Síntomas de un equipo en peligro
Grupos y equipos
La diferencia entre grupos y equipos no solamente se establece por el resultado de su trabajo sino por la propia organización, y eso seguramente ya lo sepas.
También que es posible construir grupos de trabajo y no equipos para determinados proyectos, por ejemplo, relacionados con la investigación o el análisis de la información. En estos casos es la individualidad, que no el individualismo, la base de la eficacia.
Los grupos de trabajo comparten información, pero no tienen sinergia ni responsabilidad colectiva, y sus habilidades son aleatorias y diversas.
Mejor en equipo
En equipo, el desempeño es coordinado a través de sinergias positivas y responsabilidades compartidas con habilidades complementarias, o eso quisiera Belbin.
Precisa cercanía, contacto, confianza mutua, compromiso con la información y, sobre todo, mantener la fe no ya en la meta común, sino en la necesidad de todo esto para conseguirla.
Los beneficios del trabajo en equipo son evidentes, por lo que sus pérdidas por ausencia de actitudes colaborativas e individualismo lo son también.
En este cuadro podemos apreciar los beneficios del trabajo en equipo según los ámbitos personal, colectivo y organizacional.
Todo esto está muy bien, pero no siempre es lo habitual en nuestro día a día. Si ahora lees este cuadro en clave negativa podrás valorar lo que pierden las personas, los equipos y la organización al no generar un ambiente adecuado en los equipos de trabajo. Seguro que lo estás identificando.
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Síntomas de un equipo en peligro
Hay una serie de síntomas que nos ayudan a evaluar si nuestro equipo se encuentra en situación de peligro:
Las posibles consecuencias las podremos adivinar una vez detectada la sospecha sobre la realidad de la situación: el equipo se transforma en un grupo ineficaz, disgregado y por lo tanto estéril.
Entonces, 1+1 ya no son 3: suma 0
Todos conocemos la fórmula que define la sinergia del trabajo en equipo. Uno más uno, son tres porque la suma coordinada de las individualidades multiplica su valor en lo colectivo. Pare describir la teoría, y la de los equipos que funcionan, me parece más que acertada.
Pero esta fórmula del trabajo en equipo no siempre representa una realidad sino una aspiración; es el resultado de una acción conjunta, la consecuencia de una voluntad compartida, de una actitud colectiva. Lo contrario no suma, pero tampoco deja el resultado en tablas. Indiscutiblemente resta.
La realidad que duele
En la mayoría de los casos, quiero pensar, las cosas funcionan más o menos bien (nadie ni nada es perfecto). El problema, lo que duele, es ver cómo un equipo destinado a funcionar por necesidad y compromiso, con la voluntad de sus integrantes, va decayendo en sus relaciones.
Y aquí, no lo siento, la responsabilidad es la del jefe de equipo, que suele arreglar las cosas buscando un culpable, y dejando caer su espada justiciera para empezar de cero a costa de cualquiera, normalmente sobre la parte más débil.
Así lo veo yo.
Publicado en www.pabloadan.es