabios” que contrataba profesores e investigadores extranjeros o nacionales radicados en el exterior con título de doctorado, el programa financiaba la estadía para aquellos que venían a trabajar a universidades e institutos de investigación públicos con salarios más altos que los de los profesores nacionales,  este nuevo examen demostró, que las comunidades económicamente deficientes tienen las mismas capacidades que otras, pero no las mismas oportunidades. Un 70% de los las estudiantes que entraban antes a la universidad pertenecían al 20% de las familias económicamente acaudaladas. Con nuestra política de gratuidad, el nuevo examen de admisión y el otorgamiento de becas a los estudiantes de condiciones económicas no favorables, estamos revirtiendo las cosas.

Así el Sistema Nacional de Nivelación y Admisión (SNNA) actuaba como un intermediario entre la oferta de las universidades y la demanda estudiantil, y se mostraba como un modelo incluyente al ofrecer iguales oportunidades para todos los jóvenes. Según las calificaciones obtenidas, los estudiantes tenían acceso a una u otra carrera. Los que obtenían puntajes más altos en el ENES (más de 950 sobre 1 000), integraban el Grupo de Alto Rendimiento (GAR), con posibilidad para postular en universidades extranjeras. Según datos oficiales, el 21% de los GAR correspondía a graduados de colegios municipales de Quito, indicó que ese grupo constituía el 0,2% del total de quienes rendían el examen, Por esta razón, al momento de la prueba de actitud identificamos a los estudiantes en situación económica desfavorable y les otorgamos automáticamente una beca de USD 160, que corresponde a la mitad del salario mínimo en Ecuador, y doblamos esa suma a los estudiantes de estas categorías populares que obtienen notas superiores a 8/10 pts., durante los exámenes, para su formación académica, hablamos de alrededor de USD 300. Es importante destacar que en Ecuador, estas personas viven con ingresos menores a $2 por día. Así que esto es un incentivo real para que el mantenimiento universitario.  El mejoramiento de la calidad y la democratización de la educación superior era siempre un tema central en la política pública.

Esta decisión incrementó la matrícula de alumnos de comunidades económicamente excluidas en universidades de 11% a 20% entre 2006 y 2013. En ese mismo periodo, la asistencia de la población indígena a los centros educativos aumentó de 9,5 % a 17,5% y de población de comunidad afro descendiente de 14,1% a 25,5%. La democratización de la educación fue un frente amplio de trabajo en toda referencia a la política pública. Se señalaba en repetidas ocasiones que el SNNA había permitido que los estudiantes tuvieran las mismas oportunidades de acceso a la educación, en este momento la asignación de cupos se ha invertido en un sistema de “meritocracia” y no por “palancas”. La idea emergente sobre la meritocracia pareciera indicar que en cada joven con interés en su educación superior y mediante sus propios méritos educativos de cualquier situación socioeconómica, tenía igualdad de oportunidades para a acatar su interés profesional: médico, ingeniero, genetista, docente o político, empresario o intelectual, lo cierto es que las capacidades de autodeterminación están desigualmente distribuidas en el tejido social y sean cuales sean los recursos y capitales, su disponibilidad, acceso, adquisición y uso exceden siempre nuestras voluntades individuales.

Son 85 000 los jóvenes sin acceso a la universidad, es un cantidad alta de personas que busca educación accesible. Una de las inquietudes es que 76% de quienes aspiran a una de las 122.000 plazas disponibles pertenece a grupos de rezago en años anteriores. Esto quiere decir que la demanda para el ingreso en el sistema de educación superior se encuentra al momento sin resultados. La pregunta que se impone es qué ocurrirá con esta población: ¿es posible ingresar en un mercado laboral sin titulación o experiencia profesional?, dentro de un país sin actividad económica emergente. Siendo un problema de administraciones anteriores es decir estructural y que si ¿solo se tuvieran 60.000 bachilleres al año?. Si bien la universidad es un espacio en donde se debe generar conocimiento debería está generar oferta en función del mercado laboral. 

Es el lugar en donde se busca  desarrollo profesional y social, mejoramiento de las condiciones de vida. Sin embargo es una competencia desleal al momento que muchos de ellos son el resultado de una deficiente educación secundaria.

Hemos intentado en estos dos últimos semestres incentivar a los jóvenes a que no sigan apostando a las mismas carreras. Por ejemplo en la Facultad de Medicina no existen  cupos suficientes así la Universidad Central del Ecuador apertura 250 plazas y no se puede pretender que reciba a 3.000 personas con postulaciones de años anteriores, de ahí la importancia de promocionar ofertas y plazas que apunten a otras carreras importantes como por ejemplo técnicas y/o tecnológicas. Estas tienen una mayor vinculación con el mercado privado, con el sector productivo y que pueden conseguir empleo en tiempos más reducidos. Existe la imagen que los existe la posibilidad de estudiar a elección propia y no por imposición. En la práctica uno debe preguntarse, qué tan posible ha sido esto, hay un descontento en función  de la no elección.

Por ejemplo en el semestre anterior, siguiendo la política de los últimos años la Senescyt (Secretaria nacional de ciencia y tecnología) propuso la postulación por cinco opciones de carrera. Pero a raíz de  postulaciones por una cuarta o quinta carrera, sin mucho sentido y simplemente por llenar un formulario, redujimos a tres. Antes teníamos gran dispersión, postulaban a Medicina y como segunda carrera a Ingeniería. Dos competencias, habilidades y conocimientos completamente diferentes. Si tengo vocación para ser médico postulo a Medicina, en tres universidades distintas, eso sería lo lógico, pero una cosa es que ellos postulen y otra es que puedan tener el acceso, porque los cupos siguen siendo ofertados por las universidades.

Eliminamos el examen de conocimientos por una prueba de competencias y habilidades. Incrementamos el peso del récord académico del 40% al 50% y bajamos el condicionamiento de la prueba del 60 al 50%. Pusimos un test de orientación vocacional y estamos trabajando con el Ministerio de Educación para buscar la manera para que este proceso se dé en períodos más tempranos, por ejemplo en décimo de básica. Así los chicos tienen tres años de oportunidad para desarrollar competencias con la ayuda de sus propios docentes, normalmente son los que vienen arrastrando de semestres anteriores, la gente que se está quedando es la que no ha tenido esa preparación adecuada para poder ingresar a un sistema de educación superior. Vemos que sí, que hemos tenido mejores resultados ahora, porque el EAES examen de acceso a la educación superior era de conocimientos en distintas áreas. Le pedían lo mismo a un estudiante que quería estudiar Medicina que a uno que quería estudiar derecho.

Eliminar el examen de ingreso a la educación superior es un error, ya que regresan procesos de selección viciados por autoridades de turno, incentivando al incremento de la corrupción. Se debe implementar un mecanismo para darle la misma oportunidad a la comunidad en su amplio espectro y corregir las deficiencias educativas en la escolaridad dentro de los regímenes públicos.

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