Sentir el Triunfo
Hace unas semanas, y en el marco de la actividad que realizo, fui a cuatro bancos diferentes a realizar diversas gestiones. Luego de unas dos horas realizando estos trámites, volví para la oficina y mientras cruzaba la Av. Corrientes, me invadió una sensación de satisfacción, como una súbita alegría, la cual no pude identificar, en un primer momento, de donde provenía. Entonces, comencé a revisarme, y reflexionar qué acontecimientos habían generado esa gratificante emoción, luego de unos instantes de hacerlos, concluí que esta sensación provenía de haberme propuesto como objetivo, por simple que haya sido, realizar esos depósitos y lograr hacerlos.
TGR Gestión Inmobiliaria se dedica a identificar, contactar y brindar servicios a personas que deseen vender sus propiedades; en esto sólo se recorre un tercio del “camino del logro” ya que luego se realiza difusión, contactar posibles compradores y realizar las gestiones legales y administrativas para que, terminado todo este proceso, cobremos honorarios por la tarea realizada. Muchas veces en la dilación que propone todo este camino entre el comienzo de la gestión hasta la concreción de la operación y cobro del honorario, los brokers que llevan adelante el proceso, sienten aburrimiento, desgano y apatía (emociones que no se asemejan la satisfacción o alegría que les describía anteriormente). La alegría y la satisfacción la experimentan sólo cuando cobran la comisión. Allí se hace presente el “sentido de logro”. Siempre fue un desafío para mí como líder del equipo, que los colaboradores puedan disfrutar del proceso y no solo estar conformes cuando logran cerrar operaciones.
Tomando como base la experiencia de la recorrida por los bancos, descubrí algunas alternativas que atentan contra disfrutar y algunos remedios para evitarlas
Cuando realizamos una tarea “compleja” (que tiene muchas sub-tareas hasta completar la mayor), muchas veces juzgamos que las tareas parciales, son un estorbo, a tal punto que preferiríamos prescindir de hacerlas. No dejamos de hacerlas ya que somos conscientes que sin estas, la tarea mayor no estaría completa, ejemplo: si queremos llevar adelante una reunión laboral importante, una sub tarea sería poder llegar al trabajo y para ello tendríamos que tomar el transporte público (si así nos trasladamos). Ese acto de tomar el transporte público, sería la tarea menor, si bien, como indicamos, no dejamos de hacerla, tendemos a automatizarla y junto con esa, otras muchísimas tareas. Esta automatización del hacer que aplicamos a gran número de cosas que realizamos nos sumergen en la percepción de que no queremos hacerlas, cuando en realidad, si queremos lograr lo que sí nos moviliza, esas sub tareas son imprescindibles, por ende, sí queremos hacerlas. Parece que no las elegimos, pero si las elegimos, como por ejemplo ir a los bancos a hacer depósitos para que la organización tenga garantizado su normal funcionamiento. La acción de ir al banco podría aparecer ante mi como una tarea que no elijo y por ende no me da sensación de logro, impidiendo de esa forma que encuentre satisfacción en el proceso que implica la construcción de una organización productiva y exitosa.
Evitar esta automatización del hacer no es cosa sencilla, ya que el cerebro tiende a “pasar algunos procesos al inconsciente” para economizar energía, y está allí la clave de disfrutar lo que hacemos también durante el proceso, en elevar el nivel de consciencia de las cosas que realizamos cuando las planificamos y cuando las ejecutamos, estar presentes a lo que estamos haciendo nos habilita la expectativa de lograr concretar todas y cada una de las tareas que realizamos, sean estas simples o complejas, se realicen en minutos o en horas. La reflexión calibra nuestra percepción y esa percepción nos permite asignar valor a cada una de esas tareas, las que al lograrlas, nos genera la emocionalidad consecuente con ese logro y nos permite disfrutar. Es aquí más que nunca cuando el pensamiento positivo o sea la valoración positiva de las cosas toma una importancia fundamental. Pensar que tomar el colectivo, preparar una presentación, redactar un contrato, realizar depósitos en un banco, hacer llamados de prospección o de seguimiento, son, no solo cuestiones necesarias, sino cuestiones deseables, positivas, agradables, ya que me acercan al fin que persigo. Este tipo de pensamiento generan la expectativa del logro, y la concreción, la percepción de logro y la percepción del logro la emoción de satisfacción/ alegría, que nos habilitan disfrutar de la tarea que realizamos en todo momento.
El desafío: eludir la automatización que viene por la percepción de que las tareas menores son indeseables.
El remedio: reflexionar y asociar cada una de las tareas al fin que perseguimos.
El resultado: alegría, satisfacción en el proceso, lo que se traduce en ganas y energía para hacer lo que hacemos a diario.
Les deseo reflexiones productivas que generen pensamientos positivos para una vida llena de sentido de logro y alegría, esa es la felicidad ejercida.
Cristian Guirin
Coach Ontológico
TGR GROUP SRL
El minuto en el que eliges hacer lo que te GUSTA, comenzaras a vivir una vida mejor¡¡