SOBRE LA PUBLICIDAD ENGAÑOSA EN LAS CAMPAÑAS POLÍTICAS

Por Manuel RIVERA-TORRES

PONTEVEDRA, Galicia, 29 de julio del 2017 - ES SABIDO QUE las campañas publicitarias tienen el fin de convencer a los demás sobre las ventajas, virtudes y efectos de un producto o de una persona.

A PESAR DE que en la USA hay más rigor en la veracidad de lo que se anuncia, no crea que se han eliminado los engaños y las exageraciones sobre lo que se quiere vender, o sobre la gente que se quiere recomendar o presentar como los mejores.

SOBRE TODO EN las campañas políticas, además de exagerar sobre el carácter de un candidato -y a la vez disminuir o ridiculizar al opositor-, se intenta contínuamente manipular el ánimo y la conciencia de los electores, usualmente con datos falsos, para favorecer al de uno y para manchar al otro.

Y FUNCIONA, SIN duda alguna. Por eso recientemente hemos visto la asunción de individuos totalmente incompetentes -profesional, moral y éticamente- que se han enchufado en el poder, y que han estado metiendo la pata desde el primer día, no solamente por la falta de experiencia, sino por su deseo insaciable y manifiesto de hacer daño y dizque "drenar el pantano", cuando ellos mismos han traído su buena ración de pirañas, de cocodrilos y de víboras al ambiente que pretendían sanear.

MENOS MAL QUE la USA tiene un sistema democrático de balances de poder, que no le permiten a ningún pichón de dictador sentarse en el trono y actuar caprichosa y abusivamente por mucho tiempo. Y por supuesto, están las elecciones bi-anuales y cuatri-anuales que impiden que estos usurpadores se salgan con la suya y se perpetúen.

AUNQUE EN LAS democracias cualquier puede aspirar al poder -teóricamente-, nunca he visto con buenos ojos que los ricos gobiernen a los pobres, sobre todo gente que han nacido en cunas de oro y que ni siquiera han padecido de sed en su vida.

CONFÍO EN LAS instituciones dizque democráticas de la USA, y más que nada, confío en la conciencia del ciudadano de a pie que es quien vota y a la vez es quien sufre por los aspavientos de estos politiqueros improvisados, que lo que vienen es a satisfacer su ego y a robarse todo lo que pueden.

NO HE MENCIONADO nombres porque el Cosmos los conoce, y conoce sus intenciones maquiavélicas, pero la hora -indefectiblemente- llegará, y nos liberaremos del tirano que se nos coló en la Casa del Terror, en la Ave. Pennsylvania, en Washington, DC. ¡Abajo la tiranía!

LO QUE HE escrito, escrito está.

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