¿Se adaptará el Athletic a los cambios que ocurren en el futbol?

Este verano hemos asistido a una auténtica revolución en el fútbol. El PSG ha dedicado 400 millones de € a fichar dos jugadores (Neymar del Barça y Mbappe del Mónaco –con la trampa de que este año va cedido con una opción de compra, la temporada que viene, de 180 millones-). Eso ha llevado a un incremento espectacular en el precio de los traspasos, fichas de los jugadores,….

Equipos como Real Madrid y Barcelona ya no tienen el dominio del mercado. Ahora, con los petrodólares, los grandes conglomerados norteamericanos o los dueños rusos y chinos, muchos equipos disponen de más dinero para pujar por las estrellas. Se habla del fair-play financiero, pero, ¿alguien cree que la UEFA no va a permitir al PSG participar en sus competiciones?

Podríamos hablar (y lo haremos) mucho de este nuevo momento en el negocio del fútbol, pero quiero centrarme en el Athletic, mi equipo. ¿Cómo se va a adaptar a los nuevos tiempos?

Como decía el gran Chiquito de la Calzada, “la cosa está muy mala”. Josu Urrutia, el presidente, dio una rueda de prensa el pasado viernes que me provoca, cuando menos, preocupación.

Puso sobre la mesa la idea de eliminar las clausulas de rescisión, porque "parecen una invitación a los jugadores a que se vayan". Y lo dijo en un momento en el que el club no ha incorporado fichajes externos por segunda temporada consecutiva (anunció la contratación de Ander Capa, jugador del Eibar, para la temporada que viene).

Y lo dijo, también, en un momento en el que no termina de cerrarse la renovación del portero titular, Kepa Arrizabalaga. Y el conflicto parece estar en esa clausula de rescisión. El club quiere que sea de las más elevadas de la plantilla, y el jugador, en correspondencia, solicita que su ficha también lo sea.

Kepa llegó al primer equipo la temporada pasada y terminó haciéndose con la titularidad. Formado desde niño en el club, internacional en todas las categorías, actualmente es también convocado por Julen Lopetegui para la selección absoluta, una de las mejores del mundo.

Parece ser que el Athletic quiere subirle el sueldo gradualmente porque tiene que consolidarse en el primer equipo. Es decir, quiere aplicar el modelo de “pago por antigüedad”, en lugar de premiar la meritocracia. Porque, actualmente, ningún otro jugador es llamado a jugar partidos internacionales.

Una de las ventajas de ser un club de cantera es que cuando has formado a un jugador desde niño y llega al primer equipo, tienes un conocimiento total sobre esa persona. Kepa ha sido un chico ejemplar. No se le han subido los humos en unos años difíciles, donde más de un futbolista con muy buenas cualidades se “despista” y se pierde por el camino.

Ha sido cedido en dos ocasiones (Ponferradina y Valladolid), donde se hizo con la titularidad. Y se ha hecho con la portería de San Mamés con un aplomo que no se recordaba desde los tiempos de Zubizarreta, a principios de los años 80.

Se dice que va a acabar siendo, sin ninguna duda, el dueño de la portería de la selección española, y que puede marcar época. Efectivamente, el tiempo dará y quitará razones, pero lo que no se puede negar es que Kepa ya es una realidad.

La pregunta que tiene que hacerse el Athetic es: “¿dónde y contra quién queremos competir?”

Históricamente, era un club que ganaba, al menos, un título por década. Esos tiempos quedan muy lejos. Para que nos hagamos una idea de la pérdida de competitividad, basta un ejemplo: de los últimos 26 partidos contra el Real Madrid, el Athletic ha ganado uno y empatado 2. El resto, derrotas.

¿Es posible mantener a jugadores como Kepa o Iñaki Williams a largo plazo en estas condiciones?

Porque, por muy del Athletic que puedan ser, no dejan de ser profesionales que legítimamente pueden querer aspirar a jugar las mejores competiciones y ganar los mejores títulos, y por lo tanto, maximizar sus ingresos económicos. Y la brecha que se está abriendo con los equipos “ricos” es cada vez mayor.

Y lo que no se puede hacer es trasladar la responsabilidad únicamente al jugador, pidiendo una amor incondicional al club a cambio de nada. Porque si, por la razón que sea, su rendimiento cae, el club prescindirá de él.

Decía Urrutia que "jugar en el Athletic es un privilegio". Y desde luego que lo es para algunos miembros de la primera plantilla, que no tienen nivel para jugar en ningún otro club de primera división si el Athletic no estuviera.

Por lo tanto, ¿qué se le ocurre a Urrutia para retener el talento formado en su seno y atraer el que pueda ser susceptible de ser fichado desde el exterior? ¿Ha pensado en alguna fórmula para poner en valor el hecho de ser un club único en el mundo? ¿Conoce la naturaleza del negocio en el que se mueve?

Rueda de prensa tras rueda de prensa (que es la única forma que utiliza para dirigirse a socios y aficionados), llego a la conclusión de que, desgraciadamente, no tiene respuestas para esas preguntas. 

@jbasagoiti