RETOS Y DESAFÍOS EN EL CONTEXTO DEL TRABAJO INTERNACIONAL

#SOYINTERNACIONAL

Uno de los desafíos y retos que enfrentamos en esta nueva era es gracias a la globalización que ha abierto una nueva era dentro de la economía, el trabajo y la sociedad. El mundo enfrenta dificultades económicas, ambientales y sociales muy severas, la pobreza y la desigualdad parecen difíciles de eliminar, y hay un recrudecimiento de las tensiones geopolíticas y una exacerbación de los conflictos. La sensación de inseguridad es palpable. Todo ello en un contexto de crisis del empleo y de una situación climática y medioambiental que, de no resolverse, puede llevar al planeta un colapso socio-ambiental de proporciones inimaginables.

El impacto de la veloz extensión de las nuevas tecnologías, que incorporan nuevos materiales y procesos, la digitalización, el big data y el internet de las cosas, la inteligencia artificial y la robotización en un contexto de globalización; el crecimiento de la población joven en unos países y el envejecimiento en otros; los crecientes flujos migratorios por razones económicas, ambientales o de seguridad, en un contexto de desigualdad; los efectos de la transición energética para mitigar el cambio climático; la fragmentación de los procesos productivos, globalmente interconectados en cadenas mundiales de suministro, que empelan ya a 600 millones de trabajadores; la proliferación de nuevas formas atípicas de empleo relacionadas con plataformas digitales, que responden a nuevas demandas de mercado a la vez que expanden la gig economy, el crowdworking, la uberización y otras formas de informalidad laboral; y los cambios en las relaciones de trabajo que todo eso conlleva… son factores a considerar.

La solución a estos desafíos requiere un enfoque multidimensional y una agenda global. Los problemas del trabajo no se resolverán sin cambios en las políticas económicas, sociales y medioambientales. Requiere también una perspectiva de medio y largo plazo para definir el futuro del trabajo que queremos.

¿Cómo podemos darles una solución a estos problemas? ¿Cómo podríamos hacer que la globalización sea más fácil y unida entre los países?

Todos los países del mundo se han comprometido a dar una respuesta a los desafíos de nuestro tiempo en el marco de Naciones Unidas con una Agenda común para 2030: los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que buscan la paz y la prosperidad para las personas en un planeta sostenible. Son 17 objetivos y 169 etas que incluyen compromisos para afrontar la pobreza y las desigualdades de todo tipo, promoviendo la igualdad de género, el trabajo decente, la protección de los ecosistemas terrestres y marítimos… conformando el programa más transformador que jamás haya adoptado en común la humanidad a lo largo de su historia. Pero es una agenda que sólo se cumplirá si la sociedad civil es lo suficientemente exigente como para conseguir que los gobiernos cumplan con esos compromisos y lo suficientemente responsable como para actuar en consecuencia con esos objetivos.

Los ODS son también una guía imprescindible para orientar la transición hacia una economía más inclusiva para responder positiva-mente a los desafíos del futuro del trabajo, ya que incluyen todo un Objetivo, el 8, dedicado a ‘Promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos’ con ocho metas específicamente orientadas a conseguir el trabajo decente para todos, empezando por la erradicación del trabajo infantil y del trabajo forzoso y por una orientación estratégica sobre el trabajo decente para jóvenes. Metas que constituyen el camino para que la prosperidad se consiga de una manera ambiental-mente responsable y sostenible y alcance a todos sin exclusiones, que es la única vía de garantizar la paz y la convivencia. Porque como reza la Constitución de la OIT de 1919, hace ya casi cien años, no habrá paz universal duradera sin justicia social.


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