Sin un ecosistema de información saludable no podemos avanzar en los Objetivos de Desarrollo Sostenible
Melissa Fleming, Jefa de Comunicación Global de la ONU, alerta sobre los daños y las amenazas de la desinformación, la información falsa y los discursos de odio en el mundo
Guadalajara, Jalisco, 12 de diciembre de 2024.- Contrarrestar la desinformación, la información falsa y los discursos de odio es un tema prioritario para poder avanzar en la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), de acuerdo con Melissa Fleming, Secretaria General Adjunta de Comunicación Global de Naciones Unidas.
En entrevista con Carmen Morales, Directora del Centro de Información de Naciones Unidas para México, Cuba y República Dominicana, en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, la jefa de comunicación global de la ONU alertó sobre la necesidad de cultivar entornos informativos confiables y creíbles para que “los hechos prevalezcan sobre las mentiras” y el odio cese, especialmente en las redes sociales.
“El odio es una forma de desinformación y puede llevar a la violencia, incluso a la guerra”, destacó Fleming, quien también habló sobre la campaña global de la ONU “No al odio”, con la que se busca promover el entendimiento y defender los derechos humanos.
Además, destacó los Principios Globales de la ONU para la Integridad de la Información, presentados en junio de 2024 por el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres. Estos principios cuentan con recomendaciones para plataformas digitales, gobiernos, medios de comunicación tradicionales, anunciantes y usuarios para que asuman su responsabilidad en la construcción de un ecosistema informativo más humano, seguro y pacífico.
A continuación, la entrevista de Carmen Morales con Melissa Fleming:
Porque sin un ecosistema de información saludable no podemos avanzar en los ODS. Por ejemplo, en la acción climática, si el cambio climático está siendo distorsionado o calificado como un engaño, necesitamos un entorno informativo donde los hechos prevalezcan sobre las mentiras. Pero, actualmente, nuestro ecosistema de información está contaminado con desinformación, información falsa y discursos de odio.
Esto está polarizando a las personas y llevándolas por un camino equivocado. Así que sentimos firmemente que debemos trabajar en nuestro entorno informativo para que las personas puedan tener acceso a información confiable y creíble.
La amenaza es que ya no tenemos un conjunto de hechos consensuados; por ejemplo, el consenso es que el cambio climático existe. Ahora esto se está cuestionando.
Antes de la llegada de las redes sociales había un cierto sentido de tolerancia. Ahora, las personas han perdido el decoro en línea. Difunden más fácilmente odio, atacan a quienes son diferentes a ellos.
La amenaza es que hay contenido dañino y sin responsabilidad circulando en las redes sociales, no solo circulando, sino siendo amplificado porque los algoritmos están diseñados para promover contenido que causa indignación, que desata temores y genera emociones intensas, mientras que los hechos o los contenidos positivos suelen quedar relegados o incluso son minimizados.
Tenemos una campaña llamada “No al Odio”. Suena obvio, pero hasta que realmente logremos que las personas piensen que el discurso de odio no debe ser tolerado, no podremos avanzar. Lo que buscamos es lo opuesto al odio. Creemos que las personas pueden vivir en armonía, trabajar juntas en soluciones comunes y no atacarse mutuamente.
El odio es una forma de desinformación y puede llevar a la violencia, incluso a la guerra. El odio es peligroso. Nuestra campaña “No al Odio”, que es una campaña en redes sociales, ha inspirado a muchas personas a difundir el mensaje de que rechazamos el odio y exigimos un tipo diferente de discurso.
Uno de los objetivos del Departamento de Comunicaciones Globales de la ONU, el cual dirijo, y de las oficinas de comunicación de la ONU, es difundir información confiable y basada en hechos sobre la ONU y sobre la situación del mundo. Tenemos tantos datos, informes y contenido único que nadie más posee, y nuestro trabajo es empaquetarlo, distribuirlo y hacerlo accesible.
Sin embargo, esto se ha vuelto cada vez más difícil debido a los algoritmos que no priorizan el contenido considerado “político”, lo que incluye a la ONU. Esa es una de las razones por las que sentí que necesitábamos ir más allá de nuestro rol típico de comunicación y crear un plan para un ecosistema de información saludable. El Secretario General de la ONU, António Guterres, presentó estos Principios (en junio de 2024) y me da mucho orgullo decir que nuestro Departamento trabajó arduamente durante dos años, consultando a personas de todo el mundo sobre los ecosistemas informativos a los que se enfrentan.
Estos Principios contienen recomendaciones para diversos actores sobre su responsabilidad para hacer el ecosistema informativo más humano. Hay recomendaciones para plataformas digitales, gobiernos, medios de comunicación tradicionales, anunciantes, empresas de relaciones públicas y usuarios. Pero la mayor responsabilidad recae en las plataformas de redes sociales y actores de inteligencia artificial (IA).
En primer lugar, adherirse a sus propios estándares que dicen promover. Han publicado normas en las que afirman que quieren una plaza mundial, por ejemplo, o una plataforma de medios sociales que permita a amigos y familiares reunirse y compartir, en lugar de dividir a la gente. Deben estar a la altura de estas promesas, y también reforzar la confianza y la seguridad. Por desgracia, muchas plataformas han diezmado sus equipos de confianza y seguridad o los han reducido drásticamente. Llamamos a que éstos se amplíen.
También pedimos a los actores de la IA y a las empresas de redes sociales que incorporen la seguridad desde el diseño. La desinformación no debe monetizarse. Desafortunadamente, gran parte de lo que impulsa la desinformación, los sitios de noticias falsas y los deepfakes es que arrojar desinformación y odio es realmente rentable, y esto debe terminar.
La ONU no tiene autoridad regulatoria, pero sí tenemos autoridad moral. Esperamos que estos principios sirvan como una guía para las personas, los gobiernos y diferentes contrapartes aborden la desinformación y actúen.
Una de las cosas que estamos haciendo como primera acción es lograr que nuestras oficinas de comunicación de la ONU de todo el mundo, como la de México, adopten los Principios Globales y aboguen por ellos con gobiernos y otras partes interesadas en sus países.
También abogamos por más inversión en medios de comunicación de interés público porque éstos son un pilar extremadamente importante en una democracia y, lamentablemente, con el auge de las redes sociales, hemos visto una verdadera afectación de la viabilidad de los medios porque su modelo de negocio se ha derrumbado. Por eso necesitamos más inversión en medios.
También necesitamos que la gente invierta más en alfabetización mediática. Los niños deben poder navegar en las redes sociales, pero también las personas adultas mayores. Esto no va a cambiar de la noche a la mañana y requiere que toda la sociedad trabajemos en conjunto, especialmente si los actores de las redes sociales no hacen los cambios que realmente harán la diferencia.
Hay muchas cosas que las personas pueden hacer a nivel individual. Pueden ver cómo posiblemente son parte del problema, tal vez sin darse cuenta. Tenemos un lema que queremos que resuene en los oídos de todos: "Piensa antes de compartir". “Haz una pausa y piensa antes de compartir”. Es importante asegurarse de validar las fuentes antes de difundir información y no ser parte de la difusión de desinformación.
También invito a que exijamos cambios. Creo que hay muchos padres y madres que están extremadamente preocupados por la seguridad de sus hijos en línea. Y creo que ellos son una fuerza política muy poderosa que puede exigir cambios en los algoritmos que están alimentando a sus hijos con contenido peligroso y dañino. Eso podría cambiar mucho las cosas. Así como conocer cómo se utilizan tus datos e información, cómo se extraen y venden a los anunciantes, y por qué se te muestra cierto contenido. Creo que necesitamos recuperar nuestros propios derechos como individuos y exigir un ecosistema informativo más saludable.