Seis cosas que no reconocerás con el internet de las cosas
Mi cepillo de dientes me cuida. Quiere que en los próximos años me ahorre una buena cantidad de dinero en el dentista y algunos dolores. Para eso me enseña y me guía en mis cepillados diarios. Si son cuatro, el emoticono del sensor se pone muy contento. Si son menos, va languidenciendo hasta ponerse triste y lloroso. Si los cepillados se prolongan más de dos minutos, la recompensa es una estrella hasta completar las cinco que es el máximo premio.
Mi cepillo de dientes habla con el reloj receptor que le acompaña en la caja y entre los dos se ponen de acuerdo para convertir mis cepillados en un juego, un reto y una gratificación. Los ingleses le llaman a esto gamificación. Es como un juego de constancia, las reglas se basan en cepillados frecuentes y prolongados, el jugador es simplemente uno, tú. Se juega contra el tiempo y contra las prisas diarias. Las ganancias directas son sonrisas y estrellas, las indirectas una óptima salud buco dental e ir menos al dentista.
Aquí no intervienen ordenadores, routers wifi, tablets o teléfonos móviles. Este es el internet de los #sensores, el internet de las cosas.
Pero no van a ser únicamente tus dientes los que se beneficien de la tecnología. Aquí van algunos otros objetos que también lo van a saborear.
Tu cama. Un tercio de nuestra vida la pasamos con los ojos cerrados y ese tiempo en el que ni sufrimos ni padecemos es importantísimo para nuestra salud. La relación porcentual entre las apneas del sueño y los ataques al corazón es algo ya demostrado. Un sueño de calidad es un seguro de buena salud. Las camas tontas van a empezar a ser listas muy pronto. Por ellas mismas, o por complementos y sensores que se van a ir incorporando e integrando con tu cama. Este es un ejemplo de una empresa finlandesa @beddit que está trabajando en esta línea y van a hacer que aproveches mejor tu tiempo de sueño y lo conviertas en algo saludable. Además de la salud, podremos programar sueños como si fuesen series de televisión, programas energizantes e incluso aprender idiomas como por ciencia infusa. Justo lo que nos decía el profesor a los que no nos gustaba mucho estudiar.
Tu pelo. Un pelo biónico no va a molestarte si se implanta y se integra en tu cabellera. Será flexible, moldeable, ondulante, volará al viento y se fijará con la gomina igual que los otros naturales. No va a tener funcionalidades estéticas, o por lo menos yo no alcanzo a verlas. Lo importante de ese pelo implantado es que será el mejor amigo de tu médico de cabecera. Y, con tu permiso, le irá diciendo que has comido, que has bebido y que has fumado. Donde has estado, si has hecho deporte y como andan tus variables personales. Si la cama se está convirtiendo en tu seguro de salud, tu pelo importado va a ser tu seguro de vida.
Tu médico va a ahorrarse mucho tiempo de consulta y de teclear información en su ordenador, el pelo ya se la pasa editada y con alertas en caso de que algún nivel en nuestros fluidos requiera su atención.
Un pelo es algo grande y espacioso para la nanotecnología aunque todavía no nos lo parezca.
Tu nevera. No va a la compra con hambre, no se deja seducir por las palabras nuevo, gratis ni la expresión dos por uno. No tiene caprichos, y si está bien aleccionada cuidará al extremo de tu salud y de la de los tuyos. La nevera hará la compra y alguien te la traerá a casa. ¿Qué te gusta ir a hacer la compra? No hay problema, incluso así la nevera te la facilitará en forma de lista que se anticipará a ti mismo para que el carnicero o el pescadero ya tengan preparados sus mejores cortes a tu llegada.
Hay veces que malditas las ganas de ir al supermercado. Déjate estar, la nevera no te necesita para reponer. Sabe cuanto pesan las cosas si colaboras con un poco de disciplina y colocas la leche en el hueco de la leche y los huevos en el hueco de los huevos. Sabe que cuando pesan poco es el momento de añadirlas a la lista. Necesitará unos minutos de instrucciones que ella tendrá en cuenta a la hora de optar por la compra más saludable y más racional. No te va a prohibir que incluyas chuches o helados aunque su algoritmo le diga que te estás envenenando. Su máxima es cuidarte, pero por encima de su máxima, esta tu opinión.
La nevera hará recetas para que no tengas que tirar comida por haber caducado. Mezclará y combinará alimentos sugiriéndote nuevas recetas. Todo serán beneficios para tu salud y para tu bolsillo con la nevera conectada.
Una caña de pescar. Lo mejor de las cosas que vienen es que pueden enseñarnos. Tengan pantalla o utilicen las pantallas de sus hermanos el reloj o el teléfono móvil. Un caña sabe si hay muchos pescadores en la zona y te aconsejará la mejor posición y la menos concurrida. Al resto de los pescadores también.
Recetas de los peces de la zona dependiendo de donde te encuentres o los restaurantes cercanos donde saborearlos, por si no se ha dado bien el día.
La caña te dirá si estás lanzando correctamente el anzuelo y te corregirá por si has aprendido en el mar y estás en un pantano. Por supuesto habrá sitios donde gastar el dinero en aparejos encantados de tener algún tipo de conexión con la caña digital.
Un sombrero. Prenda que marca un estilo especial y escasamente popular en España; hasta que incorpore el internet de las cosas. Hay cosas de llevar puestas que conectarán nuestro cuerpo con nuestro entorno. Climatología, imágenes espectaculares, amenazas para nuestra piel, lugares especiales, consejos, recomendaciones, ambientes o películas serán algo habitual en sombreros, chisteras, gorros o viseras.
Será un sombrero transformer que sustituirá al paraguas llegado el caso y que facilitará que puedas mirar sin riesgos al próximo eclipse solar.
Y ¿porqué en nuestra cabeza? Pues porque no pensamos con los pies.
Un libro. ¿Electrónico o de papel? Pues los dos en uno. El grafeno es un material maravilloso. Más resistente que el acero, transmite datos más rápido que la fibra óptica y es flexible como una hoja de papel. Una hoja de grafeno podría contener millones de libros y de materiales de apoyo audiovisuales relacionados con cada uno.
El grafeno es tan nuevo que ni el corrector de Linkedin reconoce el término, no importa, será tan popular como wifi, router, impresora o vídeoconsola.
Aprender o disfrutar de obras ficción será una experiencia nueva. Otros lectores ayudarán a crearlas. Serán crowdbooks y revolucionarán la educación.
No sé si te has fijado que apenas he nombrado ordenadores o teléfonos móviles. Pintan poco en este nuevo internet, son desplazados por sus hermanos pequeños los sensores.
Espero que este post ayude a que imagines algún objeto cotidiano transformado y que lo añadas en comentarios. Gracias.
MARKETING MANAGER en Cerdá Group
9 años¡¡Muy bueno!! Jolín, quiero esas cosas...
Medios Publicitarios | Media
9 añosQue gran artículo, Sixto! Lo quiero todo ya!
Coordinador en proyectos de reformas sin obra, pintura técnica y artística para Oe Orellanaestudio
9 añosBuenos días, excelente post, quiero un cepillo de dientes con sensores ya!, nanotecnología aplicada a la pintura...dónde lo vi?
Consultor y Profesor de Tecnología de Marketing y Estrategia Digital de Negocio
9 añosBuen post Sixto Arias. A pesar de no pensar con los pies, los zapatos ya se conectan a internet ¿verdad?