Somos lo que comemos y lo que comemos transforma el mundo.
La forma de alimentarse y comer sanamente va más allá de mantener buena figura, un peso ideal y mostrar un aspecto saludable. La alimentación es la actividad física mediante la cual ingerimos comida; fruta, verdura, carne, pescado, cereales, etc. Los alimentos al hacer digestión aportan sustancias que denominamos nutrientes; vitaminas, lípidos, glúcidos etc. Lo que nutre al cuerpo no es lo que comemos, es la cantidad optima de nutrimentos indispensables que absorbemos durante el proceso digestivo.
La alimentación, está estrechamente relacionada con procesos biológicos que van desde la ingestión, digestión, absorción y finalmente la eliminación. Cada uno de estos procesos coadyuban en el adecuado funcionamiento de nuestras células, (más de 37 billones) tejidos (conectivo, epitelial, muscular y nervioso), que conforman órganos y estos a la vez sistemas complejos que conforman nuestro cuerpo. El acto de comer y alimentarse también son motivos de estudio, disciplinas y ciencias como la nutrición, la gastroenterología, la fisiología, psicogastroenterología, la dietética, la bromatología y por supuesto las artes culinarias.
La OMS define la salud como “estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”.
La salud física refiere al bienestar del cuerpo y el óptimo funcionamiento del organismo de cada persona, está estrechamente relacionada con la alimentación, la nutrición, estudios preventivos de enfermedades o afecciones que puedan prevenirse; obesidad, desnutrición, anemia, hipertensión arterial, etc.
En el año 2017 la Organización para la cooperación y el desarrollo económico posiciono a México en el segundo lugar en obesidad en el mundo. La mala alimentación, los desórdenes alimenticios, la vida sedentaria, el sobre peso y sobre todo el consumo de comida “chatarra” son factores de múltiples enfermedades y trastornos de nuestra salud.
Una solución al problema de la obesidad seria reducir el consumo de alimentos y bebidas ricos en contenido de jarabe de maíz de alta en fructuosa, endulzante que aumenta el riesgo a desarrollar sobre peso, obesidad, enfermedades cardiovasculares y diabetes (cuarta causa de muerte en México).
Un estudio reciente del doctor Marcus Goncalves de la Weill Cornell Medicine, afirma que el consumo de jarabe de maíz alto en fructuosa desarrolla tumores intestinales y cáncer colorrectal.
Los alimentos ultra procesados contienen jarabe de maíz de alta fructuosa, altas cantidades en almidón, azúcar, grasas saturadas, sal, aditivos industriales, conservadores, estabilizantes, resaltadores del sabor, colorantes, aromatizantes, emulsionantes, entre otros. Todos ellos con alta densidad calórica.
Hipocrates señalo “que tu medicina sea tu alimento, y tu alimento sea tu medicina”
Nuestra alimentación debe incluir grasas, carbohidratos y proteínas de manera equilibrada, consumir porciones razonables, evitando la hiperfagia o bien la carencia de uno de estos grupos de alimentos, comer de manera variada, higiénica y suficiente para cubrir necesidades energéticas, físicas, biológicas, emocionales y nutricionales
Organismos como la ONU, OMS, UNICEF y la FAO se han dado a la tarea de vigilar de cerca las amenazas a la seguridad y los sistemas alimentarios, su impacto en la salud humana, en los cambios climáticos, la urbanización, la perdida de espacios rurales, la sustentabilidad y la conservación de la biosfera entre otros. Llevemos una dieta balanceada, cuidando consumir alimentos y bebidas naturales, agua, granos y cereales, frutas, verduras, hortalizas etc., de acuerdo con nuestra edad, peso, sexo, estatura, antecedentes clínicos, etc. No olvidemos que somos lo que cómenos, y lo que comemos transforma el mundo.