SANTA ROSA DE COLORES
El pueblo de Colores se encuentra en el desierto de Sonora, en el lado mexicano, cerca de la frontera con Arizona. Allí, llueve una vez cada diez o doce años; el agua permite que nazcan unas efímeras flores; en efecto, por unas horas, aquellas tierras resecas y estériles se cubren con una vegetación colorida.
El núcleo urbano no cuenta con nada reseñable. El edificio más notable es la gasolinera; con su cafetería anexa. El ayuntamiento tiene dos habitaciones y un pasillo central; sirve también de oficina postal, sede del juez de paz, cámara agraria...
La única iglesia es de la época de los españoles. No se sabe cuándo la construyeron. Tendrá trescientos años. No tiene campanario, ni ninguna obra de arte. Solo un pobre altar barroco. Y unas imágenes de poco mérito. Ni siquiera existen bancos para sentarse. Los feligreses llevan sus propias sillas. Y, solo caben acomodadas veinte personas, las demás pueden oír la misa desde la puerta o mirando por las ventanas.
Allí, nació Rosa. No hizo nada destacable; ayudaba en casa, era servicial con los vecinos, y fue a la escuela, donde aprendió a poco más que a leer, escribir y las cuatro elementales operaciones matemáticas. Cuando creció, quiso ser monja.
El único convento se encontraba en la cercana Tlalnecnaucalchimalizcapán. Allí, tampoco había nada interesante que visitar. Lo único diferente era que existía un convento de clausura que se mantenía cosiendo, bordando y elaborando dulces.
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Rosa hubiera ido al Cielo en cualquier caso. Pero, nadie hubiera sabido de su existencia nunca, como sucede con la mayoría de las personas santas o no. Sin embargo, fue conocida y se ocuparon de iniciar su proceso de canonización porque nunca se quejó, siempre vio todo de colores. Por eso la llamaban también Rosa de Colores (no solo porque había nacido en ese pueblecito).
Siempre decía -como santo Tomás- que el mal era la ausencia de bien. El mal parece más de lo que es; era soberbio, escandaloso, atronador, presume de poder... Es la mancha que se ve en el vestido limpio. El hueco que falta por rellenar con algo bonito. Al contrario, el bien está oculto, es humilde, no se impone, no hace ruido, respeta la libertad, busca la colaboración, susurra... Incluso, el maravilloso azul del cielo consigue pasar desapercibido ante nuestra vista.
Ciertamente, Rosa veía el misterio de la existencia y la extensión del mal entre los inocentes. Sin embargo, también sabía ver el misterio del bien en un mundo de malicia, ignorancia, debilidad y limitaciones. No veía el mundo de color de rosa; Rosa veía el mundo de colores.
(Por si alguien cree que esta historieta no tiene nada que ver con el mundo profesional. Mencionaré que ningún director puede serlo si no es capaz de ver las oportunidades, las fortalezas, las posibilidades de negocio o de las capacidades de sus equipos).
Adapto mi bagaje literario para crear contenido de marca único y original. Ofrezco un modelo distinto de narración, donde todos los elementos del audio son igual de relevantes. La voz deja de ser lo único que importa.
9 meses¿Tlalnecnaucalchimalizcapán? 😂😂😂😂😂😂 Debe ser una ciudad maravillosa... 😂😂😂😂. Solo hay que saber encontrarla... 😂😂😂😂 Y ya no te digo pronunciarla... 😁😁😁 Parece un insulto. A mí alguien me llama esto y lo denuncio... 🤣🤣🤣 En fin, interesante historia de alguien aparentemente común, pero que de común tenía poco. 🤷♀️🤷♀️ Rosa de colores ... Me gusta. Creo que la vida hay que verla así. Lo bueno y lo malo se representa en cada color. También en lo profesional. Me gusta mucho esta publicación...👍
Director Comercial
9 mesesGracias por compartir Alicia y Natalia!!
Profesional de la comunicación/ Periodista/ Conferenciante/ Escritora.
9 mesesEs difícil e incluso osado por mi parte comentar algo más sobre un texto como éste. Lo tiene todo : información, reflexión e ilusión por la vida, en las personas como Rosa y sobre todo en nuestra generosidad cuando estamos y trabajamos en equipo por el bien común. Mil gracias Pedro Seco Varón