Siete días sin Redes Sociales
Hace unos días decidí hacer una dieta "detox" de Redes Sociales. El objetivo era estar siete días sin mirar las cuatro redes que más utilizo: Linkedin, Twitter, Facebook e Instagram. Puede parecer que era algo sencillo, y quizás lo hubiera sido si esas siete jornadas las hubiera pasado en una playa del Caribe, haciendo un safari fotográfico por Tanzania o recorriendo las selvas de Nicaragua. Pero no, decidí hacerlo en días de descanso en mi ciudad, Madrid.
Punto de partida
Antes de comenzar me preguntaba… ¿seré adicta a las redes sociales? ¿Sufriré el “mono”? ¿Tendré suficiente fuerza de voluntad? Esto último sospechaba que sí porque suelo tener bastante, aunque en este tema… ¡ni idea! La verdad es que desde que entré en Twitter, por ejemplo, en 2010, he publicado 22,600 tuits y más de 4.200 fotos y vídeos; y en Linkedin cuento con unos 24.000 contactos. Mi uso de Facebook e Instagram es más reducido.
A todo esto hay que decir que no soy de las personas que va publicando todo lo que hace en su vida, de hecho, empleo las redes más desde un punto de vista profesional que personal.
Manos a la obra
El día D a la hora H eliminé de mi móvil y mi Tablet las cuatro redes sociales antes mencionadas. “Quien evita la tentación evita el peligro”, así que me pareció más fácil resistirme a mirar si no veía en la pantalla el numerito continuado de menciones en una u otra red.
El primer día reconozco que fue “raro”, y aún busqué en algún momento el móvil para encontrarme con que “mis queridas amigas” no estaban, así que me aguanté. Poco a poco, según iban pasando los días lo fui llevando mejor. Eso sí, había momentos en que leía algo, o hacía una foto chula y… la verdad, me apetecía compartirlo y no pude.
Otra de las sensaciones que percibí en mí fue el interés por lo que las “redes” estuvieran diciendo sobre algún tema de actualidad. Soy de las personas que leen los periódicos pero también me gusta echarle un vistazo a lo que se dice en Twitter, por ejemplo.
Además, empleé parte de mi nuevo tiempo libre en leer libros.
Por supuesto, cumplí con los siete días de manera escrupulosa y llegó el día D y la hora H de vuelta. Bajé de nuevo las cuatro aplicaciones a los dispositivos y… había muchos mensajes. Efectivamente, en esos días se me quedaron algunos amigos sin felicitar (para eso Facebook es único), muchos contactos por aceptar en Linkedin y unos cuantos tuits interesantes, con sus memes incluidos, por leer.
Conclusiones
Las conclusiones que extraigo de este “experimento” son varias:
1) Por un lado, que sigo teniendo la fuerza de voluntad que me caracteriza.
2) Que cuando no uso las redes sociales leo más. De hecho, me leí dos libros: “El poder de la Presencia”, de Amy Cuddy; y “Aprendiendo de los mejores 2”, de Francisco Alcaide. ¡No está mal dos libros en siete días!
3) Que sin estar enganchada a las redes, reconozco que me gustan y son parte de mi ocio, además de ayudarme profesionalmente.
4) Que a partir de ahora voy a dosificar mi tiempo “online” más para disfrutar el “offline” mucho más.
Y lo que tengo claro es que, una dieta “detox” de este tipo de vez en cuando, no viene mal. ¡Te lo recomiendo!
Consultora en Psicología - Mi misión: Establecer como acción normalizada, la búsqueda de orientación y apoyo para el bienestar personal.
6 añosSon herramientas útiles y necesarias en nuestra sociedad, el equilibrio reside en hacer uso, y no abuso, como todo lo que resulta adictivo.
Transferencias de divisas
6 añosReconozco que soy adicta... Pero trabajo mucho los contactos on-line, así que a mí me supondría pérdida de negocio. Por cierto, estoy con “Aprendiendo de los mejores 1” y deseando ir a por el segundo.