SAN PUTORELLO
Putorello nació en el pueblecito italiano de Puttiferiari (Región de Putti Frutti). Esa misma noche, lo abandonaron en la puerta del convento de los Capuletos. Los monjes no le pudieron encontrar un hogar; y terminaron adoptándolo. De mayor, continuó viviendo con los frailes como lego; y allí en el monasterio pasó toda su vida.
Siempre, se sospechó que la madre de Putorello era Doña Putoria; una mujer que trabajaba en el oficio más viejo del mundo. Al parecer, heredó la profesión de su madre y ésta de la suya. Decían, que todas las mujeres de la familia pertenecían a una estirpe que se remontaba a Mesalina Larentia. Putoria terminó degollada -como su antepasada Mesalina- por un amante loco.
Putorello reunía las características más variopintas que se puedan imaginar. Su porte distinguido recordaba -incluso vestido con sus humildes hábitos- al de un arrogante marqués; sin embargo, algunos de sus modales siempre fueron toscos, de arriero: tosía muy fuerte, le costaba comer sin sorber la sopa y no sabía guardar el equilibrio en la mesa sin poner los codos encima.
Asimismo, poseía actitudes para el arte. Sus putti (plural de ángel en italiano) conmovían por su belleza y santidad; la leyenda dice que los ángeles bajaban del Cielo para servirle de modelos; en una ocasión, sonaron instrumentos musicales en la celda de Putorello, los frailes abrieron de improviso la puerta y solo encontraron al lego, que pintaba un cuadro en el que los ángeles tocaban violines y flautas.
No obstante, fray Putorello no había heredado mucha inteligencia: a duras penas seguía la misa en latín, ni leía con fluidez... Aunque, como siempre, Putorello era una pura contradicción: cantaba como un tenor, hablaba como un senador y rezaba con su sencilla piedad de lego.
Recomendado por LinkedIn
Como lego, iba a hacer los recados al mercado; allí, volvía a darse la paradoja de que había heredado la gran ignorancia de un labriego para las matemáticas; pero la aguda intuición de un marino para orientarse y dar con comerciantes honrados.
Putorello lo mismo regalaba sus cuadros a las parroquias pobres, que los vendía a los ricos a precios astronómicos, con la astucia transmitida en algunos de sus genes por un mercader. Como tenía voto de pobreza entregaba las ganancias a su superior, pero contaba los billetes con la habilidad de un banquero.
Fray Putorello siempre fue un contraste indescifrable, como imposible era adivinar de dónde procedían tan variados legados. Pero fue santo porque asumió su herencia con sencillez, tanto los defectos como los dones innatos; en efecto, nunca fue esclavo de sus orígenes; transmitió libremente lo bueno y se aguantó con lo malo.
Ciertamente, soportó con paciencia las enfermedades congénitas; espontáneamente se echaba las cargas más pesadas con la fortaleza de antepasados soldados; con naturalidad asesoraba como lo haría una dinastía de abogados...
Siendo anciano, solía repetir que -independientemente de nuestras familias cercanas- todos éramos hijos de Eva; pero que también todos éramos hijos de la Virgen María.
Director Comercial
11 mesesGracias por compartir, Caroline!!
Adapto mi bagaje literario para crear contenido de marca único y original. Ofrezco un modelo distinto de narración, donde todos los elementos del audio son igual de relevantes. La voz deja de ser lo único que importa.
11 meses😅😅😅😅 Putorello y Doña Putoria....🤣🤣🤣🤣 Oye, un día de estos deberías pedirle al papa o a quien quiera que decida estas cosas que te dejen renovar el santoral. Con tus santos la religión ganaría más adeptos. Seguro que todo el mundo le pondría velas hasta a Doña Putoria ... 😁😁😁 Vamos, yo que no entiendo de santos, me haría experta ... 😁😁😁 Gracias por estos Martes de humor.... 😁😁 Un abrazo y que pases un día genial... 🌹🌹🙏🙏🤗🤗
Director Comercial
11 mesesGracias por compartir, Gustavo!!