Reinventarse. ¡Sí! …pero, ¿cómo?

Está de moda, lo sé. Pero -tal vez- sea algo más que la moda. Tal vez, sea un momento para experimentar algo más allá de lo individual y conectarnos todos en una ola de transformación. Yo creo que el mundo necesita cambios, y creo que ese cambio empieza en uno.

Esa tendencia, ese empuje muchos lo sentimos. Bien sea que venga de nosotros mismos, de lo que percibimos alrededor de nosotros, o de fuerzas que literalmente nos propulsan fuera de la inercia en la que veníamos.

En conversaciones recientes con un profesional experimentado que ha visto sus actividades en pausa debido al aislamiento que se vive en su ciudad, le escucha el discurso que estoy segura esa persona escucha en medios y corrillos. “¡Hay que reinventarse Xime!”, me decía. Sin embargo, ante la idea de cambiar sus rutinas y herramientas para prestar sus servicios profesionales en formas innovadoras, su posición fue “Otros colegas lo están haciendo, pero lo mío es otra cosa”. Y yo entiendo de dónde viene.

Reinventarse, sí, pero, no todos tienen la misma idea sobre transformación.

Para algunos transformarse será adaptar cambios de forma a sus rutinas, originados por el nuevo normal: por ejemplo, nuevos protocolos de salud ocupacional más estrictos, más ampliamente aplicados, y los recursos invertidos en ellos. Pero sus procesos de producción/prestación y entrega no se verá significativamente impactados.

Para otros reinventarse significa repensar la forma en que entregan sus productos y servicios. Para algunos todo el proceso de producción/prestación pueda verse comprometido.

Más, para algunos, se trata de un cambio en otro nivel. Reinventarse para estas personas no se trata solo de lo que hacen, sino de por qué lo hacen, para qué lo hacen, e incluso… quiénes son.

Para todos, el proceso de transformación es un desafío, sin importar en dónde se origine. 

• Puede gestarse en un nivel de consciencia que busca la estabilidad, la seguridad, y que buscará cambiar solo lo necesario para adaptarse a la nueva realidad, saber qué puede esperar en este nuevo contexto, aunque sea en un plazo muy inmediato.
• También puede la motivación venir de un nivel de consciencia de transformación en el que se incluyen las voces escuchadas en el sistema; se actualizan las rutinas y las herramientas, al responder de formas innovadoras el por qué y el para qué. Estar conectado, fluir con los cambios, pertenecer al sistema contribuye a la identidad.
• Un nivel más alto de consciencia cuestiona el quién, el por qué y el para qué. Su transformación está orientada a hacer una diferencia significativa y de mayor impacto a su alrededor como camino a la propia transformación. Es decir, a través del servicio a otros se logra la transformación deseada. 

Este último es el nivel que produce un cambio sistémico y sostenible. Sin embargo, creo que todos a lo largo de nuestra existencia experimentamos todos estos niveles de necesidad y transformación. Lo que creo que estamos viendo en un número de personas intentando transformase en ese tercer nivel, tantos como para marcar una tendencia.

La pregunta sigue siendo “¿Cómo?”.

Google muestra alrededor de 17,000 resultados al respecto (“reinvent yourself”, “reinventarse”). He escuchado en los últimos 30 días un numero de maneras de (con la misma idea de fondo), encontrar “Mi propósito”. He escuchado y analizado varios de ellos, y los creo válidos todos. Veo diferencias en el enfoque de audiencia, su “para qué”, y la forma de entregar su método. Lo clave allí es que el usuario, el explorador que quiere reinventarse, debe tener claro cómo su búsqueda se conecta -o no- con el camino que se le ofrece.

Habiendo yo misma experimentado este proceso en los últimos años de manera lenta y en los últimos meses de manera acelerada y definitiva, puedo ofrecer un par de consejos sobre lo que ha sido efectivo para mí.

¿Cómo reinventarse?

1.Responder con profundidad y honestidad el “quién”

•  El momento de vida en que se haga esta pregunta influye en la mejor manera para descubrir la respuesta. Si estoy empezando mi vida, me enfoco en mis pasiones. Si tengo experiencia laboral y de vida más amplia, no necesariamente dejar condicionar mi futuro por lo que he hecho en el pasado, pero sí usar lo que he aprendido sobre lo que me gusta hacer, en lo que soy bueno, qué estoy dispuesto a hacer y que no.
• Lo que se define se puede cambiar. No se trata de estar cambiando el quién o el para qué cada 5 años. Se trata de que, teniendo claro ese quién y ese para qué, el camino a veces necesita recalcularse para adaptarse a variables del contexto.
• A lo largo de la vida, sin importar el nivel de madurez, definimos objetivos que no cumplimos. Es importante hacer consciencia de cuales son mis verdaderos compromisos para que esa parte invisible no nos desvíe.
• Hay que incluir en la ecuación al corazón, al estómago, la intuición. No solo la razón puede dominar.

2.Ser consciente del impacto en la comunidad

• Desde cualquiera que sea el por qué, y el cómo, el para qué pertenece a la comunidad.
• Tener impacto en la sostenibilidad de la comunidad genera un alto sentido de conexión, de realización, de conexión. Estos elementos se conectan con esos niveles de consciencia altos.
• Tener claro qué se quiere aportar a la comunidad, pues sin importar el quién y si lo hacemos de manera consciente o no, todos tenemos un impacto en la comunidad más grande del que imaginamos. Tener esto claro es hacer gestión del legado.

Es un recorrido que, si se hace de manera honesta, puede generar una transformación profunda en todas nuestras dimensiones. El recorrido es personal, se hace en silencio y reflexión, sin embargo el descubrimiento necesita espejos de esos que más nos conocen y nos aman.