Ser un Empresario "Modelo de Rol Ejemplar".

Desde niños, sin darnos cuenta, seguimos los ejemplos de nuestros padres; más tarde, en la adolescencia, encontramos inspiración en ídolos y figuras de referencia. Ya en la adultez temprana, podemos buscar modelos en profesores universitarios o empresarios exitosos que personifican lo que aspiramos ser. Sin embargo, a medida que maduramos, se vuelve más complejo encontrar referentes que realmente alineen con nuestros valores. Algunos antiguos modelos pueden haber dejado de ser relevantes, y los actuales tal vez no reflejen nuestros principios.

Recientemente, en un desayuno de trabajo enfocado en la reacreditación institucional de Fundación Universitaria del Area Andina ante el Ministerio de Educación, el Miembro de la Junta Directiva de Motores de Esperanza (no relacionó su nombre al no haber solicitado autorización para ello), resaltó una idea profunda:

...la necesidad de que la universidad sea un "Modelo de Rol Ejemplar". Este llamado resuena no solo en el ámbito educativo, sino en el empresarial. Como empresarios, ser un ejemplo a seguir debería trascender el éxito económico y convertirse en una responsabilidad social.

La grandeza de ser un empresario ejemplar no radica en el ego ni en el reconocimiento, sino en el impacto que podemos generar en otros. Ser un referente implica compartir no solo nuestras victorias, sino también los aprendizajes derivados de nuestros errores. Inspiramos a las próximas generaciones a través de nuestras prácticas, metodologías y valores, dejándoles un camino de conocimiento y experiencia que puedan seguir y, ojalá, superar. Es una oportunidad para contrarrestar la idolatría hacia personajes de la criminalidad que a menudo ocupan el cine y la televisión, y para promover, en cambio, modelos de conducta superiores y propositivos.

Fomentar una cultura de empresarios ejemplares requiere, paralelamente, la creación de espacios de intercambio y crecimiento donde podamos reunirnos con nuestros pares y aquellos que eventualmente ocuparán nuestras posiciones. A través de procesos estructurados de formación y aprendizaje, podremos ampliar nuestra visión, reevaluar nuestras acciones y mejorar constantemente, forjando así un legado compartido.

Actuar como un modelo de rol ejemplar es, en última instancia, un compromiso con el futuro: inspirar a quienes un día tomarán nuestro lugar y continuarán escribiendo nuestra historia.