Solar Power Harvesting

Cosechando del sol la energía para el futuro

Durante las casi dos décadas que estuve dedicado a planear y construir infraestructuras físicas de alta criticidad basadas en la disponibilidad que requieren las tecnologías de la información, el factor preponderante, por no decir determinante estuvo enfocado en el suministro (o no) eléctrico. La disponibilidad de los sistemas depende aunque no de forma exclusiva pero si excluyente del fluido eléctrico.

Al diseñar y construir este tipo de plataformas se contemplan exhaustivamente en cada subsistema integrante todas las posibilidades de fallas, orientando a la premisa en la redundancia (duplicación) de todos los componentes replicables, a la fecha todos, dado que en estos entornos la tolerancia a fallos se mide en tiempo de Sistemas No Operativos.

Cualquier capítulo de recomendaciones basado en los estándares de la industria mencionará (exigirá) redundancia N+? donde el signo de interrogación será un valor que aproxime a la disponibilidad operativa al 99,99999 % de tiempo.

Al examinar cualquier proyecto que prometa alcanzar el objetivo quimérico del 100% de disponibilidad incluyendo el error humano, nos preguntamos que podría fallar y como puedo estar preparado para solventar la falla y que al menos resulte transparente desde el punto del sistema como un todo.

Con esto en mente, la eficiencia total de las infraestructuras de sistemas y comunicaciones acarrean una ineficiencia energética mayúscula, el cumplimiento de la ley de Moore para transistores en un microprocesador tiene un impacto altísimo en el consumo de energía.

El tamaño importa

Para corroborar  esto solo hay que revisar la oferta de cualquier fabricante Sistemas de Alimentación Ininterrumpida (SAI) de clase mundial,  las capacidades superan lo GW de potencia para abastecer grandes centros de procesamiento y control. La tecnología de baterías subyacentes en la mayoría de los casos (VRLA) plantea un desafío medio ambiental proporcional a la potencia acumulada y entregada con ciclados relativamente cortos, pero nadie se detiene a medir esos costos ocultos y de consecuencias imprevisibles para la continuidad de nuestra existencia como especie en un modelo de explotación lineal de recursos no renovables.

Y lo pequeño también

Solo detenerse a observar la increíble ineficiencia energética de las grandes infraestructuras cualquiera sea, desde transporte de personas y servicios básicos hasta prestaciones complejas que agregan un escalón ascendente en prácticamente todo el proceso compitiendo, a gran escala por el acceso a los recursos en su mayoría altamente contaminante otra vez en bucle permanente.

La dependencia cotidiana de nuestros micro sistemas de almacenamiento de energía para funcionar es muy alta, lo más obvio puede ser la tecnología  móvil comunicaciones pero la cantidad de pequeños artilugios que cuentan sistemas de acumulación de energía para operar es impresionante, solo hay que dar un vistazo a nuestro alrededor.

Esto significa que literalmente miles de millones de dispositivos agreguen presión sobre un sistema que ya ha cruzado largamente los límites del sentido común, esto plantea además un cambio cultural que requiere una toma de conciencia relativa al consumo de la energía eléctrica.

Como usuarios agregamos el último eslabón de ineficiencia al círculo vicioso de la generación, distribución y consumo de la energía.

Hecho en casa

Producir nuestra propia energía tiene asociado una cantidad de ventajas que pueden (deben) comenzar desde la toma de conciencia sobre la sostenibilidad y el cuidado de nuestros eco sistemas, nuestras economías dependen directamente del orden natural.

La autosuficiencia energética es el paso en el camino adecuado para soslayar no ya las amenazas, sino las manifestaciones concretas de agotamiento del sistema de explotación lineal de los recursos naturales.

Las energías limpias y renovables son el componente de alta disponibilidad en nuestro eco sistema, nadie sabe si todo funcionará al 99,999 % de disponibilidad luego de una interrupción en el suministro de energía eléctrica, nuestro eco sistema digital altamente interdependiente e híper conectado del cual tenemos una dependencia funcional requiere un cambio de paradigma para la generación, distribución y almacenamiento de la energía eléctrica.

No hay tiempo demás

Las tecnologías para obtener energía solar no son nuevas, ya se ha conseguido un grado de madurez importante en los sistemas de almacenamiento de electricidad de generación fotovoltaica y avanzamos (espero) hacia el consenso que con los avances y medios disponibles para enunciar que, la electricidad procedente de sistemas renovables, auto sostenibles y amigables con los ecosistemas es la mejor opción.

Necesitamos energía limpia, que podamos producir a micro y gran escala por un lado y claramente la solar es la respuesta más evidente, por el otro debemos insistir en la educación para el uso responsable de los recursos, pensar individual y colectivamente el desperdicio y la poca eficiencia con la que consumimos electricidad.

Cosechar energía eléctrica obtenida del sol y utilizarla de manera responsable y eficiente nos abre una ventana de oportunidad para nosotros y las generaciones venideras.

Desde que tenemos noticia como especie, el sol ha tenido una disponibilidad infinita tendiente al 100 %, algo muy difícil y costoso de lograr con otros medios de generación de energía.