Siempre intento salir de la oficina a mi hora
Así es, y os puedo asegurar que no me considero para nada un mal profesional o una persona que no respete a sus compañeros. Símplemente, intento ser dueño de mi tiempo, lo cual en sí mismo me parece un gran y loable propósito, tanto para trabajadores por cuenta propia como por cuenta ajena. El tiempo es oro, tiene un coste, y no retorna. Aprendamos a valorarlo.
Pasamos una gran parte de nuestra vida trabajando. En mi caso, además, raro es el mes que no hago un par de viajes laborales, con lo que el impacto en mi vida personal, familiar y social es, si cabe, aún más elevado. Por tanto, igual que cuando una pierna falla el cuerpo hace un ejercicio de compensación que nos permite caminar hasta que nos recuperamos, un buen día decidí no extender de manera interminable mis jornadas laborales, como sí hacía en el pasado.
Introducción
Partiendo de la base de que el trabajo es un proceso contínuo y por tanto, interminable (por suerte), ser conscientes de esto ya es una liberación. También hay que entender conceptos como el rendimiento marginal decreciente del trabajo, o productividad laboral decreciente (enlace). No tenemos el mismo rendimiento siempre. Decrece, por aburrimiento, cansancio... Es una de las ventajas de haber estudiado conceptos económicos, que te permite su aplicación en diferentes ámbitos.
Otro concepto interesante, a modo de introducción de la exposición, es el del coste de oportunidad (enlace) que es el coste de la mejor alternativa posible ante una decisión. Creo que es el concepto que más aplico en mi vida, y es que me permite adquirir un notable grado de consciencia sobre el impacto de la toma de decisiones. Si decido seguir en la oficina una hora más, impacta en mi vida familiar y personal. Es el coste de oportunidad.
Por último, me gustaría poner en la mesa el concepto de la utilidad, el valor y el precio (enlace). Sin entrar en temas de "me pagan por 40 horas" puesto que ante todo me considero persona, y después profesional, la utilidad y el valor que tiene para mí el horario de tarde es mayor que, por ejemplo, determinadas horas después de cenar. Es así por temas familiares, pero podría serlo por cualquier otro motivo (vida social, gimnasio, cuidado de familiares, etc.). Prefiero salir a mi hora, y después, más tranquilo y equilibrado atender cualquier asunto pendiente, siempre que sea urgente e importante.
Mis 9 mandamientos para ser dueños de tu tiempo
Tras esta breve introducción, os paso a relatar algunos de mis "mandamientos" con respecto al control horario de mi vida laboral. Espero os resulten interesantes:
1.- Focaliza.
Focalizar es una gran idea a la hora de afrontar un recurso escaso y no retornable, como es el tiempo. Nuestra capacidad de atención es limitada, y las distracciones actuales son muchas. Redes sociales, mail, teléfono, chats, cafetería, gente que te interrumpe... Cada vez que nos ponemos a hacer una tarea y algún elemento de distracción actúa, hemos de realizar después un doble esfuerzo para volver a la acción, y el consiguiente cansancio acumulado.
Mi lema es que si estoy en el trabajo, estoy trabajando. Si estoy con la familia, estoy con la familia y si estoy dedicando tiempo para mis cosas, pues es eso, tiempo personal. Si estás con la familia pendiente del mail del trabajo, y en el trabajo atendiendo temas familiares no urgentes, pues no dan las horas y no acabamos los plazos. Además, es una falta de respeto hacia la empresa, tu familia, los amigos, a ti mismo... Hay que estar por lo que hay que estar, y estar por estar, estar al cuadrado.
Hay técnicas muy curiosas que nos pueden ayudar a evitar distracciones y que realmente nos puede interesar aplicar (ejemplo)
2.- Respeta
Hay un componente ético en todo este proceso. Como decía, hay un tema de respeto, no solo cuando estás presente, sino especialmente cuando estás ausente. Estar sin estar es vivir sin vivir en ti, que queda muy poético pero es que es verdad.
Cuando estoy 10 o 12 horas en la oficina, genero un impacto. Tanto en mi vida personal como en mi entorno. Y no suele ser un impacto positivo. No me refiero a un pico de trabajo puntual por un proyecto, que después podremos recuperar con más descanso, me refiero a la rutinaria asignación de horas extras de nuestra vida al ámbito laboral.
El tiempo y nuestra atención, nuestra energía, nuestra vida, es limitada. Se reparte entre diferentes ámbitos, como porciones de un pastel. Cuanto mayor sea el trozo laboral, menos nos queda para el resto. Y no queremos dejar con hambre a nuestros seres queridos.
Esto me lleva al siguiente punto. Hay que ser eficientes, ya que es una llave hacia la libertad.
3.- Trabaja la eficiencia
Ante un recurso limitado, lo mejor es ser eficientes. Estaremos maximizando el rendimiento que obtenemos. Por tanto, cuanto más sea capaz de producir en, por ejemplo, 8 horas, mejor rendimiento final total voy a obtener.
Hay mucha información en internet sobre como mejorar la eficiencia y técnicas realmente curiosas para ser más eficientes, rendir más y cansarnos menos en las mismas horas. Creo que todos deberíamos invertir tiempo en esta mejora.
4.- Planifica
Siempre lo digo. Lo que no se planifica está condenado al fracaso, y lo que se planifica es probable que también. Planificar es vital de cara a poder trabajar la eficiencia. Y para ello hay algunos trucos interesantes.
En primer lugar, hay que discernir entre la planificación operativa (por ejemplo, para un día concreto) de la planificación estratégica (a un mes o a un año vista). No es lo mismo querer publicar un libro (estratégico) a destinar 3 horas cada miércoles por la tarde a escribir un libro (operativa).
Planificar, además, nos ayuda a concentrarnos. Al saber con anterioridad qué vamos a hacer por ejemplo de 10:00 a 12:00 de la mañana, sabremos a las 10:00 que hemos de iniciar ese trabajo. Sino, es bastante probable que alguien nos secuestre para su beneficio...
Por último, a la hora de distribuir las tareas, suele ser útil clasificarlas en urgentes e importantes. Hay mucha bibliografía al respecto, no volveré sobre este tema (ejemplo).
5.- Desarrolla tu fuerza interior
Para todo ello hace falta propósito, está claro. Pero también fuerza interior y constancia. Por tanto, cuanta más energía disponible tengamos (input) mejor resultado teórico obtendremos (output) si aplicamos correctamente lo aquí expuesto.
Hay muchas vías para mejorar los flujos de energía. Actualmente estoy investigando temas de sincronía de ritmos circadianos, autofagia, ayuno, descanso, alimentación, energía mitocondrial, neurogénesis, exposición solar... Invertir tiempo en esto es una llave para la mejora del rendimiento final, la calidad de vida y dota de un empoderamiento realmente clave en situaciones límite, como es el estrés derivado de la vida moderna actual.
De todas formas, empieza por eliminar lo que no se ha de hacer. Es más fácil. Duerme, haz ejercicio físico regular, evita comidas pesadas artificiales, come solo con luz solar y aleja la última comida del día de la hora de dormir. No fumes ni bebas alcohol de forma regular. Hacer esto ya es una mejora para la mayoría de la población. Como dijo Antoine de Saint-Exupery, «La perfección no se alcanza cuando no hay nada más que añadir, sino cuando no hay nada más que quitar».
6.- Descansa
Lo he dicho antes, pero lo repito. Descansa. No somos máquinas, e incluso ellas necesitan parar y mantenerse. Y no me refiero solo a dormir, sino al descanso mental y psicológico.
El estrés todo lo puede, y buscar vías de escape va a hacer que se retrase el daño oxidativo que provoca. Para unos, será pasear. Para otros, coser. Para otros, cantar. Pero has de buscar esa vía de escape, planificar tiempo para ti, vivir la vida.
Disfrutar de la sensación de no hacer nada cuando eres consciente de todo lo que te queda por hacer ya me parece un gran triunfo momentáneo en esta vida que nos ha tocado vivir.
7.- Sé consciente. Medita.
Lo dicho justo antes, ser consciente. Vivimos en un entorno cambiante, que nos exige y demanda, y cuánto más conscientes seamos de esta realidad, de nuestra capacidad de influir en ella y de cómo nos afecta, más posibilidades de éxito tendremos.
Por tanto, todos los temas incluidos en este punto han de ser planificados, analizados y realizados. Y ello exige un alto nivel de consciencia. Hay muchos medios para ello, tampoco es el objeto de esta entrada. Meditar, reflexionar, pensar, pasear, hacer yoga, debería ser parte de nuestra rutina diaria. Los beneficios están más que demostrados (enlace 1, enlace 2)
8.- Trabaja tu compromiso.
Sí, es correcto. Debemos trabajar nuestro compromiso. No digo ser embajadores de marca, tampoco es necesario, pero sí ser conscientes de nuestra importancia dentro de una organización, de nuestra capacidad de liderazgo, de cuánto podemos hacer y de lo que realmente estamos haciendo.
Personalmente, me considero un afortunado por haber desarrollado toda una carrera laboral en una gran empresa, una gran familia, con valores y principios. Esto ayuda a fomentar el compromiso con la marca, el "engagement". Aún así, las relaciones a largo plazo pasan por fases, y cuando sientes que este engagement disminuye, es bueno pararse a pensar en todo lo bueno y ser proactivos en la automotivación.
Estás aquí y ahora. Disfrútalo. Seguro que hay cosas buenas que puedes expandir y cosas malas a corregir. Y si no es posible, pues a replantear tu vida laboral. Pero que por tu parte no se pueda decir que no lo has intentado...
9.- Predica con el ejemplo.
De poco sirve promulgar todo esto si cada día haces 3 horas más. Un pico de trabajo es más que comprensible. Si ocurre 3 días a la semana, no. El tiempo extra que dedicamos lo estamos quitando a otras cosas. Y tampoco me parece coherente cualquiera de los dos escenarios descritos a continuación:
9.1 - Cumplo con mi horario, y sin embargo mi equipo hace muchas horas de más.
9.2.- Hago muchas horas de más para que mi equipo pueda cumplir con su horario.
Ninguno de estos dos escenarios son ideales y mantenibles en el tiempo, como podemos perfectamente apreciar.
Trabajar todos estos puntos de manera individual en primer lugar, y en equipo a posteriori creo que tiene mucho más sentido para identificar las posibles carencias y que todo el mundo sea partícipe. Por ejemplo, cubrir eventualidades de manera alterna para minimizar el impacto individual.
Conclusiones
En las circunstancias actuales, ser dueños de nuestro tiempo se ha convertido en un lujo casi exclusivamente al alcance de 4 emprendedores de éxito. Y creo que no debería ser así, si todos ponemos voluntad de nuestra parte.
Más allá de la aplicación de determinadas leyes de control horario, creo que el sentido común debe imperar. Nadie es dueño del tiempo de nadie, ni debería obligar a la realización de más tiempo del necesario en el ámbito laboral, excepto en casos puntuales debidamente justificados. No hablo de tirar el boli sobre la mesa a la hora de salir, si queda algo pendiente urgente por realizar, ni de apagar las luces a determinada hora. De nuevo, sentido común, respeto, empatía.
Si queremos engagement, compromiso, fidelidad, promoción de valores positivos, talento, probemos a abrir la jaula. Seguro que los que se queden (y los que vengan) van a generar sinergias muy positivas. Y este proceso empieza, como otros muchos tantos otros temas de liderazgo, desde dentro, del convencimiento, hacía afuera, el ejemplo.
Experto Contable Acreditado REC] | Máster Dirección Financiera y Formación del Profesorado | Docente
4 añosMuy interesante tus reflexiones Manuel Martinez Muchas gracias por el artículo.
Head Product Life Cycle Management at B.Braun Group
5 añosMuy muy interesante !
Thinks to reflect (Please, please don´t follow me)
5 añosAñadiría vivir con menos y aceptar que ese menos es más. Automáticamente los otros nueve se vuelven más fáciles.
CEO en Lunet Facility Services
5 añosLa gestión del tiempo es una competencia que todo persona en su ámbito profesional y familiar debería tener en cuenta !!!
Gerente de Proyectos y Asesor Digital | Transformación tecnológica (ERP, HR)
5 añosGracias Manuel, excelente artículo. Es cierto, no debemos olvidar, que somos responsables de la gestión del tiempo que le dedicamos a cada una de las facetas de nuestra vida, sea personal o profesional. Sin descansar lo adecuado no se suelen tomar buenas decisiones.