Salud mental y comunidad: dos caras de una misma moneda
Todos vivimos en comunidad.
La familia es una comunidad. El espacio laboral es una comunidad. El salón de clase es una comunidad. Los diversos grupos a los que pertenecemos también tienen cualidades de una comunidad.
La salud mental y la comunidad, independiente de si es geográfica o no, guardan una relación intrínseca y juegan un papel crucial en el bienestar y la calidad de vida de las personas y la sociedad en general.
Una comunidad saludable puede contribuir significativamente al bienestar no solo mental sino también emocional, psicológico y social de una persona. La salud mental implica afrontar desafíos de la vida de manera efectiva y la capacidad de funcionar de manera productiva y satisfactoria. Por tanto, una buena salud mental no significa simplemente la ausencia de trastornos o síntomas, sino también la presencia de aspectos positivos como los antes mencionados.
Aspectos clave para que una comunidad promueva la buena salud mental de sus miembros son: