Saltando a la piscina

Todos hemos escuchado frases como: “Ya me canse de trabajar para alguien”, “Quiero poner un negocio”, “Sería más fácil, ser dueño de mi propia empresa” y hasta “Quiero poner mi empresa para ser millonario”. Muchas personas piensan que poner un negocio es fácil y que basta con tener experiencia en el rubro para “abrirse” e iniciar su propio negocio. Nada más alejado de la realidad.

Esta forma de pensar genera que se creen muchas empresas o negocios, sin las condiciones mínimas para sobrevivir, lo que lógicamente, genera que terminen por cerrar cuando sus dueños se “estrellan de cara” contra la realidad. Poner un negocio propio, no es nada fácil; sin embargo, tampoco es una tarea titánica, reservada para los dioses del Olimpo.

Para que un negocio sea exitoso, no existen recetas mágicas y la “suerte” juega un papel muy importante; sin embargo, uno debe estar preparado para poder aprovechar las oportunidades y combatir las amenazas. Por esta razón, tenemos que considerar temas como planeamiento,  organización, procesos, finanzas, entre otros, desde el DIA UNO. Estos temas son generales para todo tipo y tamaño de empresa, pero aun así, pocas personas los consideran al iniciar su negocio, ya que “no tienen tiempo” o creen que son clichés o que solo sirven para empresas grandes.

Antes de saltar a la piscina, uno prueba el agua y mira la profundidad. En los negocios, antes de montar una empresa, uno debería llegar con un modelo de negocio ad hoc, que sea flexible y escalable. Una vez que tenemos esto claro, no volvemos a saltar a charcos de agua helada.