Semblanza de mi abuela María Luisa

"El único símbolo de superioridad que conozco es la bondad" L.V. Beethoven

Hoy partió a la eternidad mi abuelita María Luisa. La devastadora noticia me encuentra en China, a más de 15.000 Kms de casa, lo que me deja sin posibilidad alguna de despedirme físicamente de ella. A pesar del dolor que tengo, quisiera recordarla hoy como el Ser de Luz que siempre fue para toda la familia.

Mi abuelita María Luisa creció en el amor de una familia payanesa de sólidos principios católicos, principios que confirmó al convertirse junto con mi abuelo Víctor Manuel Hurtado en el tronco de una familia de 7 hijos, a quienes amó profundamente en vida, les dio lo mejor de sí,  y quienes profundamente agradecidos, siempre le demostraron cariño, afecto.

Tuvo numerosos nietos (mi hermana y mis primos y yo) y cuatro bisnietos, quienes gracias a Dios pudimos compartir tiempo de calidad con ella y sobre todo aprender de su manera de ser: siempre de buen humor, paciente, bondadosa, muy cercana a Dios en todo momento de su vida, acompañándonos siempre en todos los momentos importantes de nuestras vidas.

Yo tuve la satisfacción de tenerla conmigo en mi bautismo, mi primera comunión, en mis grados académicos, en mi matrimonio y en el nacimiento de mi hija, por eso le doy infinitas gracias a ella por hacer parte de mi vida y porque de ahora en adelante será mi referente de uno de los valores supremos por los cuales se caracterizó: su bondad.

Abuelita Luisa, aunque no estés físicamente con nosotros y aunque no pueda yo estar físicamente en tu despedida, quiero darte las GRACIAS, así en mayúsculas por tus enseñanzas, por tu tiempo, y te quiero decir que siempre estarás en mis más gratos y entrañables recuerdos. Siempre te querré e intentaré aplicar de la mejor manera posible las enseñanzas que con tu ejemplo de vida me dejaste. Descansa en la Paz del Señor, a quien tanto quisiste y seguirás amando en la eternidad, con la esperanza de reencontrarme contigo algún día.

Shenzen (China), Mayo 9 de 2016.