Seamos útiles, no importantes🌱

Seamos útiles, no importantes🌱

Es la era en la que ser especial parece ser un fin en sí mismo. Las redes sociales, el trabajo y la vida diaria suelen empujarnos hacia la aspiración de la excelencia para ser vistos y validados. Nos esforzamos tanto por impresionar a los demás, por ser validados y admirados. Pero en esta búsqueda de grandeza, se olvida lo que realmente importa: 

"ser útiles".

En nuestra sociedad, parece que las personas se       consideran bastante exitosas cuando se las juzga por   la cantidad de seguidores, el título laboral o el   volumen de éxitos visibles. Pero, ¿de qué sirve todo   esto si no estamos aportando algo valioso al mundo?

Muchas veces confundimos el reconocimiento externo con el valor que tenemos para ofrecer. Esta búsqueda continua por ser notados puede arrastrarnos a una vida vacía, donde lo externo siempre prevalece sobre lo interno

Algo que he notado con el tiempo, tanto en mi vida personal como profesional, es la manera en que muchos de nosotros nos hemos dejado llevar por la necesidad de ser importantes. Vivimos en una época donde parecer y ser visto a menudo tienen más peso que ser genuinamente útiles para los demás. Lo he visto en amigos, compañeros de trabajo e incluso en mí misma. Todos, en algún momento, caemos en esa trampa.

el propósito como utilidad

Hay algo dentro de nuestro ser que cambia profundamente, de querer ser importantes a querer ser útiles. Ya no luchamos por atención y estatus; en su lugar, comenzamos a hacernos preguntas como: ¿Cómo puedo mejorar la vida de los demás? ¿Cómo uso mis talentos, tiempo y energía para agregar valor al mundo?

Estar al servicio de los demás significa utilizar nuestras habilidades y destrezas para ayudar a otros, ya sea en nuestro campo laboral, en nuestra comunidad o incluso en nuestros círculos más cercanos. No se trata de ser el mejor, sino de marcar una diferencia, aunque muchas veces esa diferencia no sea visible ni fácilmente reconocida.

Cuando elegimos ser útiles en lugar de importantes, el impacto es profundo. Cambiamos vidas de maneras pequeñas pero significativas, contribuimos al bienestar colectivo y creamos un legado basado en la humildad y el servicio. Ser útil genera un cambio duradero, mientras que la importancia superficial puede desaparecer con el tiempo.

En un mundo que valora tanto la apariencia y el estatus, ser útiles se convierte en un acto de resistencia. Nos devuelve a lo esencial: ayudar, compartir, y contribuir a la construcción de una sociedad más justa, más compasiva y más solidaria.

Pero, y esto es solo mi percepción, creo que hay algo mucho más profundo y valioso en el acto de ser útiles que en simplemente destacar. He sentido que, cuando enfocamos nuestros esfuerzos en ayudar, en aportar desde la humildad, es cuando más sentido tiene lo que hacemos. Tal vez no obtengamos los aplausos o el reconocimiento inmediato, pero hay una satisfacción diferente, más auténtica, en saber que lo que haces tiene un impacto, aunque sea pequeño, en la vida de alguien más.

No digo que todos debamos pensar igual, porque cada quien vive sus propias experiencias y tiene sus propias percepciones. Para algunos, tal vez el deseo de sobresalir viene de un lugar legítimo y necesario. Y eso está bien. Esta es solo mi forma de verlo, una reflexión que he llegado a construir a partir de lo que he vivido y observado.

Al final del día, creo que se trata de un equilibrio: podemos tener nuestros momentos de brillo, pero sin olvidar la esencia de ser útiles para los demás y para nosotros mismos. Porque, en mi experiencia, es ahí donde realmente crecemos y dejamos una huella que trasciende más allá de la apariencia.

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