SAN TERMÓPILO DE CLIMÁTICO

Termópilo forma parte de esas primeras generaciones de cristianos griegos, que razonaban con rigor clásico y que se abrieron a la Fe.

A Termópilo se le considera el inventor del termómetro y, también, el padre de la climatología; precisamente, Termópilo (natural del pueblecito de Climático en el Ponto) fue el primero en estudiar la historia de los cambios climáticos.

En aquel tiempo, todavía en muchos lugares del mundo, se hallaban sumidos en la superstición, bailaban para atraer a la lluvia, realizaban sacrificios humanos para propiciar un clima adecuado... Asimismo, existían grupos catastrofistas -a los que no les faltaba parte de razón- y que pensaban que la guerra destruiría el planeta; no en vano habían visto la destrucción de Jerusalén por los romanos (no dejaron ningún árbol en 60 kilómetros a la redonda); otros habían oído que por donde pasaba Atila no volvía a crecer la hierba...

Termópilo estudió mucho el clima; y llegó a la conclusión de que era cambiante, y que dependía fundamentalmente del Sol y de otras causas naturales como el ángulo de rotación de la Tierra, del vulcanismo (también comprobó la erupción del Vesubio que destruyó Pompeya)...

Sin embargo, san Termópilo adquirió cierta información sobre los cambios climáticos gracias a una serie de visiones místicas. Se dice que viajó en sueños al pasado unos 10.000 años; y vio a los antiguos europeos andando por el mar del Norte; todo estaba helado; Escocia se encontraba cubierta por una capa de 900 metros de hielo. También observó cómo se podía viajar a pie a Australia, cruzar por el Estrecho de Bering de Asia a América...

Sin embargo, los siglos de apogeo de Grecia y Roma coincidieron con altas temperaturas. Precisamente, en otra visión, conoció que el clima se enfriaría y caería Roma.

También vio a unos pueblos del futuro -que se llamarían vikingos- cultivando en Groenlandia en el año 1000. En otra experiencia mística, dicen que viajó por el Sahara cuando era una sabana con jirafas hace 5.000 años y no un desierto.

Termópilo era un hombre sensato, no contaminaba, amaba la naturaleza...Y estudiaba otras posibles causas de los cambios climáticos, como hipótesis. (Él era un hombre de ciencia, que lo cuestionaba todo. Sólo creía en los dogmas de la Madre Santa Iglesia y poco más).