Sobre la "Lealtad" Profesional

Después de reflexionar profundamente sobre si debía escribir una respuesta, hoy he decidido dedicar tiempo a reconsiderar un post sobre la lealtad profesional y, en particular, el enfoque alternativo ofrecido por mi amigo Paul Montoya .

Es ampliamente conocido que la "lealtad" es un concepto que ciertos empleadores manipulan en su beneficio para retenernos en un ambiente laboral que puede llegar a ser tóxico, irrespetando nuestros derechos y manipulándonos con la idea de que, a menos que nos "pongamos la camiseta", no merecemos nuestro puesto. Sin embargo, la lealtad debe estar en sincronía con nuestra visión y objetivos de vida. Si tu aspiración es permanecer décadas en la misma empresa, tu lealtad se inclinará hacia hacer todo lo posible para lograrlo. En cambio, si tus metas están orientadas a lo que puedes lograr como individuo, es probable que tu lealtad se centre en ti mismo. Es, pues, una cuestión de percepciones y puntos de vista, pero aquí interviene un concepto crucial que ha sido malinterpretado: "La empresa para la que trabajas NO es tu familia". Más allá de lo establecido en tu contrato laboral, no debes nada más a la empresa. El trabajo es trabajo, tal como la familia es familia y las amistades son amistades. Considero que el verdadero profesionalismo radica en distinguir entre lo que haces por un salario y lo que haces movido por la pasión y el amor. En una sociedad donde se invierten 8, 9, 10 horas diarias a cambio de dinero, ¿qué estarías haciendo si no fuera por esa necesidad? Tal vez te dedicarías al arte, a la danza o a lo que realmente te apasiona. Esto no significa que no me guste mi trabajo; al contrario, lo amo y me encanta lo que hago. Pero es precisamente por este amor por mi labor que exijo que la relación empresa-empleado sea recíproca, donde si se espera lealtad de mi parte, aspiro a lo mismo por parte de la empresa y no solo recibir un trato indigno o respuestas negativas cuando un empleado expresa una necesidad o simplemente busca ser escuchado.

Como bien señala Paul Montoya en su post, este ideal se traduce en un ambiente laboral estable y positivo, donde se priorice el crecimiento y el desarrollo del personal, porque al final, si tus empleados están bien, contentos y satisfechos, tu empresa prosperará. Quizás pienses que Alfredo Romero solo trabaja motivado por el dinero y el bienestar, y en cierta medida, es verdad. No llego a una empresa a hacer favores, especialmente cuando los servicios públicos, la salud, el alquiler, la alimentación y otras necesidades básicas no se pueden cubrir con favores. La calidad de vida que deseo no se sustenta en la lealtad, así que sí, mis 8 horas diarias de lunes a viernes tienen un precio, y ahí reside mi lealtad y mi profesionalismo. Pero no malinterpreten, valoro profundamente la meritocracia, sin la cual es imposible ascender en la industria tecnológica. Es esencial dar ese extra, "ponerse la camiseta" cuando es necesario, pero eso no debe convertirse en una exigencia diaria, porque para poder ofrecer ese esfuerzo adicional que tu empleador demanda, necesitas estar bien, estable, sano y feliz. Me dijeron una vez que la empresa dejará de necesitarte cuando encuentre a alguien que realice tu trabajo mejor, lo cual es una realidad ineludible. Entonces, ¿por qué nosotros, como capital humano (totalmente reemplazable para las empresas), deberíamos ser incondicionalmente leales a una empresa cuando somos completamente reemplazables para ella? De igual manera, dejarás de necesitar a tu empresa cuando encuentres otra que te ofrezca mejores oportunidades para crecer.

Si tu talento se está yendo porque busca mejor remuneración, ¿no crees que es momento de introspección para evaluar qué estás haciendo para retenerlo? Actualmente me encuentro laborando en una empresa que respeta y escucha mis ideas, atiende a mis solicitudes, respeta mi tiempo y siempre trata de hacerme sentir estable y con bienestar y eso es lo que me hace dar los buenos resultados que actualmente doy, lo mismo puedo decir de todas aquellas empresas dónde he trabajado anteriormente, en todas ellas he dejado una huella positiva y he aportado lo mejor de mí para hacerla crecer, logrando incluso ganancias que ni si quiera la empresa contemplaba gracias a mi trabajo y esfuerzo; y aunque en alguna de ellas me tilden de "desleal", satisfecho estoy de mientras permanecí, aporte lo mejor de mi.

Esta es mi conclusión, la perspectiva de Alfredo Romero, un migrante venezolano de 30 años en Colombia, país al cual estoy profundamente agradecido por todas las oportunidades brindadas: la lealtad debe estar alineada con tu visión y proyecto de vida. Con esto no pretendo incentivar la idea de "trabajar solo por un salario"; al contrario, te animo a cultivar tu mérito con trabajo duro, a ir más allá de tus metas establecidas, pero equilibrando esto con lo que necesitas para ser feliz y gozar de bienestar. Busca crecer, desarrolla tus habilidades, desafíate a ti mismo, supera tus límites cada día y, sobre todo, muévete. No eres un árbol. Arríesgate. Si estás en un lugar donde sientes que tu talento no es valorado, mira a tu alrededor y pregúntate si eso te llevará a donde quieres estar. La lealtad debe residir contigo y en lo que te propones como meta para alcanzar la felicidad.