Retos del Nuevo Año

La palabra reto implica adquirir una posición frente a una situación específica. Usualmente se convierte en un desafío personal que debemos asumir y superar. Algunos traen incertidumbre, otros sobre pasan nuestras capacidades, pero al fin y al cabo intentar es el primer paso para avanzar. Para mí este 2024 es un reto que debo enfrentar.

Para identificar un reto debemos tener claridad de lo que queremos en este nuevo año. No solamente hablo de lo común, que involucra bajar de peso, hacer dieta, aprender a hablar inglés o conseguir pareja. Es cierto que son importantes, pero es el mismo esquema de todos los años. El nuevo año motiva y llena de expectativas, pero si a mucho, todo eso termina antes de la semana santa.

Tener claridad en los retos nos lleva a enfocarnos en lo importante para evitar lo urgente. La vida nos invita de una manera drástica a dejar la pereza o la procrastinación (que no son lo mismo), y nos pone al frente de una decisión definitiva para hacer los cambios que necesitamos. Así lo digo; si no hacemos cambios en este 2024, estamos destinados a una vida promedio o llena de remordimientos. Este es el año de sacudirnos y tomar las cosas en serio.

¿Qué significa eso? Planifica tu año. Comienza por sentarte a apuntar en una libreta nueva los propósitos del 2024. Utiliza el patrón de los 4 Pilares del crecimiento humano. El progreso personal, progreso emocional, progreso profesional y el progreso espiritual.

El progreso personal se enfoca en lo que te desarrolla como ser humano. Hablo de un reencuentro contigo mismo, afirmando tus límites, tus deseos y tus acciones. Es una vía que te lleva por el camino a mejorar así sea en un 1% cada día. Es ser consistente con tus hábitos y tu rendimiento. Es tener paz de manera integral para reconocer quien eres, por qué estás aquí y para qué vives cada día.

El progreso emocional nos lleva a relacionarnos mejor con nosotros mismos y con las personas que nos rodean. Incluye la gestión de tus emociones, la inteligencia que necesitas para ser consciente presente y optimizar tus relaciones personales. Me refiero a la pareja, la familia, los amigos, los compañeros de trabajo y los desconocidos que abordan tu vida en el día a día. Es pensar para actuar y sentir para tener estabilidad.

El progreso profesional tiene que ver con los aprendizajes que debes incluir en tu agenda diaria para hacer crecer tu productividad. Es ser eficiente con los recursos, las responsabilidades y las personas. Progreso es marchar adelante y aprender en el sendero de la vida. Es pagar tus deudas, ahorrar e invertir en lo que te propongas. Por eso es tan importante tener claridad para evitar egresos por emoción sin una planeación. Además es educarse para ser experto y persistir en el camino de lo que debes hacer ahora mismo.

Por último, el progreso espiritual es ser consciente de lo que no puedes controlar como humano. Es tener una conexión real con tu Creador (soy creyente y tengo mi fe puesta en Dios), para dejar en sus manos lo que no podemos lograr. Ser espiritual es tener una línea axiológica de la cabeza hasta los pies, para que la ética nos haga mejores personas en una sociedad volátil. Con bases espirituales, puedes desarrollar cualquiera de los progresos anteriormente mencionados.

Así es como definir los 4 Pilares del crecimiento humano te llevan a tener pensamientos claros y definidos. Te llevan a no perder tiempo en distracciones que te afectan y que solo buscan oportunidad para desviarte del camino. Tenemos una sola vida y la única forma de aprovecharla al máximo es tomando las decisiones correctas, así muchas de ellas pasen por el método cientifico del experimento, el error y la corrección para obtener los resultados esperados.

Los retos se asumen y eso es lo que haré. Para lograrlo he puesto un principio no negociable en mi vida y es que trabajaré cada día de este año en fortalecer mi mentalidad de alto rendimiento, de knowmad y de ser humano al servicio de ustedes.