Rubén Ibarra
¿Las reglas de origen del TLCAN en el sector automotriz están eliminando puestos de trabajo en Estados Unidos y son la causa del déficit comercial en el sector automotriz?
El pasado día 22 del mes en curso el Secretario de Comercio de los Estados Unidos Wilbur Ross, publicó el artículo “ Op-Ed: These NAFTA Rules Are Killing Our Jobs” en donde aborda el tema del déficit comercial y los empleos en los Estados Unidos en su relación comercial con Canadá y México, poniendo especial énfasis en la industria automotriz.
El Secretario de Comercio menciona en este artículo que el principal objetivo de NAFTA fue el de fortalecer a la industria en la región, lo cual no ha ocurrido, ya que, en su opinión y dando como referencia datos recientemente publicados por la OCDE sobre el valor agregado por país en las transacciones comerciales internacionales, el contenido de Estados Unidos incorporado en los vehículos importados por ese país tanto de México como de Canadá este valor ha venido decreciendo de 1995 a 2011 (de 26 a 16% y de 21 a 15% respectivamente).
Ross Argumenta que esto ha venido ocurriendo debido a que la regla de origen y su lista de rastreo, las cuales tenían como objetivo restringir el uso de partes provenientes de fuera de la Región, no han funcionado, señalando puntualmente dos elementos que requieren ser modificados: 1) la actual lista de rastreo es obsoleta, porque muchas de las partes ahí incluidas ya no se utilizan en los vehículos y 2) La incorporación del criterio de origen conocido como “transformación sustancial” para otorgar origen, solo ha permitido, en su opinión, facilitar la calificación de partes y componentes cuyo valor principal proviene de países de fuera de la Región, quienes han sido los verdaderos beneficiarios de este acuerdo.
En esta línea Ross señala que el objetivo principal de la negociación de NAFTA es el incrementar el porcentaje actual de la regla de origen (actualmente es 62.5% actual) e incrementar el valor del contenido agregado de Estados Unidos en los vehículos que se comercialicen en la Región, lo que les permitirá eliminar el déficit actual del comercio intra-regional en este sector, que actualmente es de 70 billones de dólares, y proteger la generación de empleo en los Estados Unidos.
Sin duda que las cifras a que hace referencia Wilbur Ross muestran una realidad que rebasa con mucho la efectividad de una regla de origen para fortalecer económicamente una Región. El hecho de que el valor del contenido agregado en Estados Unidos de los vehículos y, en general, de los bienes industriales, que retornan a ese país vía importación, tiene su explicación más en la creciente globalización de la actividad económica y especialmente en el incremento acelerado de la presencia de China y otros países asiáticos en las cadenas de valor. Las cifras de la OCDE a que hace referencia Ross así lo muestran, aunque él no haga referencia a esta tendencia.
La creciente presencia de China y otros jugadores dentro de las cadenas de valor de la industria automotriz y de otros sectores industriales es más evidente en la economía de los propios Estados Unidos que en la de países como México o Canadá. La incorporación de cada vez un mayor valor generado en Asia en los vehículos ensamblados en los propios Estados Unidos es una realidad que no puede dejarse de lado; de hecho, el enorme déficit comercial de EU con China es su verdadero problema comercial y no el comercio de vehículos en la Región NAFTA. Este déficit se explica por la creciente participación de China en los más diversos ámbitos de la economía de los Estados Unidos.
Aquí vale preguntarnos ¿Una regla de origen tiene por si sola la fuerza para cambiar sensiblemente la localización de las cadenas de valor? La rentabilidad de las inversiones, la competencia en materia de costos de producción, los precios de los productos intermedios y finales ¿no tendrán un mayor peso en las decisiones de inversión de las empresas que una decisión que tiene más un incentivo político que económico?
A final de cuentas las decisiones de localización de las inversiones no son generadas por los gobiernos, son las empresas quienes llevan a cabo estas decisiones y muchas de ellas, por supuesto, son de origen estadounidense.
Nadie está peleado con la generación de empleo, pero quienes generan los puestos de trabajo siempre han tenido y seguirán teniendo motivaciones que tienen más que ver con la permanencia de sus empresas en el mercado, con la competitividad y rentabilidad de sus negocios. El mundo ha cambiado, hoy la industria es más global que hace 23 años y las inversiones se han venido reacomodando de acuerdo con la cercanía de los mercados y con la competitividad de los países y de las regiones.
La modernización de NAFTA debiera de empezar por reconocer esta nueva condición global.
Directora Jurídica en International Business Council
7 añosYo veo cada vez másfactible que EUA denuncié el TLCAN. ¿Qué opina usted?