Será que estamos afectados por el Dicrocoelium dendriticum?
En primer lugar, antes de tocar el tema, debo explicar la interesante vida de estos parásitos y sus "ingeniosas" maneras de lograr llegar a su hospedador definitivo. Como el caso de la Duela del Hígado (Dicrocoelium dendriticum)
De manera muy breve y sencilla explico su increíble plan: Es un parásito que sale por las heces de los animales infectados (mayormente rumiantes que pastan y se alimentan de la hierba). Al caer al suelo mezclado en las heces, los caracoles las consumen y los parásitos pasan a ser el primer huésped transitorio del inocente caracol. De allí, el caracol las desprende a través de su baba y pasa a ser consumida por las hormigas.
En este momento viene lo increíble: Los parásitos entran al cuerpo de la hormiga y un gran número de ellos se alojan en su vientre, a la espera del hospedador definitivo. Y al menos una de ellas se va al cerebro de la hormiga, y una vez allí, desprende una toxina que obliga a la hormiga a abandonar su grupo en horas de la noche, comenzar a caminar hacia las hierbas altas (sin motivo aparente, como hipnotizada), y al llegar al punto mas alto de la hierba, la muerde fuertemente y no relaja sus mandíbulas durante toda la noche, hasta la mañana, en espera de que un rumiante llegue (ovejas principalmente y vacas) e ingiera la hierba, el parásito se va a sus intestinos, se vuelve adulto y convierte a este inocente animal en el hospedador definitivo.
Por ello, se realizan investigaciones en muchas universidades no tanto para estudiar los efectos de este parásito en los animales, lo cual es bastante conocido, sino en la manera fascinante en que convierte en descerebradas a las hormigas y las hace ir donde ellos desean a esperar a su víctima final.
Al estudiar este caso me puse a pensar en esto que ocurre en una sociedad como la de las hormigas, y sus analogías con la sociedad humana.
Conseguí muchas, pero le dejo el análisis a ustedes, estimados lectores, para que consigan las suyas. Tan solo piensen en todo lo que, como humanos, toleramos de algunos personajes en la sociedad que no deseo mencionar. Y lo toleramos sin rechistar (bueno, rechistamos con las demás hormigas) y así vamos por vida esperando a que el gran rumiante nos engulla en donde estamos, paralizados sin hacer nada ante las injusticias del mundo, porque el parásito habita en nuestra mente y no nos deja pensar y hacemos lo que diga, y nos aferramos así como la hormiga, a la brizna de hierba hasta que lo logramos: llegamos al estómago e intestinos del rumiante, para luego, ser excretados junto a los parásitos y volver a cumplir un ciclo!
Esta reflexión nació al ver como dos menores niñas en Andahuaylas, hermosas, preciosas y amadas por todos, fueron ultrajadas por un desalmado, quien luego las asesina vilmente. Sus padres, al ver que habían desaparecido, tuvieron que hacer lo indecible por buscarlas ante la parálisis de un grupo de pésimos policías que representan en todo caso la ineficiencia nuestra, del estado y la complicidad de una sociedad en la capital del país que vive alejada de las verdades que les son ajenas.
Qué nos está pasando como sociedad? Es que no tenemos hijos? No nos duele el corazón al ver a unos padres desesperados buscando a sus hijas, solitos, temiendo lo peor? Será que estamos tan aferrado a la hierba, con las mandíbulas apretadas, que tememos gritar porque podemos caernos y no cumplir la misión que la sociedad de los parásitos nos ha impuesto?
Una misión que nos debería dar vergüenza: Ser testigos silentes y cómplices de un mundo que se desmorona rápidamente en manos de los parásitos!
Tanto por hacer hoy, amigos. Para mañana puede que ya sea demasiado tarde! Mas amor, mas compasión, mas solidaridad, mas dolor compartido, empatía, sinceridad, honestidad. Necesitamos mas y mas!
Ingeniero Civil colegiado, residente de obra, ponente, consultor.
5 añosTerrible, realmente terrible