Solución a la anorgasmia
Por otra parte, la anorgasmia consiste en las dificultades que sufre la mujer para tener el orgasmo. Relacionado a ello se encuentra frigidez, la cual consiste en ausencia total del deseo sexual; aunque opiniones científicas recientes no aceptan que exista realmente este trastorno. Más bien la causa radica en si no es, o no ha llegado aún, la pareja indicada.
El vaginismo es considerado por especialistas como consecuencia del rechazo a pareja o acto sexual, y consiste en dolor vaginal al momento de introducción del órgano masculino. De cualquier manera, la vida práctica sugiere que la anorgasmia, frigidez y vaginismo tienen relación con la certeza de la pareja escogida por la mujer.
Causas de la anorgasmia
En la mayoría de estos casos se halla el factor educativo, en las familias se les inculca a niñas el tabú y miedo a lo relacionado a la sexualidad y el coito. Recuerdo especialmente una familia donde les fue transmitido tan intensamente estos prejuicios a las hijas que resultó la frigidez de todas ellas. Incluso una de las nietas llego a padecer de fobia a los hombres, era ya una mujer adulta y nunca había podido sentir amor, placer sexual ni relación alguna con un hombre.
Al margen de la polémica profesional, lo cierto es que hay mujeres que sienten placer pero no tienen orgasmo en alguna u otra ocasión, mientras otras están anuladas totalmente en sentirlo; estos casos, desde luego, requieren ayuda profesional.
Como derivación de esos trastornos he atendido en consulta por estrés algunos casos de mujeres las cuales han sufrido traumas severos, como pérdida de la madre, por ejemplo, y que inconscientemente marchan de una relación tras otra en búsqueda de mitigar la depresión. Sin embargo, no logran orgasmo aunque se acuestan sucesivamente con muchos hombres.
En otros casos de promiscuidad sexual, también inconscientemente buscan amparo y protección, no predomina el deseo, lo cual implica dificultad para alcanzar el orgasmo.
Se encuentran también quienes desarrollan trastorno histriónico en su personalidad, antes llamado trastorno histérico. Esas personas sufren de un egocentrismo extremo, y su único interés es ser centro de atención de los demás. Una característica en las mujeres histriónicas es que no sienten apenas el placer sexual, a menudo lo fingen o aparentan ser inclinadas sexualmente pero es falso. Su única intención es “estar en escena”, ser tenidas en cuenta.
La anorgasmia, y en alguna medida la pérdida del deseo en la mujer, está dado también por torpeza o inexperiencia del hombre. La mujer requiere no solo un preámbulo para elevar su deseo, sino que debe sentirse en estrecha compenetración con su pareja, amarlo, y tener la sensación de ser protegida y representada a su lado. De lo contrario ella no se “entrega”, y el recelo o falta de confianza anula la posibilidad del deseo suficiente para el orgasmo.
La pareja ante la anorgasmia
Un hecho usual en algunas mujeres es aparentar orgasmo, pero es contraproducente. Es mejor expresar francamente el problema y juntos decidirse a resolverlo. No es solución fingir, porque con ello se agudiza la posibilidad de discordias y pérdida del amor en la pareja. A ello se agrega que ese intento de engaño no siempre resulta, el hombre experimentado se percata que el supuesto orgasmo es falso, lo cual se siente en el grado de contracción vaginal.
Procedimiento ante la anorgasmia
De cualquier manera, el acto sexual en la pareja debe ser precedido por un momento previo de relajación, calma, seguridad. Con más razón si ella siente temor, desconfianza, o le es difícil el orgasmo. Hay mujeres, por el contrario, las cuales no necesitan de ese momento previo, prefieren el comienzo brusco y rápido. Esta conducta puede estar determinada por el deseo intenso, o porque simplemente lo prefieren así.
Claro está, se exceptúa de estos casos las ninfómanas, el cual es el trastorno donde la mujer no se satisface plenamente y marcha de una relación tras otra buscando la satisfacción. En la mujer se nombra ninfomanía, y en el hombre satiriasis. En la actualidad ambos casos se catalogan como adicción al sexo, aunque ese término no es muy apropiado.
A la mujer afectada por anorgasmia le conviene un preámbulo en donde tome un baño de agua tibia después unos minutos de conversación. Si la relación lo permite y es incitante para ella, se habla de fantasías sexuales. El masaje es conveniente también. En esa cordial o incitante conversación ella debe sentirse a gusto, amparada por un hombre que la protege, comprensivo, gentil y delicado. De ese modo aumenta la compenetración, y se “entrega” gustosa.
Una vez que la mujer siente el deseo, lo cual se descubre por sus ademanes, y por su acercamiento, deben continuar las caricias. Pero nunca comenzar por órganos sensibles sino por besos en la cara, el cuello, pasar la mano por su espalda. Cuando sea admitido, o ella lo busca, el hombre puede escalar a besos en la boca y caricias más atrevidas. Este preámbulo debe continuar con sexo oral por el hombre, hasta que ella, por si misma, procura o pide la penetración.
Al mismo tiempo, manos y lengua del hombre deben hacer malabares sobe el cuerpo de ella, y todos sus rincones, pero nunca iniciar la penetración hasta ver que ella esté en éxtasis extremo de placer.
La mujer por su parte, tiene que dar rienda suelta a sus deseos e impulsos, comprender que el placer sexual no tiene límites. Si el hombre no ha sido hábil para encontrar sus zonas erógenas (áreas sensibles del cuerpo), ella debe explicarle donde y como siente más placer. Al margen de puntos sensibles, la mujer es excitada al tocarle cualquier punto de su cuerpo.
Lo cierto es que en ocasiones, tanto la anorgasmia como la frigidez están dados por la incapacidad del hombre, o porque esa no es la pareja indicada. La torpeza de él se manifiesta en una palabra mal dicha, ofensiva, en la brusquedad, no llevarla a la suficiente excitación durante el preámbulo. Incluso puede perderse el amor, o ella quedar defraudada de él por alguna razón.