Sin cuidar la gobernanza será difícil alcanzar los ODS, incluso con grandes inversiones

Ayer tuve el placer de compartir una sesión con Claudia Acosta investigadora de Comisión Económica para América Latina y el Caribe. Es imposible comentar la cantidad de reflexiones que fueran compartidas en la sesión para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible a través del transporte público, desarrollo urbano y transición energética.

El desafío de gobernanza viene antes de cualquier inversión en la transición energética, la cual deberá necesitar grandes inversiones, mas ¡sin arreglar la casa! los resultados y esfuerzos de inversiones en transición de energética no tendrán los resultados esperados y necesarios para el cambio climático.

El transporte público es un componente crucial para el desarrollo sostenible y la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Sin embargo, sin una gobernanza adecuada, incluso las inversiones más grandes en infraestructura y tecnología no serán suficientes para alcanzar estos objetivos.

La gobernanza del transporte público implica la planificación, regulación y gestión eficaces de los sistemas de transporte. Esto incluye asegurar que las decisiones se tomen de manera transparente, participativa y basada en datos sólidos. Una buena gobernanza garantiza que los fondos se utilicen de manera eficiente, que se prioricen las necesidades de la población y que se minimicen las desigualdades en el acceso al transporte.

Además, una gobernanza sólida del transporte público es esencial para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, mejorar la calidad del aire y disminuir la congestión en las ciudades, contribuyendo así directamente a varios ODS, como el ODS 11 (Ciudades y comunidades sostenibles) y el ODS 13 (Acción por el clima). Sin un marco de gobernanza adecuado, es probable que los sistemas de transporte público enfrenten problemas de ineficiencia, corrupción y falta de mantenimiento, lo que a largo plazo puede erosionar la confianza del público y reducir el uso del transporte público.

En resumen, cuidar la gobernanza del transporte público es esencial para asegurar que las inversiones generen el impacto deseado en términos de sostenibilidad, inclusión y eficiencia. Sin una gobernanza efectiva, los objetivos de desarrollo sostenible relacionados con la movilidad urbana y el bienestar general de la población estarán fuera de alcance, independientemente del nivel de inversión realizado.