Reto vs Rutina
El pasado viernes 16 de febrero estuve en una intersantísima charla con Jaume Gurt, y saqué el tema de la retención del talento. Lo primero que me hizo notar es que la palabra "retención" tiene una connotación de fuerza, de obligación. Luego, ya más tarde, razoné que es como si alguien está o se ve obligado a quedarse en un sitio, como si uno de los cónyuges no se separa del otro porque no tiene medios de subsistencia, e igual que en ese caso ese matrimonio está roto aunque en apariencia siga unido, si alguien de nuestra plantilla se queda con nosotros porque no tiene posibilidad de buscar nada fuera (sea por el motivo que sea) pese a que ese sería su deseo, ¿cómo podemos esperar la entrega y dedicación que se le debería suponer?
Y no pude sino darle la razón. Como digo, más tarde seguí pensando en ello, y dado que ahora mismo estoy implicado en una startup tecnológica, buscando perfiles que pertenecen a la que se viene llamando generación de los "millenials", es obvio que lo que se les tiene que ofrecer, además de una retribución acorde al mercado según su valía y experiencia, unas condiciones lo suficientemente cómodas y flexibles para que pueda conciliar su vida profesional con la familiar, la social, la deportiva,... (¡esta gente no se aburre!), un entorno de trabajo saludable y cómodo, con salas de relajación y esparcimiento con cubos de Rubik en sus diferentes variantes, mesas de billar o sofás que más parecen sacados de los chill outs del mejor club de Ibiza y, en definitiva, lo que ellos pidan o necesiten para que su productividad y motivación esté siempre al máximo.
Efectivamente, lo que en generaciones anteriores era exigible ahora no pasa de anecdótico. ¿Coche de empresa? Posiblemente prefieran ir en bici o en transporte público. ¿Despacho privado? Nah, necesitan interactuar con los compañeros cara a cara... cuando no se quedan trabajando desde casa o desde donde se encuentren en cada momento. ¿Teléfono móvil? Seguro que el que tienen es mejor que el que la empresa les ofrece. ¿Contrato indefinido? Para qué, si están seguros que no se jubilarán con nosotros?. Y un largo etcétera.
Lo que quieren es que les ofrezcamos un RETO profesional, ya que si se aburren y su trabajo es o se convierte en RUTINA, los perderemos. Y posiblemente busquen otro reto, pues eso es otro de los resortes que les mueve y les motiva. No el único, pero uno de los más importantes y atrayentes (y a "sensu contrario", uno de los que más rápido les haría buscar otra cosa)
Eso supone que desde Recursos Humanos (¿para cuándo ese cambio de nombre como "gestión del talento" o simplemente "Personas"?) nos tenemos que preocupar de que en cada momento estén cómodos y desde la Dirección impulsar que se intente evitar a toda costa que un año o incluso un mes se parezca al anterior. Las cosas cambian muy rápido y nadie puede permitirse quedarse atrás, y por ello la comunicación debe ser bidireccional de arriba abajo y de abajo arriba (la horizontal se presupone), ya que sea cual sea el estilo de liderazgo de la Dirección, sus miembros pueden (y deben) aprender de los equipos que gestionan -directa o indirectamente- y tomar nota de sus tendencias ya que, a fin de cuentas, son las del mercado (tanto laboral como de los clientes), y nadie quiere o se puede permitir perder el contacto con la realidad, por muy cambiante que esta sea.
Buscando la excelencia en la optimizacion de los recursos de tu empresa..
6 añosUna muy interesante reflexión que incide en esa ausencia de " medios y técnicas motivadoras" que , a día de hoy, sea por la composición de los organigramas de las empresas (donde a menudo se ejerce cierto tipo de gerontocracia, la cual, dicho sea de paso, no tiene que estar reñida con los nuevos tiempos, pero , todo hay que decirlo,suele estarlo) o por la propia estructura del mercado laboral español, normalmente se reducen al nivel económico, cuando un aspecto que normalmente no se suele tener en cuenta es que , ya que "al talento se lo rifan", esa persona talentosa busca, en su caminar por la empresa, otro tipo de cosas que la hagan sentirse realizada laboralmente que no sea únicamente el factor pecuniario.