“La arruga es bella”, lo dijo un famoso diseñador de moda español. Es una frase que empleo a menudo para reivindicar que ningún modelo ni dogma debería alejarnos de nuestra esencia.
La ropa es bella con arrugas, porque significa que quien la lleva está vivo y en movimiento y que no vas a dejar de moverte para que se mantenga impoluta. Con la maternidad pasa igual. Si hay modelos, que sirvan para inspirarnos y no para presionarnos. Aquí algunas reflexiones en esta edición de The Happiner:
- ¡Deja de declararte culpable! Porque hagas lo que hagas te vas a sentir mal. Es tal la presión que sientes en el rol, hay tantas emociones en juego, tanta inseguridad en algunos asuntos, tanta información, tantos consejos, que es fácil dejarse secuestrar. Si es así ponle remedio. Ser tan agonías no te va a ayudar. Léelo en La Mente es Maravillosa.
- Sufrir es un estado incómodo. Ya sea por ti mismo o por los demás. Te propongo que lo sientas, que lo atravieses, que lo estrujes, que lo asumas, para luego aceptarlo y soltarlo. Y si es de otro, que seas acompañante sin juicio, sin crítica y sin pretensiones. Léelo en La Vanguardia.
- Si analizas tu mochila e identificas que cuando miras a tus niños y es la culpa la protagonista de tus emociones, entonces es que la culpa ya se apoderó de ti. Urge que despiertes: Los niños no quieren padres perfectos y mucho menos culpables, los quieren felices. Aunque todos los días haya retos, desde la fluidez mucho mejor. Léelo en Psychology Today.
- Si sientes que no cuadras en el ideal de madre, deshazte del manual que hayas heredado. Empieza a escribir tu libro, rompe los patrones, busca tus valores, rodéate de aquellos profesionales y amigos que te suenen bien. Es tu responsabilidad, trabaja tu seguridad, tu autoestima y adelante.Leer más en Exploring Your Mind.
- Porque si no era suficiente tener una buena carrera profesional, ser amable, complaciente, la mejor deportista, amiga, novia y estudiante, (el modelo de la niña buena), la cosa se pone peor cuando te conviertes en madre, ¿también tienes que ser perfecta?. ¡Qué presión! 9 de cada 10 se sienten así. Leer más en El País
- Si te sientes desbordad@ el coaching te puede ayudar: para expresarte, para aislar la x, para afianzarte, para decírselo al mundo y para ser capaz de disfrutar de esta experiencia tan única. Aquí tienes el vídeo.
- ¿Cómo superar el síndrome de la mala madre? Lo primero, identificar que
- Tienes sentimiento de culpa.
- Que te autoexiges de una forma excesiva.
- Que te comparas con otras personas y sientes que tú eres la que lo hace peor.
- Que sufres ansiedad y estres respecto al bienestar de tus hijos.
- Que tienes una sensación de estar sobrepasada.
- Que por supuesto no estás disfrutando la maternidad tanto como podrías.
Si te sientes identificada con algunos o todos estos síntomas, es que ya has dado el primer paso, que es la conciencia de no estar bien. El segundo paso puede ser buscar apoyo, si ese es el caso, en nuestra sesión podremos comentar toda la presión que ejerce la sociedad, incluso la herencia del patriarcado, pero lo más importante es que nos centremos en cómo tú puedes cambiar tu realidad. En cómo puedes poner límites a los que no te ayudan. De cómo puedes romper con las expectativas del resto y centrarte en las tuyas. De cómo cuidarte para luego poder cuidar. De cómo hallar tus valores esenciales en la maternidad, aquellos que forman parte de tu verdadera identidad como madre. En definitiva, tu felicidad es tu responsabilidad, independientemente de todo lo que puedas a hacer por influir el cambio fuera de ti. Pero tu verdadera fuerza está en ti. Aquí tienes el vídeo.
¿A lo mejor es que te exiges demasiado? Que responder a tanta expectativa, no te viene bien. Que puedes montarte tu propio modelo, el que dé tu mejor versión, el que te convierta en la madre o el padre que quieras ser. Con responsabilidad, con tus valores, con tu esencia. Mirando hacia dentro y no hacia fuera. De un modo más happiner, más adulto, más feliz.