Resiliencia

Por motivo de mis funciones estuve en la zona del sismo en la provincia de Manabí, a las 30 horas de ocurrido el sismo del “30 A”.  Fue impactante caminar entre los escombros, el polvo y las brigadas de rescate en Manta y Portoviejo.   Pude observar una población civil sobreviviente al desastre en “shock”, dolida, confundida y angustiada.  Dos semanas después volví a recorrer la “zona 0” y esta vez parte de los escombros se habían retirado y mucha gente estaba temporalmente en carpas, bien alimentada y protegida.  

Lo asombroso vino después, conforme avanzaron las semanas y la ayuda humanitaria de la sociedad civil seguía llegando, muchos manabitas se plantearon un dilema humano, ¿Qué hacer ahora que perdí mi casa, mi negocio, un ser querido o todas ellas?    A partir de ese momento, cuando el hombre o mujer manabita reflexionan sobre su futuro, surge una elección: convertirse en una víctima o emprender por su supervivencia.

Sentirse víctima es una elección: las perdidas justifican mi dolor; las personas humanitarias sienten lástima por mi situación, y la ayuda humanitaria continuará por buen tiempo.  En esta opción, No me preocupo por lo que me pasa,………alguien me ayudará.  Pero puedo elegir otra opción: levantarme y caminar por mí mismo; luchar por mi vida y la de mis seres queridos; trabajar junto a mi comunidad y tener fe en Dios para salir adelante, a pesar de la incertidumbre.  En esta opción, yo asumo la conducción de mi vida y apuesto al futuro.

La resiliencia es sinónimo de fortaleza, resistencia, actitud frente al dolor, capacidad de reaccionar proactivamente, etc. Algunas características ya existen en la persona, pero lo desconoce hasta que, una pérdida, reto o desastre ocurre subrepticiamente.  En ese momento tenemos dos opciones que siempre podemos elegir: convertirnos en víctima del evento catastrófico; o reaccionar frente a los acontecimientos en forma proactiva.

Toda persona llamada resiliente es aquella que en un momento de su vida convirtió el dolor en una virtud, como: la pérdida de un ser humano, el sufrimiento de una enfermedad, pérdida de cualquier parte de su cuerpo, etc.   Existen famosos conocidos por su trayectoria y superación personal, es el caso del científico Stephen Hawking, el corredor de fórmula 1 Niki Lauda, y más cercano a nosotros el Ex Vicepresidente Lenin Moreno.

En todas las épocas de la humanidad aparece la resiliencia como una característica presente en las personas triunfadoras.   Científicos debaten que se encuentra en el ADN de toda persona y se activa frente a un evento catastrófico. Existen evidencias que algunas culturas lo han desarrollado a través de la historia: los japoneses por vivir en zona sísmica; los alemanes e ingleses por haber luchado en muchas batallas (dos guerras mundiales); los judíos por haber sufrido un destierro durante siglos, etc. por citar ejemplos que abundan en la historia universal.  América Latina, continente heredero de una cultura hispana, también ha pasado por eventos catastróficos como: sequías, terremotos, inundaciones y guerras civiles (guerrilla de Colombia y Centroamérica).  

¿Porque es importante enseñar la resiliencia a los niños y jóvenes?  Son varias las respuestas y definiciones que encontraremos en algunos diccionarios.  Cito algunos:

·      La resiliencia en psicología, es la capacidad de las personas de sobreponerse a períodos de dolor emocional y situaciones adversas.

·      La resiliencia en la cultura emprendedora, es la capacidad que tiene el emprendedor para confrontar situaciones que compliquen el desarrollo de su plan de negocios o su proyecto a emprender, generando sinergia con sus socios o colaboradores para salir airoso y con determinación de ella; basado en la previsión del riesgo.

·      La resiliencia en sociología, es la capacidad que tienen los grupos sociales para sobreponerse a los resultados adversos, reconstruyendo vínculos internos, a fin de prevalecer su homeostasis colectiva de modo tal que no fracasen en su propia sinergia.

·      La resiliencia en ecología, capacidad de las comunidades y ecosistemas de absorber perturbaciones sin alterar significativamente sus características de estructura y funcionalidad, pudiendo regresar a su estado original una vez que la perturbación ha cesado.

Por lo anterior, es muy importante que las nuevas generaciones estén dotadas de resiliencia para enfrentar dilemas y catástrofes que eventualmente ocurrirán.   Pienso que debemos enseñar resiliencia a niños y jóvenes.  La fuente primaria del aprendizaje es obviamente la familia, “modelando con el ejemplo” a los hijos, quienes más tarde o más temprano se enfrentarán a retos, desastres y/o perdidas de su generación. Enseñarles que la vida es maravillosa e impredecible, pero no siempre se cumplirá estrictamente en “plan” que hicimos para llegar de un punto a otro.  Enseñarles que la “vida y la felicidad” son el resultado de elecciones que hacemos, basado en la confianza, el optimismo y su autoestima.   Parafraseando a Viktor Frankl: “la última libertad del ser humano es la libertad de elegir como quiere sentirse”  (libro El hombre en busca de sentido, publicado en Alemania 1946).