¿Será que Gucci y The North Face, pegan?
Que, si peguen o no, quizás no es lo decisivo de la pregunta. El tema es como hacerlas que peguen. Que se complementen.
Cómo hacer que el cobranding agregue valor a cada una de ellas y por supuesto a los consumidores.
Desde hace unos días está retumbando en las redes sociales imágenes de la alianza entre la marca italiana de lujo Gucci y la americana The North Face por el lanzamiento de una colección, que además contemplará una serie de Pop Up Stores en ciudades clave, así como acceso exclusivo de clientes a la compra de un número determinado de ítems de la colección.
Seguramente en algunos años veremos que estos ítems se subasten alguna casa de subastas como objetos raros del pasado. Es como un back to the future en retro.
El punto central de la unión de estos dos grandes es el compartir ciertos valores. Allí está el kit de este asunto.
El lanzamiento de la campana contó, ademas, con intervenciones en medios extetiores out of the box. Edificios cubiertos con el look de las chaquetas acolchadas de The North Face, pero con el logo de la italiana. Bravo!!!
El director creativo de Gucci Alessando Michele, lo adelantaba diciendo que Gucci siempre se ha caracterizado por sus ideas en torno a la curiosidad y a la construcción de aventuras metafóricas, mientras que The North Face es conocida por sus outfits especialmente diseñados para aquellos que buscan aventuras.
En el fondo, tanto la italiana como la americana celebran el espíritu de los viajes, de la aventura, de lo desconocido. Si a estos nos remitimos, la alianza entre Gucci y Harry Styles (el cantante fue el primer hombre en salir en la portada de la revista Vogue, pero además vestido con falda), puede ser muy buen ejemplo cuando se habla de aventuras. De exploración de nuevos territorios, literalmente.
Este viaje no es nuevo. En el pasado reciente hemos visto como Apple y Nike, Lagerfeld y H&M, Prada y Adidas, y muchas otras han creado alianzas buscando extender su impacto en el negocio donde facturan. La diferenciación también viene de juntar extremos que pueden parecer distintos. Recientemente Louis Vuitton se asoció con el skater jamaicano Lucien Clarke para diseñar una colección pensada en captar nuevos milienals a la base de datos de sus clientes con alto poder adquisitivo alrededor del mundo.
Con estas alianzas, asistimos a lo que las empresas de lujo han hecho para acercarse al athleisure. El término Athleisure proviene de la fusión de los términos athletic (atlético) y leisure (ocio). Es como cuando el retail apela al entretenimiento para estimular el tráfico, y nos presenta el retailment.
Y es que el panorama in pandemia o post pandemia, las marcas de lujo también han sufrido. Según la consultora Bain, las ventas premium en todo el mundo tuvieron una caída de un 23% durante el 2020
Cada marca pone lo suyo
Cuando se habla de este tipo de alianzas, se busca sin duda mayor visibilidad en un mercado saturado por ofertas distintas, sacarle distancia a la competencia y buscar a los Millennials y los Centennials que ahora tienen poder adquisitivo y poder influenciar las tendencias.
El concepto general de cobranding se atribuye a una alianza estratégica entre distintas marcas que se complementan para alcanzar unos objetivos determinados, que pueden ser más tácticos a más estratégicos.
La estrategia consiste en agregar el capital de cada marca y mejorar el éxito del producto que nace de la unión. Es como cuando vimos a Lego y Adidas unirse y sorprendernos con algo único. De esa unión, que no parecía lógica al principio, surgió una colección icónica de calzados deportivos que han sorprendido a los consumidores por todo el mundo.
Bienvenidas estas alianzas!!!! Bravo por el riesgo!!!!