Ser sostenible es tendencia… pero tiene que ser más que eso
La sostenibilidad es un concepto que ha tomado significativamente más importancia y presencia, especialmente en los últimos años debido a que cada vez se hacen más visibles y variados los efectos negativos que tiene el ser humano –sus ciudades, industrias y hábitos– en el medio ambiente. Pero, aunque es sumamente valorable que la sostenibilidad sea un tema de conversación y que tenga mayor cabida en los medios, es cierto que es un concepto que se ha visto distorsionado y cuya connotación ha cambiado a medida que se ha relacionado con otras cosas como, por ejemplo, la moda y ciertos alimentos.
Efectivamente nos interesa que estas dos industrias apunten a ser más sostenibles y amigables con el medio ambiente, considerando que son la segunda y tercera más contaminantes (después del sector energético) según la ONU, pero hay que tener especial cuidado para no caer en las trampas del marketing y los anuncios de las grandes empresas que hablan de sostenibilidad sin aplicarla realmente.
Ser sostenible está de moda, aunque a veces no de la forma correcta o la más efectiva. No basta con comprar la colección “sostenible” de las marcas de ropa o la versión “orgánica” de empresas alimenticias. Hay que realmente entender qué significa ser sostenible.
En relación a la industria textil, ésta produce más del 8% de los gases de efecto invernadero y el 20% de las aguas residuales al año. Se necesitan 7500 litros de agua para fabricar unos pantalones vaqueros y 85% de los textiles terminan en vertederos gigantes o se incineran produciendo enormes cantidades de contaminación. Por esto, comprar la línea sostenible de las tiendas fast-fashion no es una solución. Algo que todos podemos hacer es comprar ropa de segunda mano y reutilizar materiales, darle nueva vida a las prendas en lugar de tirarlas y seguir sumando desechos.
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En cuanto a los alimentos, un tercio de toda la comida que se produce se pierde, cosa que también implica una pérdida inconmensurable de recursos que se utilizan en su producción: agua, tierra, energía, entre otros. Y mejor no hablemos de la contaminación que genera transportar estos alimentos… Para realmente hacer un aporte al planeta y ser sostenibles, lo ideal es el consumo de alimentos locales y de temporada, y no comprar más de lo que necesitamos. Además, podemos investigar un poco más de dónde viene y quién produce lo que comemos, como también la huella ecológica que tienen nuestras decisiones.
Como he mencionado, la industria más contaminante es la energética. Necesitamos energía constantemente para suplir nuestras necesidades en múltiples momentos del día: luz, calefacción, artefactos como neveras, televisores, ordenadores, entre muchos otros. El sector de suministro de energía es responsable de aproximadamente 35% de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global. Por esta razón, quiero recalcar lo importante que es cambiar nuestros hábitos de consumo para lograr un cambio antes de que sea muy tarde.
Creo firmemente que la mejor opción, la más efectiva en todo sentido, es cambiarse a las energías renovables, siendo la solar una de las más limpias y eficientes. Cada vez es más fácil y accesible. Empresas como Solarmente nos dedicamos a que así sea. Con el uso de placas solares, podemos añadir nuestro granito de arena para cuidar nuestro planeta, además de disfrutar de los beneficios económicos que implica el ahorro de energía. Sumado a esto, sumarse a la energía solar también es un excelente primer paso a tener más conciencia respecto al impacto medioambiental que tiene cada una de nuestras decisiones diarias, algo que muchas veces pasamos por alto. Aún hay tiempo para cambiar el destino de las futuras generaciones, y tenemos que hacerlo juntos. #HazloSolar #HazloSolarmente
Busineess & Wellness Coach | Founder & CEO | Boosting female talent: I support women on their way to professional and personal success l Committed to female leadership and wellbeing
1 añoCuánta falta hacen artículos así! Gracias ⚡Wouter Draijer 👏