Signos Vitales noviembre 2023

Proceso en tierra derecha y por la derecha

Ya se dispone de un texto constitucional para ser plebiscitado el 17 de diciembre próximo. Pese a que las perspectivas son muy propicias para la opción “En contra”, es difícil que esta situación se mantenga. El resultado final es una incógnita.

Lo que se puede afirmar es que el texto no representa un acuerdo transversal, sino que marca una fuerte división entre izquierda y derecha. Cada bando le atribuye al otro la responsabilidad por haber imposibilitado un amplio consenso.

Hay un cierto acuerdo en constatar que el Comité de Expertos llegó a un borrador que concitaba la aprobación del conjunto de actores políticos. Sin embargo, el Partido Republicano, mayoritario en el Consejo Constitucional, tenía otra idea.

Las modificaciones introducidas por republicanos no fueron aceptadas por el oficialismo, los dos bloques se cerraron en sus posiciones y de allí en adelante nada de verdadera importancia cambió en unas votaciones que se repitieron sin variantes.

Lo que hará que el resultado probable se vaya estrechando se explica por lo mismo que dicen las encuestas, si se las lee completas. Los consultados se muestran hastiados del proceso constituyente, conservan su enojo hacia el mundo político y su interés se ha mantenido bajo. No hay razones fuertes para votar en uno u otro sentido, por lo que el apoyo a las opciones puede modificarse fácilmente. Lo que los electores hagan estará muy determinado por hacia dónde elijan dirigir su enojo. Eso está por verse.

Por otro lado, mientras el diseño de esta campaña corta está completamente desarrollado por los republicanos, quienes no sólo comandan las acciones de la oposición sino que además han podido llamar al orden a voces disidentes como Evelyn Matthei, la estrategia oficialista está en pañales.

En pocos ámbitos es más evidente lo anterior que en materia comunicacional. Puede que no a muchos les interesen las normas constitucionales, pero sí les interesa el termino de las contribuciones, la expulsión inmediata de migrantes y el aumento de sanciones a delincuentes. Son razones que pueden convencer a los votantes no politizados que son los que definen las elecciones en Chile. La promesa de Kast de dar vuelta la elección no es un alarde, es un proceso en curso.

El oficialismo parte desde mucho más atrás. Tiene que dotarse de un comando unitario (sin participación del gobierno que se ha definido en un papel de árbitro), definir la estrategia y el relato para sus argumentos. Esto requiere tiempo y es tiempo lo que falta.

Sinovac, si no viene

Los Juegos Panamericanos ha sido un paréntesis, una fiesta deportiva que ha captado la atención del país. Cuando terminen, se producirá una especie de puesta al día con la actividad política.

Muchos se darán de bruces con la decisión constitucional, pero incluso los que se interesen poco en este asunto se sorprenderán al constatar, en cada tema de contingencia, que el gobierno parece estar siempre a la defensiva y que quien ha tomado la iniciativa es la oposición.

El caso Sinovac y el paro de profesores en Atacama han magullado severamente la gestión gubernamental. Las explicaciones del gobierno para el desestimiento de la empresa china Sinovac de instalarse en nuestro país son tardías y poco convincentes. Si la decisión ya estaba tomada en mayo del año pasado, no se entiende que se conozca hoy. Si la razón es un motivo tan práctico como que el terreno ofrecido no cumplía con las condiciones requeridas, no se comprende que el gobierno no haya ofrecido alternativa. Las explicaciones no encajan. En un proyecto importante resultan inverosímiles. La verdad completa es algo todavía por conocer y el Ministro Grau está lejos de haber satisfecho las dudas en su contra.

Cuando se juntan nubes, se presagia tormenta

Pensar que los profesores de Atacama han paralizado sus actividades por casi dos meses motivados por reivindicaciones particulares de corto plazo es absurdo. Algo así no es una medida de presión, sino un llamado de emergencia.

El tema es complejo. Una auditoría del Ministerio ha detectado en la instalación de los Servicios Locales de Educación Pública (SLEP) desorden administrativo, falta de control y vigilancia, irregularidades y errores contables.

Además, la Contraloría ha establecido falta de supervisión de la Subsecretaría de Educación y de la misma Dirección de Educación Pública sobre rendiciones de los aportes y transferencias respectivas.

El gobierno no se adelantó a los acontecimientos, actuó con extrema lentitud y quedó rezagado en la búsqueda de soluciones. Como tantas veces, el conflicto terminará de resolverse por el agotamiento de todos los involucrados. Pero superar una emergencia no es resolver una crisis.

No existe un plan de acción de mediano plazo que permita remontar la crítica situación en Atacama. Si lo que se tiene es una falla central que se expresa en fuertes trabas para la inversión en infraestructura y en deficiencias graves en el control de los recursos que se utilizan, conflictos similares volverán a estallar allí o en otros lugares.

Sinovac y Atacama son ejemplos de lo que enfrenta el gobierno. El resultado es una constante reducción del horizonte con que se planifica su acción. La pregunta es si se piensa tomar la iniciativa o hacer algo distinto en algún área.