¿Se puede emprender en tiempos de crisis?
Si en el pais las cosas se ven tan mal, con tanta incertidumbre política, social y económica, ¿será un buen tiempo para emprender? Esto lo he escuchado mucho en las últimas semanas.
La respuesta a esta pregunta dependerá, obviamente, de quien la responda. Dependerá de la aversión al riesgo, de experiencias pasadas, de la preparación o conocimientos que se tengan, de los recursos de que se dispongan, de las redes de apoyo, etc.
De todas formas, te voy a dar mi opinión.
Cuando se piensa en iniciar un negocio propio, los pensamientos que se vienen a la mente, y los sentimientos que se tengan, dependerán de los motivos por los que se quiere emprender y de los gatillantes de tal decisión.
Antes de emprender, tu estatus laboral puede estar en alguna de estas situaciones:
- Estas trabajando, pero tienes la intención de renunciar a tu trabajo por distintos motivos: sientes que ya no creces profesionalmente; el dinero no te alcanza y necesitas una fuente de mayor ingresos; estás teniendo problemas con tu jefe o con algún colega de trabajo; o, porque tienes una idea de negocio que quisieras desarrollar pero necesitas 100% de tu tiempo en eso.
- Fuiste desvinculado(a) de tu lugar de trabajo, por lo que ahora, en tu capacidad de desempleado(a), ves el emprendimiento como una actividad que se tiene muy a la mano porque se tiene más tiempo. Sólo falta decidir qué negocio podrías iniciar, y manos a la obra.
- Nunca has trabajado, porque quizás postergaste tus oportunidades laborales para darle prioridad a los hijos y la familia, y de pronto iniciar un negocio - por muy sencillo que parezca - puede ser la manera de aprovechar tu tiempo libre y aportar a la economía familiar.
- Eres joven, quizás estás estudiando y nunca te has empleado, y nunca quisieras emplearte porque quieres una libertad que ves que no puedes tener de otra manera.
No importando tu estatus laboral, en la mayoría de los casos, iniciar tu propio negocio es una decisión tomada en un tiempo de crisis. Ya sea por problemas en el trabajo, porque pasas por un periodo de cesantía, porque hay conflicto entre tus intereses y los de tu empleador, por problemas económicos en tu familia, etc. La lista podría ser larga. Cada una de estas situaciones representa una crisis, o sea, una situación problemática y decisiva en diversos aspectos, y que podría llevarte a tomar la decisión de emprender para generar una fuente propia de ingresos de manera rápida, en lo posible. De hecho, casi un 60% de los emprendimientos nacen por necesidad (fuente: INE, Encuesta de Microemprendimiento, marzo de 2019).
Actualmente estamos atravesando por una crisis político-social muy fuerte en Chile, y a causa de esta crisis a nivel pais muchas personas se están enfrentando sus propias crisis. El desempleo aumentó, porque las empresas - pequeñas, medianas y grandes - han tenido que hacer sus ajustes para continuar siendo rentables en el corto, mediano y largo plazo. Otras empresas han quebrado, dejando en vilo el futuro laboral de muchas personas. En otras palabras, los emprendimientos "por necesidad" también aumentarán, sin duda.
Ciertamente, las crisis existirán siempre y estarán ahí para asegurarse de que no nos quedemos "dormidos en los laureles". Y eso, si lo miras desde la perspectiva del crecimiento y desarrollo personal y de la sociedad, es buenísimo.
Los tiempos complejos traen también consigo oportunidades de crecimiento. Con un adecuado análisis, diseño e implementación del negocio, las crisis pueden ser el momento indicado para buscar soluciones creativas a problemas que antes no fueron atendidos, aportando de esa manera al mejor bienestar de la sociedad. Quizá, y muy probablemente, habrá que hacer ajustes: bajar las expectativas, disminuir los gastos del negocio, bajar los precios, buscar otros canales de distribución, etc. Pero se puede emprender en tiempos complicados.
Así que, si me preguntan si se puede emprender en tiempos de crisis, mi respuesta es un rotundo: ¡Sí!. ¿La prudencia debe primar? Por supuesto. Pero podemos aprovechar momentos como estos para crecer, y para preparnos en caso que debamos vernos enfrentados a la decisión de emprender, y la mejor preparación es aprender. Aprender a emprender.