Salir de la resignación es posible
De los cuatro estados de ánimo básicos, el resentimiento, la aceptación, la ambición y la resignación, hoy quiero dedicarle exclusivamente un espacio a éste último, dado que es uno de los que más frecuentemente observo en la consulta.
Las emociones son inevitables, existe un gatillo o disparador, y allí aparece la emoción, de manera reactiva y específica. Los estados de ánimo, en cambio, no tienen un gatillo aparente, están allí, en el trasfondo desde el cual miramos nuestra existencia.
Cada uno de ellos va a determinar nuestro potencial de acción, de liderar o no nuestro existir. La resignación, específicamente, se caracteriza por bloquear nuestro horizonte de posibilidades, nos estanca allí, en un sitio en el que sabemos que no queremos estar y sin embargo no salimos de él.
Existen estados de ánimo que aparecen ante circunstancias que son ajenas a nosotros, que no se encuentran bajo nuestro control. En estos casos, también podremos elegir dos caminos, el resentimiento, o la aceptación.
La resignación por su parte, aparece en aquellas circunstancias en que sí podemos realizar acciones, que dependan de nosotros, para salir de ella, y por algún motivo, nos oponemos. Esta situación aparece, por ejemplo, cuando nos aferramos a una relación sentimental que ya no deseamos, cuando aún estando disconformes nos abrazamos a una situación laboral adversa, cuando decidimos, en definitiva, no luchar por aquello que sí queremos.
En el lenguaje de una persona en resignación aparecen generalizaciones, tales como "a nadie le importa", "todos son iguales", distorsiones, predicciones del futuro, miradas a través de lentes negras, que lo empañan todo, y la persona se queda allí, como observador pasivo de su propia vida, con la llave en la mano, sin abrir la puerta.
Los estados de ánimo son inevitables, todos los seres humanos vivimos permanentemente en alguno de ellos, pero permanecer en aquellos que son disfuncionales..es una elección.
Cuando nos encontremos en situaciones como las mencionadas arriba, la propuesta es preguntarse: "¿que sí puedo hacer?", "¿qué depende de mí?", "¿con qué color de lentes estoy mirando al mundo hoy?"
Si abrimos el foco y ampliamos nuestras perspectivas...el mundo nos estará esperando allí, con los colores que deseemos ver.
Nuestras emociones tiñen del mismo color nuestra existencia..
La buena noticia es que "el artista puede elegir cambiar la paleta de tonos, para crear su propia obra"...
Dra. Adriana Foltan. Médica. Coach Ontológico. Practitioner en PNL.